Ballerina Farm: la polémica en torno a la influencer tradwife que está marcando tendencia

Instagram, YouTube y TikTok son algunas de las redes sociales en las que Hannah Neeleman comparte diariamente su vida personal con millones de seguidores, lo que la llevó a convertirse en un éxito mundial. Sin embargo, recientemente, un artículo escrito por la periodista Megan Agnew para The Times generó controversia en torno a la vida de la influencer, pues su estilo de vida tradwife la convirtió en un ícono del movimiento y esto ya está generando varias polémicas.

La mujer de 33 años vive en una granja ubicada en Utah, Estados Unidos, y es allí donde predica con el concepto de "esposa tradicional". Es en este entorno donde surgen debates sobre cómo sus comportamientos contrastan con los roles de género modernos, evidenciando que se enfoca principalmente en ser madre y ama de casa.

Hannah era estudiante de ballet en la prestigiosa Academia Juilliard, pero al conocer a su hoy esposo, Daniel Neeleman, y tras varios meses de constante perseverancia por parte de él para conquistarla, ella abandonó sus estudios. Rápidamente, a solo dos meses de noviazgo, y después de que él insistiera en casarse, contrajeron matrimonio.

Más tarde, un año después, llegó su primer hijo de los ocho que tiene.

El término en cuestión es una fusión de los conceptos "tradicional" y "esposa", y se emplea para describir a mujeres que defienden y practican los roles de género tradicionales. Tal es así que muchas de las esposas que siguen esta corriente se dedican solo a cumplir con tareas en el hogar, mientras que el hombre se encarga de proveer económicamente a la familia.

Respecto a esto, Neeleman aclaró que no se identifica completamente con el término, señalando que, junto a su esposo, son tradicionales en el sentido de que son un hombre y una mujer con hijos. "Siento que estamos allanando muchos caminos que no han sido pavimentados antes", agregó al tiempo que varias voces se alzaron en su contra por tratar de imponer un ideal maternal que la mayoría nunca podría alcanzar.