Con mucho glamour, Chandon festejó sus 50 años en el país
La firma celebró su aniversario en la residencia privada el embajador francés en Martínez; entre los invitados hubo muchos integrantes del mundo del espectáculo
21 de octubre de 2010 • 15:18
La residencia privada del embajador de Francia, Jean-Pierre Asvazadourian, en las barrancas de Martínez, se abrió el jueves pasado para celebrar a puro boato los 50 años de Chandon en el país. Fue la primera vez que esa residencia se cedió para acoger la gala de una marca francesa.
Riguroso "black tie", rezaba la invitación, extendida entre mil invitados, entre los cuales los grandes empresarios, absorbidos por IDEA, en Mar del Plata, fueron los grandes ausentes.
La indicación de etiqueta (smoking para los hombres; largo para las damas), fue desoída por no pocos asistentes, algunos de los cuales saludaron de corto y de corbata a los anfitriones, Ramiro Otaño, CEO de Chandon, Davide Marcovitch, presidente de Moët Hennessy para América latina y al propio embajador.
La rebeldía protocolar se acentuaba para los díscolos apenas se ingresaba por la sinuosa alfombra roja, al compás de virtuosos acordes de violín. El trayecto, poblado por damas que emulaban a la corte absolutista de Luis XIV, el rey Sol, conducía a una gran carpa inspirada en el palacio de Versalles.
Profusión de chandeliers de cristal; espejos dorados a la hoja, mobiliario francés de época y chaise longues tapizadas en capitoné blanco; copones franceses, rebosantes de flores y frutas y cariátides de mármol en el jardín central, fueron los recursos estilísticos de los que se valió Javier Iturrioz para que todo el recinto disparara efluvios palaciegos.
La abundancia del caviar esturión, el foie gras, las langostas, ostras, vieiras y pulpos dispuestos escenográficamente en las largas mesas, daban cuenta de la magnificencia de la celebración junto a las 891 botellas de Chandon que bebieron los convidados.
Entre los invitados, el eterno look Audrey Hepburn de la primera dama bonaerense, Karina Rabolini, contrastó con el de la actriz de Casi Angeles , María Eugenia Suárez, informal en demasía, y más aún con el de Araceli González, enfundada en un strapless de seda negro con paillets y canutillos al tono. Pero la que se llevó el cetro a la mejor vestida de la gala fue la modelo Jimena Butti, muy en sintonía con lo que se festejaba, con vestido tipo charleston largo, en tono champagne.
Estuvieron además Dolores Barreiro, Laurencio Adot, Roberto Behrens, Maru Botana, Germán y Jorge Neuss, Pompi Chopitea y Carlos Fontán Balestra, Facundo Gómez Minujín, Teresa Frías, Ivan de Pineda, Pancho Dotto, Shioban Dumas, Ricardo Piñeyro, Esmeralda Mitre, Gonzalo y Facundo Pieres, Flavia Palmiero, Karina Mazzocco, Alejandro Roemmers, Conrado Estol y Clarisa Lifsic, Lisandro Arbizu, Roberto Devorik, Julieta Kemble y Justo Saavedra y Analía Maoirana y Martín Terra, entre otros que ganaron la pista, en una fiesta donde lo que sobró fue glamour francés.
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