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Mimá tus tetas: claves para el cuidado del pecho, el cuello y el escote

Consejos para embellecer esta zona del cuerpo.




Créditos: Denise Giovaneli. Producción de Vicky Dorin

Se trata de una zona sensible: la piel del escote es fina y delicada, y por eso mismo se arruga fácil y rápido, recibe los rayos del sol de forma exponencial y es tan sensible en esa porción más clara alrededor del pezón que genera un estremecimiento de solo rozarla.
Estamos acostumbradas a limpiar la piel del rostro todas las noches y a aplicarnos después un poco de esa crema-joya que es un antes y un después frente al espejo. Pero pocas de nosotras cruzamos la línea del mentón. Y lo cierto es que deberíamos, porque la piel del escote no tiene la cantidad de folículos pilosos que tiene el rostro y, por eso mismo, produce muchos menos aceites naturales. Así que cuanto antes crucemos el umbral, mejor.

LA RUTINA DE BELLEZA

El ritual para cuidar tus tetas no implica que le dediques mucho más tiempo al que le dedicás a tu cara, sino que es simplemente extender lo que ya hacés sobre tu escote.
  • Limpiar: con un desmaquillante apropiado para cada tipo de piel, aun cuando no te hayas maquillado la zona durante el día. Esta limpieza debe hacerse a la noche para sacar cualquier suciedad acumulada.
  • Tonificar: para retirar el resto de las células muertas y cerrar los poros.
  • Nutrir: aplicar la crema de noche. La nutrición recupera la piel durante las horas de sueño de las agresiones que recibe durante el día: polución, humo de cigarrillo, estrés, mala alimentación, deshidratación y agentes climáticos como el sol y los cambios de temperatura.
  • Exfoliar: dos veces por semana, exfoliar la piel del escote para obtener una limpieza más profunda y evitar que la suciedad entre en los poros.
  • Proteger: cualquier día de cualquier estación del año, es fundamental acordarse de aplicar protección solar en la zona del cuello y escote, que es especialmente propensa a las lesiones de piel que provoca el sol.
  • Hidratar: una vez por semana, podemos también recurrir a mascarillas de crema para reforzar la hidratación y dar firmeza y elasticidad a la piel.

Opciones caseras

Para las que prefieren las máscaras caseras, los mejores ingredientes para combatir las arrugas del escote son: rodajas de pepino para refrescar la zona o una mezcla de yogur, aloe vera y avena, que pueden servirte como un exfoliante natural; puré de palta como crema de nutrición y aceite de coco para hidratar la piel diariamente.
Anew Clinical Infinite Lift (Avon, $600)

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Suero reafirmante del busto (Elancyl, $430). Crema para el cuerpo con betacarotenos (Kiehl´s, $900)

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Orchidée Impériale antiflacidez (Guerlain, $7290)

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YO ME LAS CUIDO

Por Verónica Frágola (@Fruticienta).
Para mí, la cara termina justo donde empieza el corpiño, y por eso todas las cremas que uso van en cara, cuello y escote sin excepción. A esta altura de mi vida, creo que el retinol deberían venderlo en bidones de dos litros: esa belleza de ingrediente evita manchas, flacidez y arrugas. Mi producto preferido es el Ultra Retinol de Lidherma. Para las tetas uso algo más tranquilo: una nutritiva maravillosa como la Creme de Corps de Kiehl’s o Ekos, de Natura. El cuidado no sería completo sin un protector solar FPS 50 los 365 días del año: Anthelios de La Roche-Posay o Ideal Soléil. La limpieza también es con los mismos productos de la cara: para mí, jabón líquido sin sulfatos de Lidherma, que no reseca. Una vez a la semana exfolio cuello y escote con el cepillo Visapure de Philips.
Soy fanática de las sheet masks. La mayoría llegan hasta la mandíbula, así que mi truco es: a los 10 minutos de haberla puesto en la cara, la doblo al medio y la dejo otros 5 minutos en el cuello y otros 5 en el escote. Mis preferidas son las de Shiseido. ¿Obsesiva? Bueno, sí..., pero a mucha honra.

MUERTE AL PUSH-UP

Cuando en 1969 las mujeres de Atlantic City tiraron sus corpiños al “tacho de la libertad”, junto con sus zapatos de taco alto y su maquillaje, lo hicieron para protestar contra las bases del concurso Miss America y contra la idea corriente por aquella época de que, mientras que los hombres competían para ser presidentes, las mujeres lo hacían para ser reinas de belleza.
Casi cincuenta años después, la batalla es otra, pero algo sobrevive de aquella asociación corpiño/cárcel. Y alguna base cierta tiene, porque, aunque muchas de nosotras preferimos usar algo entre nuestras tetas y la ropa durante el día, porque las sostienen y les dan forma..., ¡que alce la mano la que no siente un alivio enorme cuando llega el momento de sacárselo!
“Las millennials no usan corpiño”, publicó la revista New Yorker a fines del año pasado, en una nota donde contaba sobre esta tendencia que crece. Hay hasta un género de videos en YouTube que se llama “Por qué no uso corpiño”, en el que las chicas cuentan los motivos por los que abandonaron el ítem, que, en general, tienen más que ver con la belleza que con movimientos políticos como #freethenipple, por ejemplo.
Muchas de ellas citan un estudio francés, publicado en 2013, que encontró que no usar corpiño ayuda a la mayor producción de colágeno y a un tejido más firme, sobre todo si lo abandonás en la juventud. Jean-Denis Rouillon, profesor de la Universidad Franche-Comté, en Besançon, se pasó quince años midiendo el contorno de busto de 300 mujeres de entre 18 y 35 años y llegó a la conclusión de que las tetas no se benefician de la falta de gravedad ni médica ni anatómica ni fisiológicamente. Porque, agrega, no usar corpiño estimula el fortalecimiento del músculo que las sostiene.
Vale aclarar que la muestra del estudio no refleja el total de la población femenina. Y que, finalmente, por qué no, en la cuestión de usar o no corpiño también entra en juego un tema de gustos. Mientras que están aquellas mujeres que reivindican el placer de sentir la caricia de la seda directo sobre su piel, están las otras que creen que es necesario o, por lo menos, apropiado.

LA SALUD DE LAS MAMAS

Por el Dr. Jorge Vinacur.
El examen clínico de las mamas debe formar parte del examen ginecológico anual. El médico realiza un examen visual para detectar cambios en la piel y utiliza sus dedos para reconocer masas palpables en el tejido mamario, incluyendo la axila.
Las mamografías, en general, comienzan a realizarse a partir de los 35 a 40 años (si hay factores de riesgo, se indican antes). Se realizan con ecografía mamaria, ya que el uso combinado de ambas técnicas aumenta la capacidad de detectar cáncer de mama.
Además del control anual rutinario, las mujeres deberían consultar al ginecólogo frente a un bulto palpable, cambios en la piel, dolor en la mama o secreción por el pezón fuera de la lactancia, condiciones que requieren evaluación y estudios diagnósticos.
Para realizar el autoexamen mamario, parate frente a un espejo con los brazos a los costados del cuerpo y buscá cambios en la piel, en el contorno de la mama o en el tamaño. Levantá los brazos sobre la cabeza y repetí la observación.
Recostada, poné una almohada sobre el hombro izquierdo y la mano izquierda por detrás de la cabeza. Con la mano derecha y los dedos extendidos no rígidos, palpá la mama izquierda con movimientos circulares. Pensá en un reloj y examiná en cada hora con los movimientos antes mencionados.
Un examen adicional puede hacerse bajo la ducha con la piel de la mama enjabonada. Los dedos examinan toda la mama y la axila. Cualquier cambio o anomalía que se registre requiere una consulta a la brevedad.
Expertos consultados: Dr. Jorge Vinacur
. Médico tocoginecólogo. Comisión de Salud Pública de SOGIBA. Cristina González. Supervisora de las líneas de cosmética Sisley y Stendhal.
Peinó y maquilló Matías Callegari para Sebastián Correa Estudio con productos Givenchy. Agradecemos a Las Pepas, Desiderata y Estancias Chiripá por su colaboración en esta nota.

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