Maravillas ocultas: 6 playas argentinas que seguro no conocés

En el Parque Nacional Nahuel Huapi, y sobre las aguas del lago de origen glaciar que lleva el mismo nombre, está Isla Victoria. Casi 30 km2 de superficie protegidas que solamente se accede por agua. Un imperdible para aquellos que quieran embarcarse en una excursión sin igual desde la ciudad de Bariloche, aunque la isla pertenezca en realidad a la provincia de Neuquén. El agua de esta playa tiene la paleta de colores azules, celestes y verdes más infinita que puedas imaginar. La costa que baña la arena blanca es pura y transparente como el aire del sur. El paisaje se completa con bosques mixtos con especies de arboles como la lenga, el coihue y el ñire, y la Cordillera de los Andes, que por detrás se asoma, termina de pincelar esta obra de arte.

Una península con playas paradisíacas, de color verde esmeralda y celeste cielo. Hay cinco lugares para tirar la toalla: playa turquesa – la más popular-, arenosa, rocosa este, muelle viejo oeste y del bosque. Suena a plan perfecto: rodearse de arrayanes para vivir un día bajo el sol patagónico y a orillas del lago Lácar. Hay piletones, arena, bosques y paz. Todo lo que necesitamos lo tienen estas playitas dentro del Parque Nacional Lanín.

Existe un lugar, mirando el Atlántico, que brilla tan fuerte como el oro. Ese lugar se llama Playas Doradas y pertenece a la Municipalidad de Sierra Grande. Es que cuando el sol ilumina se producen reflejos dorados por el cuarzo y el sílice que está en la arena. La playa es amplia e inmensa, tiene 3.000 metros de longitud y hay 500 metros hasta llegar al mar. Se pueden hacer actividades como buceo y kite surf. En la villa balnearia hay mercaditos, lugares para comer, centros de salud pero no hay estación de servicio –lo más cerca para cargar combustible es Sierra Grande-. Una playa cerca también recomendada: El Cangrejal. Descanso asegurado en naturaleza virgen.

A 9km al sur de la ciudad de Puerto Madryn, hay un lugar donde los locales van siempre a pasar el día: Playa Paraná. Es de canto rodado, de piedras, y su costa es profunda con un declive bastante pronunciado. Un tip: llevate todo lo que vas a necesitar porque la playa no tiene servicios. Agreste, tranquila y aguas cristalinas. Además, en Playa Paraná con marea baja vas a poder ver un barco que naufragó hace 41 años y está muy cerca de la costa. El buque pesquero “Folías” se hundió en 1980, se colonizó de algas y hoy se utiliza para realizar buceo. El camino que te lleva es asfaltado y vas a pasar por otras playas como: Kaiser y Punta Este con sus acantilados – te recomendamos frenar y ver este punto panorámico-.

Del otro lado de la provincia, hay una localidad que se llama Lago Puelo con 17 mil habitantes. El lago, con el mismo nombre, que baña sus costas tiene forma de “L” y ocupa unas 4.5000 hectáreas del Parque Nacional – también llamado Lago Puelo-. En la cabecera sur de este espejo de agua hay una zona de playas de arena rodeadas de zona intangible y aguas turquesas. Ese lugar es donde desemboca el Río Turbio. No es fácil llegar pero valdrá la pena. Un sector ideal para zambullirse donde no se siente el viento y sus aguas son tranquilas como una pileta.

Si nos vamos a la Patagonia Austral, en el Fin del Mundo también hay playas secretas como la de Lago Escondido. Este es un cuerpo de agua pequeño, de ocho kilómetros de extensión por un kilómetro y medio en la parte más ancha. Sus aguas frías son muy profundas, llegando casi a los 50 metros. Se llama “Escondido” porque cuando se atraviesa la Cordillera de los Andes por el Paso Garibaldi y hay baja presión las nubes lo cubren completamente. Un oasis natural lejos del ruido de la ciudad sin señal del celular. Una de las actividades preferidas desde la costa es hacer kayak hasta un bosque sumergido, que quedó en consecuencia de un terremoto que hubo en Tierra del Fuego en 1949. Y una curiosidad: vas a poder ver castoreras por la costa.