De la China Suárez a Wanda Nara: ¿por qué estigmatizamos la diferencia de edad en una pareja?

 

La edad ¿molesta? ¿En qué momento? En las notas donde se habla de hombres mayores que sus parejas mujeres el foco está puesto en el amor: aprendemos que no hay que preocuparse si uno no encuentra al amor de su vida a los 40 años, se habla de que la madurez te lleva a saber lo que querés, se nombra al “amor a primera vista”, escuchamos de “almas gemelas”, de hombres que curan sus heridas después de otras rupturas. Anteriormente también surgía la idea del hombre “campeón”, “conquistador”, que logra tener a su lado a esas bellezas.

Sin embargo, cuando las notas hablan del caso de las mujeres, son más prudentes: rara vez se cuenta el momento del enamoramiento (salvo quizás en el caso de Shakira), sino que se especula en qué obtiene esa mujer por salir con alguien más joven: ¿más dinamismo? ¿rejuvenecer? ¿prensa? El vínculo ya no pasa por el amor, sino por la transacción: qué gana o busca ella, qué gana o busca él.

Otra cuestión que es muy diferente en el tratamiento de estos vínculos es cómo pesa la familia: si él es divorciado, tiene 2, 3 o 7 hijos/as, no importa. No lo hace más o menos responsable estar con alguien menor, que tenga la edad de sus hijos/as. Pero si es la mujer la mayor, ya el hecho de salir con alguien más joven, la vuelve una irresponsable. Como si el código de una buena madre no incluyera divertirse, lo que para cada persona signifique esto. 

 

Lo que me sorprende es que este sea un tema de conversación, y fue tal que hasta el manager de Colapinto salió a callar las críticas. Y acá surge otro tema importantísimo en las relaciones, que es el poder de las mujeres para distraer a los hombres de su foco. Otro gran mito: en lugar de enfocarse en que los hombres también tienen emociones que deben reconocer y abordar, su falta de atención o rendimiento es culpa de una mujer (hace poco circuló que Simeone le dijo a De Paul que “tiene que echarse novia para tener estabilidad en su vida. Si con Tini las cosas no funcionan tiene que tener otra novia...".)

En Grow-género y trabajo vemos cómo estos temas llegan también al ámbito laboral: en el primer caso de la edad, se da lo que se denomina “el sesgo de la doble vara”: se evalúa ante la misma situación de manera diferencial a hombres y mujeres. Por ejemplo, se estima que la mujer es una degenerada por salir con alguien menor, pero el hombre es un campeón. Esto se ve con frecuencia cuando se miden los liderazgos: mientras que molestan las mujeres asertivas y generan cierta incomodidad en los equipos de varones, un varón asertivo puede ser considerado “una persona clara, orientada a objetivos”. En cuanto a la edad, es más probable que le den una oportunidad a un varón joven para que pueda brillar, porque despliega potencial, en cambio a las mujeres se les suele pedir que demuestren lo que valen antes de brindarle esa chance.

Estemos atentos a no estar generando esta doble vara en nuestros espacios de trabajo, ni en nuestros entornos sociales.