No hablábamos desde 2014 y en estos seis años su vida cambió muchísimo. Se separó, se volvió a enamorar, fue una de las caras fuertes de Actrices Argentinas dando lucha durante el debate por la legalización del aborto y el año pasado le diagnosticaron cáncer de mama, del que la operaron y se recuperó. Un torbellino. Un huracán. Como el estadio en el que decidimos encontrarnos con Dolores Fonzi, que acaba de estrenar Puerta 7, la serie de Netflix sobre las internas de los barrabravas que la tiene como protagonista.
¿Era una posibilidad cuando te llamaron o no te la viste venir?
Yo me había tocado una bolita en enero y no hice nada. Me fui a filmar a Chile y cuando volví a fines de marzo me hice los estudios y empecé las grabaciones de Puerta 7. Cuando me llamaron para darme los resultados, el 8 de abril, ya estábamos grabando. Y ahí abandoné un tiempito porque me operé el 26. Pero el 8 de mayo ya estaba de vuelta. No sé, medio inconsciente. Estaba bueno venir acá con Caetano de director, mucho texto, las escenas se armaban en el momento y la grabación me requería estar muy presente. Me hacía bien conectarme con el presente.
¿Caíste en lo que te pasó?
Todavía lo sigo atravesando. Una va cayendo de mil maneras, pero siento que nunca va a terminar la reflexión. Fue raro el año. Pero sí, cuando terminé las grabaciones bajé un par de cambios, pasé más tiempo con mis hijos, nos fuimos de viaje. Dije: "Listo, me gasto toda la guita. De un momento al otro te podés morir". Los disfruté y ahora... no tengo plata, jajaja.
A partir de la enfermedad, ¿te cambió en algo la concepción de la muerte?, ¿el significado de la finitud?
Pasamos por este mundo y nos vamos, todo el tiempo la gente está naciendo y muriendo. Entiendo que muchos le den ese carácter sagrado a la vida y que se aferran a ella sea como sea. Pero hay algo que me dio la cultura mexicana de mucha sabiduría respecto a la percepción de la muerte. Allá hay una cultura hermosa al respecto, se muere alguien y te despedís con alegría, hay música, hay banquetes, no hay melancolía. Obviamente, que alguien muera joven o que tenga una enfermedad horrible es una fatalidad, pero para los mexicanos la vida es el paso por este mundo que tiene un principio y un fin y algo mucho más naturalizado en ese sentido que me parece hermoso. Se relativiza todo.
Créditos: Hernán Corera. Producción de Virginia Gándola.
¿Sentís que te pesó un poco ser uno de los nombres fuertes de Actrices Argentinas?
En un momento fue mucho, sí. Sobre todo el año pasado, que ya estaba atravesando todo esto. El primer año, cuando se ganó la media sanción en la Cámara de Diputados, fue espectacular. Después fue heavy porque en la de Senadores fue terrible, terminamos todas agotadas.
¿Es cierto que dijiste que tu enfermedad fue consecuencia de la forma en que le pusiste el cuerpo a la lucha feminista?
No. Pusieron eso en una nota, pero yo no lo dije así. Lo que quise decir fue todo lo contrario. Nunca sabés por qué te enfermás. Por ahí estuve tan exigida que el cuerpo hizo una alerta, pero por ahí no. Por ahí fue otra cosa nada que ver o cientos de factores a la vez. No creo que haya una razón concreta. Porque, además, siento que esa otra mirada le mete una culpa a la persona de no haber podido regular. Suficiente con que te toca esto tan tremendo como para encima culpabilizar a la víctima de la enfermedad. En mi caso podría haber sido por mi compromiso extremo con la causa, pero también pudo haber sido por cualquier otra cosa.
Pero sí, en un punto, después aflojaste.
Sí. Es que yo no puedo controlarme. Me enojo mucho. Al principio iba a los programas de televisión a confrontar con quienes están en contra del aborto, pero me sacaba. Es como hablar con un tío que no entiende.
"En las redes hay mucho bandolero, tiran tiros al aire y nadie piensa que del otro lado hay otra persona. No me gusta el juicio. ¿Quién puede condenar a otro?".
No te sale ser políticamente correcta.
No, no soy un cuadro político diplomático.
Se me viene la propuesta que te hicieron para ser vicejefa del Gobierno de la Ciudad con Matías Lammens. ¿Qué sentiste?
Un poco de vanidad, y por vanidad una hace cosas. Estoy a favor de los políticos que vienen con ideas nuevas, como Ofelia Fernández, ponele. Que sabe, pero a la vez trae algo de una política limpia, fresca. Me gusta y entiendo por qué me llaman, pero todavía no estoy preparada ni capacitada. Les doy lugar a las mujeres que sí lo están, que son un montón.
¿Te convertiste en un referente de un grupo de mujeres feministas?
No, no lo veo así. Lo único que quiero es participar de manera activa pudiendo cambiar las cosas si es posible desde mi lugar, que es un lugar de popularidad que me dio el sistema, justamente, para visibilizar las cosas en las cuales el sistema está fallando. No soy una académica, hay muchas cosas que no sé, otras que voy aprendiendo y desaprendiendo, no me siento una referente. Pero igual hay muchas cosas que me agradecen, mensajes que me llegan por redes.
Saco cuadrillé, Paula Cahen D’Anvers, $14.995. Pantalón, Jazmín Chebar. - Créditos: Hernán Corera. Producción de Virginia Gándola.
Y también, así como tenés un montón de mensajes lindos, estás expuesta a los haters y toda su violencia, ¿cómo te llevás con eso?
¡Sí! Está muy virulento el asunto y yo no estoy preparada. Además, todo lo que atravesé el año pasado me dejó con un dolor..., no quiero exponerme a que nadie pueda decir nada. Se complejiza ponerle el cuerpo a situaciones, pero igual lo seguiré haciendo por las cosas que me interesan, como la ley del aborto legal. Voy por lo importante, no me voy a enredar en situaciones tan poco reales como las redes, no me voy a meter en eso, si estoy "cancelada" del feminismo, si soy un referente... Porque, así como hay mujeres que piensan una cosa, después hay otras que piensan lo opuesto. Incluso yo, hoy puedo tener un mensaje y mañana otro. Nos vamos construyendo y deconstruyendo. Lo que quiera cada una, está perfecto.
¿Qué es eso de estar "cancelada" del feminismo?
Ni idea, hay gente que te dice: "Cancelada". Y no sé, eso lo da las redes. Hay gente que cree que puede opinar. Todo el mundo opina desde el celular y es muy fácil así. Las redes son tremendas, hay mucha virulencia. Se dicen cosas terribles desde el anonimato. Esta cosa inmediata de las redes le da una velocidad y una vehemencia que le quita responsabilidad. Nadie se detiene a escuchar, a pensar. Hay mucho bandolero, como que tiran tiros al aire y nadie piensa que del otro lado hay otra persona. No me gusta eso. No me gusta el juicio. ¿Quién es juez? ¿Quién puede condenar a otro? Me da gracia lo de cancelada. ¿Quién cancela a quién?
Eso es lo malo, pero ¿te sirven para algo las redes?
Para el trabajo. Me re borraría porque es una cosa medio viciosa. Creés que conocés la vida de todo el mundo y, en realidad, lo que ves es ficción.
¿Y para la militancia?
Obvio, para reclamar, para pedir. Pero no me interesa decir ahí lo que pienso o lo que opino. No me creo tan importante como para sentir que tengo un mensaje para dar. La vida es muy compleja para todo el mundo, hayas tenido o no hayas tenido cáncer, tengas o no tengas novio o lo que sea. Nadie es más importante que otro. No creo que nada te ponga en un lugar de superioridad. Solo te va cambiando la perspectiva de la vida.
Las crisis y los golpes de la vida, además de perspectiva, te fortalecen...
Una es como es y va sorteando lo que le va pasando como va pudiendo y, en el mejor de los casos, va reflexionando sobre eso que le pasa. Y hay días que te sentís Highlander y días que te sentís una mierda. Y no me juzgo.
Saco, Manuel Brown. Pantalón, JT. Stilettos, Blaquè, $2290. - Créditos: Hernán Corera. Producción de Virginia Gándola.
¿Qué perspectiva tenés hoy?
Tengo ganas de dirigir. Vamos a dirigir una película con mi amigo Ezequiel Díaz, toda en blanco y negro. Por eso me teñí casi de blanco, porque me gusta el contraste en el blanco y negro. Es un proyecto medio pequeñito sobre una pareja en decadencia. Después, tengo un primer guión de ópera prima que escribimos con Laura Paredes y que quiero dirigir.
¿De qué va este primer guión?
Es una comedia. Soy yo de 45 años que tuve un hijo a los 15. Y funcionamos como room mates. El hijo es mucho más maduro que la madre.
¿Qué fue Puerta 7?
Fue un trabajo enorme. Me demandó mucho porque Caetano agarra el material y lo refresca en el momento y eso te demanda estar muy concentrada. Pero él es un gran director, hace planos increíbles, planos secuencia larguísimos, de alto nivel.
Tu personaje es súper feminista, ¿empezás a buscar esos roles?
En general no. Siento que podés hacer un personaje feminista y uno antifeminista y estás evidenciando algo que viene bien igual. Me encantó este personaje porque es como una especie de ET que viene a este mundo de barrabravas pero totalmente limpia. Después es gay, es lesbiana. Que me gusta porque no es un tema en la serie. Su identidad es su identidad, ni idea. Y llega como un extraterrestre, a un mundo de hombres, con toda la ingenuidad, planteando que hacer las cosas bien y no transar es fácil. Pero bueno, después van pasando los capítulos y se va envolviendo en las tramas del poder, le va tomando el gustito también.
Camisa sastrera, Vernna, $3280. - Créditos: Hernán Corera. Producción de Virginia Gándola.
¿Te pasó un poco, en el momento de mayor exposición de Actrices, que te entusiasmaste con el poder?
Yo aproveché el poder que me dio ser una actriz popular que trabaja desde hace 20 años. Esa visibilidad que nos da el sistema es la misma que usamos para evidenciar lo que está mal del sistema. Obviamente que el poder es libertad y que cuanto más poder tenés, más libertad podés ejercer. Obviamente siento que depende de las manos en las que caiga el poder si se transforma en algo bueno o malo. A veces me asusta y a veces me enorgullece el poder. El caso de Anahí de la Fuente, a quien después de la conferencia del Bauen la reconstituyeron en el cargo en que estaba, me enorgullece un montón. Logramos que eso sucediera y eso es muchísimo. Thelma Fardin ahora es una militante del feminismo impresionante y logró trascender su situación y poder abrirlo a todo el mundo, sin victimizarse. Me doy cuenta del poder que tenemos cuando la contraofensiva es muy fuerte, cuando nos dan patadas en la cara y nos quieren destruir de manera muy concreta, me doy cuenta de que somos poderosas, que estamos molestando un poco. Obviamente la contraofensiva te da miedo porque la violencia es horrible, pero después decís: "Algo está pasando, no es todo por nada". Entonces hay que resguardar ese poder. Por eso tampoco me metí en política. Porque Actrices es un movimiento apartidario. Si nuestro patrimonio lo toma un partido político, pierde fuerza el reclamo. Era poco responsable de mi parte meterme en política. Ahora. En diez años, ni idea. Espero que en diez años Actrices Argentinas ya no tenga trabajo, que esté todo resuelto.
¿Ahora qué están haciendo puntualmente en Actrices Argentinas?
Se está trabajando mucho acompañando a mujeres con casos puntuales de violencia que se acercan buscando ayuda. Se dan charlas... Yo ahora acompaño, pero se mueve solo. Si hay que ponerle el cuerpo a una situación concreta, lo hago, obvio. Pero ya no estoy en la parte tan ejecutiva.
¿Sentís a Actrices como un grupo de pertenencia?
Hay algo en agruparse con muchas mujeres que te da mucho poder. Siento que Actrices fue un refugio, un sostén, lo sigue siendo. Pero a la vez lo que pasa entre las mujeres es algo más grande, hay más complicidad, estamos más relajadas entre nosotras. Sí siento que Actrices me dio un lugar de lucha más organizada. Yo venía diciendo lo que pienso desde hacía un montón. Desde 2015, o antes, vengo hablando del aborto. Me parecía absurdo que no se estuviera hablando de eso.
Siempre dijiste lo que se te cantó, Actrices solo te dio la estructura.
Sí, siempre dije e hice lo que se me cantó. Ahora me acompaña una estructura de mujeres que también dicen lo que les parece y, obviamente, no todas pensamos igual, pero esas discusiones y debates son lo que hace interesante y más profundo el feminismo. Actrices es como una cápsula dentro de un movimiento enorme, por suerte.
Top, Jazmín Chebar. - Créditos: Hernán Corera. Producción de Virginia Gándola.
¿Cómo educar a hijos con conciencia feminista en este momento?
Creo que es fácil. No hay que hacer mucho. Vas viviendo como te gusta. Aparte vienen con otra información, obviamente depende de a qué colegio los mandes, y el de mis hijos está recontra en línea con lo que yo pienso. Confío en los docentes, en los compañeros. Hay algo que se genera solo.
¿Y ellos te terminan deconstruyendo en algún punto a vos?
Recontra. Vienen con todo, los niños hoy. Preguntan, tienen curiosidades. Es gracioso porque la nena arranca de la nada con: "¿Cómo puede ser que hagan ese chiste de las mujeres?". Tiene la alerta feminista incorporada. Se dispara la alarma y ella sola arranca con las preguntas. También hay una libertad con la identidad y la sexualidad que está buenísima.
Top, Ann Wagners. Pantalón, JT. Zapatilla, Puma, $5999. - Créditos: Hernán Corera. Producción de Virginia Gándola.
El título de tapa es "Hacé algo valiente", ¿qué fue la última cosa valiente que hiciste?
Tuve cáncer, me salvé y lo estoy sobreviviendo, sigo. Soy valiente en general. Suelo hacer las cosas sin miedo y no me pregunto mucho nada. Me animo a las cosas.
Vivís sin miedo...
No, tengo mucho miedo. Pero bueno, voy para adelante. La vida te pone cada día en una coyuntura diferente. Hay días que te parece genial la vida y días que te parece una mierda y hay que ir surfeando eso y encontrarles sentido a las cosas que elegís hacer.
Maquilló Maia Rohrer con productos Chanel. Peinó Maia Rohrer. Agradecemos al Club Atlético Huracán y a Toia Milanese por su colaboración en esta nota.
Las más leídas
Te contamos cuáles son las notas con más vistas esta semana.