¿Cuándo es el momento de hablar de plata con nuestros hijos?
La educación financiera no está en los planes de estudio de las escuelas en nuestro país. El vínculo que los chicos empiezan a entablar con el dinero va a acompañarlos durante toda su vida. Iniciar una charla con ellos, además de que es nuestra responsabilidad como padres o tutores, representa un punto de partida y una herramienta.
22 de julio de 2022 • 00:32
Cuándo es momento de hablar de finanzas con las infancias - Créditos: Getty
Recuerdo, hace tiempo, cuando mi hija, ya adolescente, me preguntó quién pagaba un cheque. Si ella hacía un cheque para pagar cosas costosas, dijo, ¿de dónde salía la plata para hacerlo? Íbamos en el auto. Frené, la miré y le dije: ¡Hija de contadora, me extraña! Al final de ese día, sin embargo, pensé que como padres suponemos que nuestros hijos incorporan algunos conocimientos de manera natural, ciertas costumbres, las prácticas usuales de la vida en sociedad, pero evidentemente no es tan así.
¿Cuándo es el momento de hablar de dinero con nuestros hijos? ¿Saben ellos qué es una tarjeta de crédito? ¿Qué es una deuda?
En la Argentina, la educación financiera no está en los planes de estudio de las escuelas, pese a que el vínculo que los chicos empiezan a entablar con el dinero va a acompañarlos durante toda su vida. Por eso, en este sentido, iniciar una charla con ellos, además de que es nuestra responsabilidad como padres o tutores, representa un punto de partida.
Desde mi experiencia como madre y como profesional, te dejo algunas actividades de guía para dar inicio a esta enseñanza:
Si son muy peques, mi consejo es:
Promové juegos. Que armen un negocio o supermercado y que jueguen a comprar o vender, disponiendo, por ejemplo, de cajas registradoras y/o de billetes falsos. Cuando juegan a las tiendas están recreando escenas que ven hacer a sus padres día a día, al tiempo de que entrenan sus capacidades y habilidades para poner en práctica cuando se les presente la situación de realizar compras.
Enseñáles acerca del ahorro. Una alcancía es una buena herramienta para que comprendan la importancia del dinero, en el sentido del esfuerzo y la constancia necesarios frente a un objetivo determinado, por ejemplo, un costoso accesorio deportivo, un juguete de su gusto, etc.
Habláles de los gastos hormiga. Es importante que los chicos tengan conciencia de aquellas compras que en sí mismas son insignificantes, pero que al acumularse terminan representando un monto significativo y, por lo general, del todo innecesario. “Si comprás hoy este caramelo…”.
Leéles cuentos o fábulas donde estén presentes las conductas financieras.
Si ya no son tan niños:
Dales una mensualidad. En la adolescencia surgen gastos de otro orden. Otorgarles una mensualidad implica que vayan asimilándola, que aprendan a administrarla, que establezcan una prioridad frente a la diversidad de gustos y necesidades que se les presenten. La idea es que empiecen a diferenciar entre aquello que desean y lo que verdaderamente necesitan.
También para los adolescentes hay juegos de mesa, como son el Estanciero y el Monopoly. La partida se inicia en un tablero, con dados y, al igual que con otros pasatiempos, se utilizan tarjetas y billetes de fantasía. El propósito es que los participantes compren y vendan propiedades, al tiempo de que recreen situaciones de administración, impuestos, alquileres.
Muchos comercios tienen ofertas, el conocido 2 x 1, o bien disponen de tickets de ofertas. Con la motivación de la compra de artículos de su interés, empezá a enseñarles a “leer” cuándo es conveniente y cuando no la compra de determinado producto.
En la actualidad existe el “Fintech”, empresas que utilizan la tecnología para mejorar o automatizar los servicios y procesos financieros —Mercado Pago, Uala—, y que permiten que menores de edad manejen una tarjeta y administren su propio dinero. Es una buena herramienta para que los adolescentes transiten esta relación ineludible, pero de un modo prudente, reflexivo, y en un ámbito conocido para ellos como es la tecnología.
Ahora bien, al margen de ayudarlos a que se desenvuelvan en torno a la economía, y de enseñarles conceptos básicos, pienso que no debemos dejar de transmitirles que el dinero es sólo un medio para un fin, pero no un fin en sí mismo, y que el mismo debe ser manejado con responsabilidad, porque obtenerlo requiere de esfuerzo.
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