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Cómo conseguir la inversión para abrir un restaurante en Argentina

Kari Gao aborda un tema tabú: el capital que se necesita para abrir un restaurante como el que ella encaró. Gao será el nombre de su restó de comida china.


Kari Gao habla de cómo dar con el inversor y socio para su restaurante de comida china.

Kari Gao habla de cómo dar con el inversor y socio para su restaurante de comida china. - Créditos: Gentileza Rodrigo Mendoza



Queridas Ohlaleras, 

Gracias por todos los hermosos mensajes, alientos y buena energía que me mandaron la semana pasada.

Hoy vamos hablar de un tema tabú para nuestra sociedad, pero tan importante para los emprendedores: el dinero, la inversión que se necesita para abrir un restaurante.

¿De dónde podemos sacar todo el capital que vamos a necesitar para cumplir este sueño de tener el restaurante propio?

Voy a hacer un poco de historia, de mi historia. Nosotros llegamos a Argentina en 1993: vinimos como todos los inmigrantes a buscar nuestro sueño argentino. Hago una aclaración: aunque los argentinos se quejan mucho de su país, este lugar fue y es la promesa de muchísimas personas.

Nosotros llegamos con el sueño de emprender, pero sabíamos que para eso se necesitaba mucho esfuerzo, conocimiento del rubro y capital.

Apenas a unos meses de haber llegado, mi papá se fue a trabajar a un supermercado chino como repositor. Recién a los 2 años se animó a largarse solo, a empezar a cumplir su sueño. La realidad era que no nos alcanzaban los ahorros para pagar el fondo de comercio que pedía el dueño del súper que él quería comprar. Entonces fue cuando aprendí la palabra que contiene mucha responsabilidad y quizás un poco de vergüenza: pedir plata prestada.

No era algo descabellado. Era más bien muy común. Los chinos somos colectivistas, nos ayudamos entre todos a salir adelante.

Como no hablábamos muy bien el idioma y ni hablar de entender el sistema financiero o levantar fondos de inversiones, se hacía todo puertas adentro. Fueron épocas difíciles. Yo era muy chiquita, papá me contaba que en esos momentos más difíciles del comienzo de su emprendimiento fue cuando mejor conoció a la gente.

Él y mi mamá trataban de pedir plata prestada a los amigos de la comunidad. Un día, se le acercó tío Y,  uno de sus mejores amigos de la vida. Pero en ese momento, mi papá no le había pedido, no se por qué, quizás porque se habían empezado a hacer amigos no hacía tanto tiempo.

Un día, él vino con 6000 dólares, que era una fortuna en ese momento, y le dijo a mi papá: 'Escuché en la comunidad que estabas andando necesitando dinero para invertir. A esta plata no la estoy usando; qué mejor uso que prestártelo a vos'. Hasta el día de hoy, mi papá recuerda con mucho agradecimiento ese momento.

Kari Gao abrirá su propio restaurante: cómo consiguió la inversión.

Kari Gao abrirá su propio restaurante: cómo consiguió la inversión. - Créditos: Gentileza Rodrigo Mendoza

Así somos los chinos. Así fue como hoy podemos ver con orgullo que, en Argentina, casi no conocés a nadie que no tenga un supermercado chino cerca de su casa. Así fue como pudimos crecer todos.

Había infinitos mitos urbanos erróneos sobre cómo los chinos inmigrantes recibíamos subsidios del gobierno para emigrar. Nos decían que nuestro país quería que nos fuéramos. Eso fue lo que se contaba, porque no se lograba entender cómo pudimos crecer tanto y tan rápido. Tener nuestros emprendimientos, nuestra fuente de trabajo.

Pero es algo que, si no sos chino, por ahí no es simple de entender. La respuesta del misterio era tan simple que estaba a la vista de todos: la confianza.

Así es que, cuando empecé a soñar con abrir mi restaurante chino, naturalmente lo primero que pensé fue buscar inversiones entre los “love money”, dineros ahorrados de amigos, de familiares que confían en nosotros. Pero muy rápidamente decidimos desestimar esta idea. Debería seguir otros caminos.

Lo que me enseñó en mi carrera de administración de empresa es que justamente los hay, se puede salir a buscar inversores externos y buscar socios. Pero para eso había que presentar un plan de negocio. Estuvimos armando, desarmando, durante más de 6 meses ese plan de negocio. En realidad, cuando llegó el momento de presentarlo casi ni lo necesitábamos, estábamos tan seguros del plan que nosotros éramos el plan. Solo necesitábamos encontrar a esa persona, ese inversor que confiara en nuestro plan.

Kari Gao abrirá su propio restaurante.

Kari Gao abrirá su propio restaurante. - Créditos: Gentileza Rodrigo Mendoza

Llegado a este punto lo más importante deja de ser el dinero, y empieza a ser el socio en sí. Parece raro decirlo, pero gente con dinero y ganas de invertir hay; un socio con la misma visión que vos y que quiera hacer lo mismo que vos también hay; pero hay que dar con esa persona, encontrar ese socio que coincida con vos en visión, prioridad y, sobre todo, valores.

Yo siempre digo que buscar socios es como tener una cita romántica. Al principio, todo es maravilloso, todo fluye, la etapa del enamoramiento parece que va genial, pero en algún punto el proyecto empieza a encontrarse con desafíos y dificultades. Entonces es cuando entra la etapa de negociaciones y discusiones y es cuando es muy importante que estén alineadas las partes en la visión y valores.

Las diferencias, sumadas al arduo camino de emprendedurismo, puede llevar al fin a cualquier proyecto por más prometedor que sea. Allí entra en juego la confianza. Por eso, queridas ohlaleras, si están en un momento de búsqueda de socios e inversores les recomiendo que sean firmes con sus valores, que no sacrifiquen sus convicciones ni sus ideales. Sean selectivas. Porque van a confiar en esa persona, nada más ni nada menos que su proyecto de vida, tu sueño. 

Otro punto a tener en cuenta es que el momento en que empieces una asociación, no importa de qué forma, implica automáticamente que hay que negociar, hay que ceder, hay que convencer. No siempre es la parte más fácil, ni agradable en algunos casos, pero de eso se trata asociarse: unir fuerzas, complementarse en sus conocimientos, recursos y capacidades y acompañarse en este camino bastante solitario del emprendedurismo.

Quiero contarles que nosotros tuvimos suerte de encontrar el socio enseguida: ¡fue match a primera vista! (o reunión) Se trata de los socios e inversores que desarrollaron en el país la cadena de pastelería francesa Gontran Cherrier. Nosotros ya los conocíamos como clientes fieles del lugar: vamos, literal, al menos una vez por semana desde el primer día de la llegada de la marca al país. Nunca me imaginé que podrían estar interesados en nuestro proyecto, ya que estaban en pleno crecimiento de su marca. Los imaginaba siempre a mil. Pero así es la vida, en el momento justo apareció la oportunidad justa.

En total nos reunimos 3 veces y dimos el avanti. Nos trajeron mucha seguridad desde el día uno. Yo sé sobre la gastronomía china, pero ellos saben armar restaurantes y hacerlos crecer, así que ¡es la pareja perfecta!

Entonces, volviendo a su pregunta inicial, ¿dónde encontrar capital para cumplir con tus sueños? Hay muchas formas: ahorro, love money o inversores. ¡Todos los caminos llegan a Roma! No existe LA FORMA perfecta, así que sé fiel a vos misma, y estoy segura de que se va a dar. 

A todo esto, (¡spoiler alert!) si todo sale bien, en la columna de la próxima semana voy a poder contarles novedades sobre dónde queda el futuro restaurante. ¡Cruzamos los dedos para que todo salga! 

XOXO,

Kari Gao

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