Poné en práctica este ejercicio y aprendé a priorizar tus tareas.
Por fin te decidiste: esa idea que venís flasheando desde hace meses (¡o años!) hoy es parte de tu realidad. Estás comenzando a desarrollar tu soñado emprendimiento. El tema es que tenés clarísimo qué, pero, entre tantas ideas, entusiasmo y tareas por atender, sentís que el calendario se te vuela y no avanzás más.Tranqui. Acá te damos las herramientas que necesitás para gestionar tu tiempo y productividad y que tus 24 horas rindan como un relojito suizo. ¿Un incentivo? Con pocos pero efectivos recursos, tus jornadas se maximizan y rápidamente vas a poder exprimir el bien más preciado de esta era. Allá vamos...
Primero lo primero
Ordenar las prioridades es un temón: las personas no sabemos priorizar, hacemos cualquier cosa secundaria durante mucho tiempo del día en vez de focalizarnos en lo importante. Acá va un ejercicio para priorizar: dibujá una cruz y en cada punta escribí "alto impacto", "bajo impacto", "alto esfuerzo" y "bajo esfuerzo". Ahora, en cada uno de esos cuadrantes vas completando con todas las actividades que querés concluir durante el día. Es muy revelador ver cómo usamos buena parte del tiempo en hacer cosas que tienen bajo impacto y nos demandan alto esfuerzo. La solución es tomar decisiones tendientes a usar la sección de arriba del cuadrante y menos la de abajo.
Tu tiempo vale oro
Sabemos que te copa ir con tus amigas por unas cervecitas cuando cae la tarde o que cuando agarrás una serie de Netflix la devorás hasta el final casi sin respirar. OK. Y no hay ningún problema con eso. El tema es saber administrar tus momentos para seguir haciendo tooodo lo que te gusta y, a la vez, ver crecer tu negocio. "La gestión del tiempo es un tema global que desde hace miles de décadas le preocupa a buena parte de la humanidad. Sin embargo, en la actualidad, está exacerbada por la sensación de tener que no perdernos nada, directamente ligada a esta era de la conectividad en la que todo está a un clic de distancia", afirma Martina Rua, experta en innovación y productividad y autora del libro La fábrica de tiempo", una Biblia súper recomendable para emprendedores. Bueno, hay tres temas concretos que atender: hábitos, agenda y lista de pendientes.
Sin hábitos no hay paraíso
Si querés sacarles el jugo a tus días, el método es empezar por revisar tus hábitos: para ser productiva y poder gestionar el tiempo, es necesario adquirir hábitos tendientes a la organización y el balance. Adueñarse una costumbre es algo difícil, lleva entre 20 y 90 días de perseverancia que una actividad se haga habitual para las personas. De todos modos, aunque no sea fácil integrarlos a tu vida, es vital que cuentes con acciones que te acerquen a tus objetivos. La palabra "rutina" siempre tuvo mala prensa, pero no excuses: hasta las personas más creativas, locas y disruptivas tienen hábitos: los artistas, los escritores, los pintores, los que se te ocurran; ya que sin empezar por compartimentar el día, sin pensar en qué momento y cómo hacemos las cosas, sin tener cierta conducta, es imposible cumplir las metas.
¿La buena noticia? Una vez que arrancás con una práctica positiva, todo se vuelve a tu favor: existe un concepto que se llama el "efecto dominó" que dice que si una adquiere un buen hábito atrás de ese vienen otros más. Entonces, no tenemos que adquirir 900 maneras nuevas de mejorar, sino que con solo una todo se empieza a ordenar. Por ejemplo, si te levantás a las 7 de la mañana y resolvés lo más difícil del día, es posible que para las 8 te sientas energizada y con endorfinas para hacer deporte o para encarar otro tipo de actividad efectiva.
Agenda y lista de pendientes
Hay dos cosas simples y cotidianas que son la clave para hacer valer tus minutos: una agenda y una lista de pendientes. Resulta fundamental vaciar tu cabeza y llevar a un lugar digital o analógico tus quehaceres. No hay una conclusión científica que diga cómo es mejor registrarlos, sino que es algo bastante personal, muchas hacemos un mix de analógico y digital, pero la posta es que no estén en tu cabeza. De nada sirve que hagas el esfuerzo de retener en tu mente "miércoles-14.30-reunión-con-el-tipo-del-packaging"; es un gasto inútil, que ocupa tu cerebro en algo que perfectamente podrías estar dedicando a ser más productiva. En cambio, adoptá una "mente peso pluma": el amistoso de tenis, la vacuna del perro o la reunión más complicada, todo debe figurar en tu agenda.
En cuanto a la lista de pendientes, te conviene hacer sublistas: la del año, los meses, la semana y el día. ¿Un súper consejo? Todas y cada una tienen que ser realizables. Si armás inventarios hiperpretensiosos, la frustración aparece demasiado temprano porque llega el mediodía, te das cuenta de que no vas a completar ni siquiera dos ítems de los cuarenta que anotaste y, obvio, bajón en puerta. Ni hablar de cuando se te viene la noche. Acordate: proyectar con los pies en la tierra es lo que garpa.
Te invitamos a descargar la imagen de este ejercicio para que puedas ordenar mejor tus prioridades y que así el tiempo te rinda muchísimo más. Acordate, no es necesario hacer TODO hoy, podés dejar algunas cosas para mañana, tal y como nos dijo el experto en management disruptivo, Leo Piccioli, en este video.
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