Guía para aprender a cuidar a los talentos de tu equipo
¿Liderás personas?¿Prestás atención a sus necesidades? Nuestra consultora te da las pautas para que valores y reconozcas sus capacidades
27 de octubre de 2017
Créditos: Latinstock
Habitualmente, estamos tan ocupadas corriendo detrás de los problemas que tendemos a pasar por alto lo que sí está bien, lo que sí funciona. Cuando lideramos personas, nuestra atención suele estar volcada en los colaboradores que nos traen disgustos, se quejan o no cumplen con nuestras expectativas. Actuamos bajo la premisa de que “lo que está bien no se toca” y, sin darnos cuenta, podemos estar descuidando a quienes hacen bien su trabajo, no hacen ruido y se manejan solos y eficientemente.
Es probable que tengas en tu equipo a alguien así, eficiente, creativo, autónomo, emprendedor. Está en todo. Hace malabares con cualquier papa caliente. Está tan sintonizado en tu frecuencia que te adivina las intenciones y se anticipa a lo que necesitás. Como confiás en su criterio, te acostumbrás a descansar en él o ella. Cada vez le delegás más responsabilidades, y no protesta. Al contrario, parece conforme y entusiasmado.
¿Pensaste que, con el correr del tiempo, se puede agotar por la sobrecarga de trabajo? ¿Que quizás esté cansado de ser el perfecto bombero? ¿Que tal vez se sienta frustrado, estancado, poco valorado, invisible?
Si esa persona no está en tu radar, no vas a poder advertir los síntomas del estrés o el aburrimiento hasta que se queme o se enferme. Quizá te des cuenta de lo valioso que es el día que te presente la renuncia o cuando un líder de otro sector, que sí estuvo siguiendo su evolución, te lo quiera “robar” para su equipo. “¡Ni se te ocurra!”, “¡a Fulanito no me lo toques!”: tu atención se despierta cuando tu colaborador estrella está a un paso de la puerta. Recién entonces te ponés en marcha para retenerlo, pero es probable que sea demasiado tarde y ya no puedas hacer nada para cambiar la situación.
La idea de retener a alguien ya habla de un foco que atrasa. “Re-tener” gira hacia atrás. Es un intento de evitar que el otro ingrese a un futuro que no nos incluye, ya sea para desarrollar su potencial o para cuidar su salud. En cambio, “pre-venir” gira hacia adelante. Nos permite detectar tempranamente los signos de inquietud y resolverlos a tiempo.
Lo que está bien no se toca, no se mira, no se cuida; no se valora ni se desarrolla. ¿Cuántos talentos estamos dispuestos a perder por la falta de atención? Para que un colaborador valioso elija quedarse en el equipo y en la empresa, tenemos que demostrarle que lo vemos, que estamos atentos a su bienestar y dispuestos a brindarle oportunidades para seguir creciendo.
Unos minutos a la semana
- Relevá el estado de satisfacción de tus colaboradores, especialmente de los más eficientes.
- Atendé sus necesidades y preocupaciones.
- Dales feedback productivo: qué están haciendo bien y merece ser reconocido y qué falta.
- Planificá con ellos desafíos que los inciten a seguir creciendo.
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