Cómo cumplir el deseo de un trabajo mejor
Qué fácil suena “desear” en relación con “hacer” cuando se trata de buscar un trabajo que nos dé mayor satisfacción. Mercedes nos ayuda a intentar pasar del deseo a la acción en esa búsqueda.
17 de mayo de 2016 • 00:20
Créditos: Latinstock
Si ya nos dimos cuenta que el trabajo que tenemos no da para más, ¿cómo encarar un cambio hacia uno que nos brinde mayor satisfacción? La columna anterior de Buscando(me) intentó, como primer paso, despejar la diferencia que existe entre los anhelos inasibles y la mejor realidad posible. Vimos allí la importancia de evaluar pros y contras del trabajo actual, identificar la esencia del cambio que estamos buscando, definir prioridades en las que enfocarnos y conjugar optimismo con realismo.
Vayamos ahora, entonces, a ver algunos criterios que ayuden a transformar en acción ese deseo ya moldeado. Seguramente varias de las personas que están leyendo estas líneas experimentaron alguna vez lo difícil que es dar un primer paso al encarar un cambio laboral. Así que aquí se proponen algunos pasos para superar la inercia.
Arremangarse y hacer
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Un primer paso puede ser armar un curriculum en un formato que permita visualizar fácilmente las áreas de experiencia y los logros. Esto significa que si uno tiene intereses diversos y sus trabajos reflejaron esa diversidad, es útil agrupar los trabajos por tipos de intereses. Por ejemplo, establecer una sección para la experiencia en Tecnología y otra para la experiencia en Diseño. O también podemos dividir el CV por modalidades de trabajo, separando los empleos de las actividades free lance.
Más allá de si conviene presentar el CV bajo esos criterios o de la manera cronológica convencional (dependiendo del tipo de perfil y del tipo de trabajo al que se aspire), pensar en áreas de experiencia y logros puede servir para dos cosas. Una, a nivel personal, es poner en valor lo hecho y ver que tal vez haya más denominadores comunes que los que uno imaginaba. Otra, a nivel laboral, es darle al propio relato un mayor orden y direccionamiento frente a quienes uno se dirija en su búsqueda.
Pero la cuestión del relato no termina en el CV. Cuenta mucho qué decir, cómo decirlo y a quién decírselo. Por ejemplo, hablar pestes de uno mismo y/o del trabajo actual no suele sumar. Algunas personas confunden esto con honestidad ("Soy honesto porque digo lo que pienso"). No es ser deshonesto elegir qué faceta de la situación actual se le da a conocer a alguien que podría darnos un trabajo. Un futuro empleador no es lo mismo que un amigo del alma.
Vamos a un siguiente paso: los contactos. Armar un listado de contactos y ordenarlo por nivel de interés en el tipo de trabajo o por el nivel de cercanía del vínculo. Un par de sugerencias con los contactos. Primero, no dar por sentado de antemano qué piensa el otro o en qué situación está. Es frecuente este razonamiento: "Si María pensara en mí para una oportunidad laboral ya me hubiera avisado". Tal vez a María ni se le había ocurrido que vos podías ser la persona indicada o sí lo había pensado pero imaginó que estarías muy contenta en tu trabajo actual; en cambio, ahora que vos le decís que te tenga en cuenta, la idea le parece buenísima.
Otra sugerencia que suele funcionar es tratar de entender la necesidad de la otra persona y de apuntar a que uno es quien puede ayudarle a resolverla. No es lo mismo ir con la actitud "Estoy buscando trabajo; si sabés de algo chiflá" que "Puedo trabajar en estos temas contribuyendo a que suceda esto y esto otro". Además resulta útil poner en valor lo que el otro hace; no se trata de chupamedias sino de dejar en claro por qué resulta interesante trabajar con esa persona o en ese lugar.
Y, finalmente, empezar a andar. Como ilustra un dicho supremo, "Cuando el carro empieza a andar, los zapallos se acomodan". Se puede arrancar por ir a entrevistas de trabajos que no resulten muy interesantes para ir ganando músculo en cómo uno se presenta y qué tipo de preguntas recibe. Esto además va permitiendo calibrar el radar para identificar con qué cuenta uno, tanto hacia adentro como hacia afuera.
Mientras el carro anda es importante tolerar la frustración, porque suele pasar que uno golpea muchas, muchas puertas y que la posibilidad aparece desde un lugar impensado pero que en algún punto tuvo que ver con el recorrido que uno mismo gestó. Por eso mismo, al obtener ese trabajo tan deseado, no es justo para con uno pensar "Increíblemente se me dio que…", porque probablemente sin abrir el camino de búsqueda ese trabajo no se habría dado.
¿Te sentiste indentificada con el tema de la columna? ¿Te sirven estos consejos? Si querés podés escribirle a Mercedes a buscandome@mododelta.com
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