Equinoccio: por qué la primavera arranca el 23 de septiembre

Este sábado 23 de septiembre comienza la primavera (pese a que está instalado socialmente que es el 21) y el equinoccio es a la 3:49. 

La primavera se extiende durante casi tres meses hasta dar paso al verano. Esta fecha cambia año a año, dependiendo de cuándo suceda el equinoccio: comúnmente, entre el día 22 y 23. Pero el final de la estación de las flores, también se da por un hecho astronómico que solo sucede dos veces al año: los solsticios.

El solsticio de verano acontece el día más largo del año, cuando el Sol permanece más tiempo en el cielo que nunca. Luego el verano tendrá su fin en el equinoccio de otoño. Esta estación transcurrirá hasta el solsticio de invierno, el día más corto, y la noche más larga. Allí comienza el invierno, que tres meses luego culmina en el equinoccio de primavera. Así el ancestral ciclo de las estaciones, y la vuelta que pega a Tierra al Sol, vuelve a comenzar.

En Argentina el 21 de septiembre se celebra el inicio de la primavera y el día del estudiante. Es una forma, también, de festejar la juventud, no solo en edad, sino en actitud ante la vida. Dicen que quien se mantiene aprendiendo nunca envejece.

Mientras tanto, la naturaleza celebra su renacer. Junto con este cambio en el clima, la flora y la fauna, en distintos lugares del mundo se practican celebraciones tradicionales. Así como en el hemisferio sur el equinoccio de primavera sucede en septiembre, en el hemisferio norte se da en marzo, y genera muchas fiestas típicas.

El equinoccio es un acontecimiento eminentemente astronómico, una configuración especial de la Tierra ante el Sol, dada por lo particular de su eje de rotación. Así lo explica el doctor en astronomía Carlos Guillermo Bornancini: “Técnicamente el equinoccio es cuando el Sol, en su movimiento diurno aparente, pasa por el punto vernal, que es la intersección definida por la línea del ecuador y la eclíptica. Esta última es la línea donde 'transita' el Sol en su movimiento aparente visto desde la Tierra”. Es decir, es un punto exacto trazado por la astronomía en el espacio. Por ello, sucede en un día y un momento justo.

El equinoccio acontecerá, este año, el 23 de septiembre a las 3.49. Es decir, en ese momento el Sol pasará por el punto vernal. “La igualdad entre el día y la noche depende de varios factores en la mecánica celeste del sistema Tierra-Sol”, aclara Bornancini. Por eso, el día que tiene al Sol 12 horas justas sobre el firmamento será cercano, aunque no es mismo. 

Para concluir esta historia de equinoccios qué mejor destino que el final del mundo, el polo sur. Allí, en el equinoccio de primavera, sale por primera vez el Sol luego de una noche de seis meses. Sobre los hielos eternos de la Antártida los tibios rayos de nuestra estrella madre resplandecerán suaves contra el hielo durante seis meses, hasta el equinoccio de otoño. Otro suceso especial marcado por ese momento singular del año, cuando el Sol y la Tierra trazan el ritmo de nuestra naturaleza.