Hola Cari!
Tu último post fue emocionante la verdad. Me hizo pensar mucho en las vivencias y cosas para compartir que tiene muchísima gente en la calle y a la que no siempre le damos la oportunidad de que nos las cuenten. ¿Qué será de su vida hoy? Ojalá esté llena de felicidad.
Hace muy poquito hablaba con alguien acerca de lo que nos pasa como sociedad actualmente. Porque es evidente que estamos ante una situación bastante particular: la de la intolerancia. Tal vez no todos la reconozcamos a esta situación con el mismo nombre, sino con otros tipo "brecha", "grieta", "distancia" y demás términos que en definitiva apuntan a lo mismo.
Dejo esta canción para acompañar el post:
Hablábamos y tratábamos de descubrir por donde viene el tema. Si pasa por la política, por la educación, por el estrés mismo del mundo en el que vivimos, o si es por la falta de comunicación. Y particularmente nos gustó mucho esa línea para encararla y filosofar al respecto.
Creo (creemos con esta persona) que tal vez todo se deba a que actualmente vivimos en un mundo donde desarrollamos una vida en la que no nos permitimos practicar y mucho menos disfrutar de las verdaderas conversaciones y relaciones con otros seres humanos. Tenemos tanta tecnología que media entre nosotros que en una de esas nos estamos olvidando de como relacionarnos con la gente que nos rodea. Siento que no estamos haciendo el uso correcto como sociedad de un montón de herramientas comunicativas y que eso nos va alejando cada vez más de las posibilidades no solo de convencimiento, sino también de aceptación y respeto. ¿Nos habremos acostumbrado tanto a zafar de cualquier cosa poniendo "jajaja" al final que después pretendemos hacer lo mismo en persona?
Pensar sobre esto, y automáticamente conectarlo a la historia de la chica del tren, son solo un par de pasos que hay que hacer de un andén a otro. Buscamos tantas historias en forma de "memes" (esas fotos o capturas de pantalla con leyendas cómicas) o en películas, o libros, o palabras de otro que nos estamos olvidando que estas deben ser un complemento y no un suplemento de nuestras verdaderas experiencias e historias en el mundo cotidiano y salvaje que está del otro lado de la puerta de nuestros hogares.
Me imagino miles de chicos y chicas en una situación similar. Con tanto para contar y tanto por enseñarnos, que me es inevitable fantasear y volar con mi mente a la vida de estos niños que no conozco y sus despertares y ocasos. Y todo lo que les sucede entremedio. También recuerdo la escena de "Nueve Reinas" donde un chico ofrece una estampita al personaje de Gastón Pauls y él a modo de pago le ofrece un billete de 10 pesos por un lado, y un auto de colección de juguete del otro. El niño duda ante ver que no solo estaba el dinero, sino el autito y que debía elegir. Duele verlo tomar el dinero con su rostro agotado. Pero luego, Juan (el personaje de Pauls) lo llama y le da el autito también, dejando entrar algo de luz en el rostro del niño, que se ilumina y sonríe por única vez en esa escena.
Las historias están ahí, lo que nos hace bien está ahí afuera, no detrás de una imagen retocada con una frase de dudosa procedencia que tomamos, distribuimos por WhatsApp y adoptamos como un mantra.
Vivamos más.
Besoteeee
Muaaaaaack
P/D: QEPD David Bowie, mi héroe.
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