Bombachas rosas en Navidad: por qué es una tradición usarlas durante las fiestas
Es una tradición que trasciende generaciones. Qué significa usar ropa interior de ese color y por qué está asociado a la feminidad.
5 de diciembre de 2024 • 11:05
Las bombachas rosas son un regalo muy tradicional de la Navidad - Créditos: Canva
Regalar bombachas rosas en Navidad es una tradición que muchas familias heredaron de sus abuelas, quienes las entregaban como símbolo de buenos deseos. Este gesto, profundamente arraigado en la cultura popular, evoca el deseo de amor, amistad y felicidad para el año siguiente. Pero, además, el rosa está asociado con la prosperidad y el éxito, lo que convierte este regalo en un augurio de momentos positivos para el nuevo año.
La idea es que quién la reciba la use el 24 de diciembre a la noche, aunque algunas lo hacen el 25 y otras el 31, ya que estrenar algo nuevo para comenzar el año es adelanto de prosperidad.
Sin embargo, esta tradición tiene raíces culturales y debates que van mucho más allá de su simple gesto. El rosa, aunque hoy es considerado un color “femenino”, tiene una historia que desafía este estereotipo.
La idea es que quién la reciba la use el 24 de diciembre a la noche, aunque algunas lo hacen el 25 y otras el 31, ya que estrenar algo nuevo para comenzar el año es adelanto de prosperidad. - Créditos: Canva
El origen del color rosa
La asociación entre el rosa y las mujeres no siempre existió. En los años 20, encuestas realizadas por publicaciones como Time reflejaban que el rosa era percibido como un color masculino. Esto se debía a que era visto como una tonalidad más suave del rojo, un color asociado con fuerza y energía. En contraste, el azul —ligado a la Virgen María en la iconografía cristiana— era considerado más adecuado para las niñas, simbolizando pureza y serenidad.
Fue recién después de la Segunda Guerra Mundial, en la década de los 50, cuando las campañas publicitarias comenzaron a vincular el rosa con roles tradicionales femeninos. Estas imágenes mostraban mujeres en tareas domésticas, felices y vestidas en colores alegres, entre ellos el rosa. La tendencia se solidificó en los años 80 con la popularización de las ecografías, que permitieron a los padres elegir colores específicos para sus futuros hijos según el género.
Un color que se reinventa
A pesar de su asociación con lo femenino, el rosa también ha sido un símbolo de resistencia y lucha. En los años 70, activistas de la comunidad LGTBIQ+ lo adoptaron como emblema de orgullo y fuerza. Más recientemente, en 2017, las mujeres norteamericanas lo eligieron para sus “pussyhats”, íconos del feminismo. Paralelamente, figuras masculinas como David Bowie, Jason Momoa y Harry Styles han contribuido a desestigmatizar el uso del rosa, rompiendo barreras de género en la moda.
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