¿Cómo se fabrica la nieve?

Todavía no amanece al pie del cerro Catedral, pero ocho enormes cañones amarillos escupen abundante nieve. A su alrededor, se forma una montaña blanca. Minutos más tarde una máquina pisapista aparece en escena y distribuye la montaña dejándola como una alfombra, lista para que con los primeros rayos del sol que templan la mañana lleguen los turistas para dar sus primeros pasos.

La escena se repite casi a diario en las tres últimas semanas siempre que las condiciones de temperatura y humedad sean propicias para fabricar nieve en la base del Catedral, que, como el resto de los centros de esquí de la región, debió postergar algunos días la apertura por el retraso en las nevadas de este invierno.

El experto en la fabricación de nieve es Patrick Peintner, el snow man de Catedral Alta Patagonia, la concesionaria del cerro. Llegó de Bolzano, Italia, en 2014 luego de trabajar 15 años como técnico en Techno Alpin, la empresa que diseñó los últimos ocho modernos cañones de fabricación incorporados al cerro Catedral, con los que se dio un giro trascendental en las zonas más marginales de nieve natural de la montaña.

"La nieve técnica es diferente, es mucho más compacta, tiene cristales más pequeños y por ese motivo dura siete u ocho veces más que la nieve natural", explica Peintner tras haber permanecido toda la noche coordinando la fabricación de nieve.

Según este experto de 45 años que aún trae consigo una mezcla de idiomas propios de su región, entre Austria e Italia, la nieve técnica (o artificial) ayuda al aprendizaje por sus características de nieve compacta.

El cerro Catedral tuvo su primer sistema de fabricación de nieve en 1998 pero la tecnología instalada no era la más óptima para las condiciones de la región, por lo que hasta hace tres años no se dio un verdadero impulso a la invención de nieve técnica, que tiene un costo de tres euros por cada metro cúbico.

Este fenómeno permitió al cerro Catedral, días atrás, abrir dos sectores para esquiadores principiantes: uno en el Play Park de la base y otro a 1300 metros sobre el nivel del mar, en la llamada Plaza Oertle.

"Cuando se habla de fabricación de nieve se deben tener en cuenta la temperatura y la humedad. La combinación de estos dos factores genera la llamada temperatura de bulbo húmedo, que otorga las condiciones ideales", explica el snow man respecto de las variables para poner en marcha los cañones automáticos, cada uno de los cuales cuenta con una estación meteorológica incorporada que permite detectar cuándo se cumplen las premisas para ser activados. Además se requiere de aire y agua, en este caso tomada del arroyo Cascada, que atraviesa el centro de la montaña, sin ningún componente adicional.

Hoy Catedral tiene 22 cañones y un objetivo a largo plazo para contar con 200 equipos distribuidos en distintos puntos de la montaña, que permitirán garantizar la nieve para ofrecer una alternativa a los turistas de tomar su primer contacto con el esquí, aún cuando las condiciones meteorológicas no propicien nevadas naturales.

Para los primeros pasos en la nieve, el centro invernal diseñó el Play Park en una superficie de cinco hectáreas en la base de la montaña que cuentan con medios de arrastre más amigables para esquiadores principiantes, como dos magic carpets (cintas transportadoras) y teleski (permite avanzar de pie sujetado a un caño).

Generalmente los principiantes toman clases en este sector de pocas pendientes, donde se adaptan a las tablas y a los medios de elevación, para luego en una progresión del aprendizaje ascender por la telecabina Amancay hasta una pista pequeña para nivel inicial o ir un poco más arriba por la telesilla Diente de Caballo hasta La Hoyita, unos 1800 metros sobre el nivel del mar.

El otro sector con nieve técnica desde junio está a 1300 metros de altura en la pista de Plaza Oertle, donde se instalaron cuatro cañones que esta semana lograron consolidar una pista de unos 25 centímetros de nieve pisada, destinada para las clases bautismo y el segmento estudiantil. Hasta este punto se llega por la telesilla Princesa I y es una parcela rodeada de bosques donde las condiciones meteorológicas son más óptimas y la escasa presencia del sol permite extender la fabricación llegando hasta cerca del mediodía, algo imposible para la base de la montaña.