Balenciaga cancelado: las tres campañas polémicas que fueron demasiado lejos
Analizamos el Balenciaga-gate para entender qué pasó, por qué tiene tanto impacto y qué sucede con Demna Gvasaglia y la firma española más controvertida.
2 de diciembre de 2022 • 17:41
Balenciaga cancelado: campañas polémicas que fueron demasiado lejos
Balenciaga agoniza. En los últimos días se difundieron las fotos de tres campañas que, una detrás de la otra, presenta guiños intolerables. La primera que llamó la atención fue la de Balenciaga Gift Shop en las que se ve a niños posando junto a peluches vestidos con accesorios sado, como arneses, candados y chockers. En las redes no cayó nada bien y Balenciaga pidió perdón por primera vez. Pero el “descuido” abrió la caja de pandora y los sabuesos de Twitter decidieron hacer doble click en cada una de las últimas campañas.
En una de ellas se ve a los modelos en una oficina en donde puede advertirse en el fondo un diploma con el nombre de John Phillip Fisher, un hombre acusado de abusar a su nieta de 4 años. Por otro lado, en la campaña Garde-Robe, fotografían a una mujer en una oficina junto a un escritorio repleto de papeles. En uno de ellos se pueden leer documentos del caso Ashcroft v. Free Speech Coalition, sentencia que anuló porciones de la Ley Federal de Prevención de la Pornografía Infantil. Y aunque la firma ya bajó todas estas campañas, borró todas sus fotos de Instagram y publicó tres cartas de disculpas, ya ha ido demasiado lejos.
La nueva lógica de la moda
Cuando los libros hablen sobre los años 20 de este siglo, seguramente destaquen el papel de las redes sociales y la viralización. Ya sea por quién viste el nuevo ítem, las fotos de su campaña o por lo llamativo –y hasta ridículo- del diseño, las firmas que marcan el ritmo de la industria fashion son las que entendieron que, en un mundo en el que redundan la información y los estímulos, hay que convertirse en meme para triunfar. Hasta hace una semana podíamos decir que Balenciaga lo había entendido todo.
Pero jugar al juego de “convertirse en viral” es como entrar a una tienda de fuegos artificiales con un fósforo prendido: puede volar todo por los aires. Y eso es lo que acaba de ocurrir con Balenciaga. Una de las firmas más importantes de la historia universal de la moda se está haciendo pedazos por las malas decisiones de quienes priorizaron el marketing viral por sobre la ética y la moral.
Cristóbal Balenciaga, el diseñador de moda más importante de España y uno de los grandes maestros de la historia de la moda (tanto Christian Dior como Coco Chanel lo destacaban como el mejor), debe estar retorciéndose en su tumba. Es que mientras Balenciaga se caracterizaba por la genialidad de su trabajo y el perfil bajo (dio solo dos entrevistas en toda su vida), hoy la firma se caracteriza por el diseño de impacto y sus repercusiones escandalosas. Porque es cierto que la sociedad de consumo puede pedirte show, puede alentar el escándalo, puede ser adicta a la sorpresa y a la dopamina, pero las marcas no pueden cumplirles el deseo a cualquier costo. Balenciaga cruzó fronteras. ¿Y ahora?
¿Cuál es el futuro de Balenciaga?
Así como vivimos en la era de la viralización también surfeamos, sobre todo creativos y personajes públicos, tiempos de cancelación. ¿Quién se acuerda de John Galliano? Solo hace algunos años, en 2010, era amo y señor del mundillo fashion diseñando nada menos que para Dior. Pero sus adicciones, sus dichos antisemitas y sus malas decisiones lo cancelaron y lo hicieron desaparecer.
Claro, el que desapareció fue John Galliano y no Dior. Probablemente, y después de que pase la tormenta y se aclaren las opacidades que cubren las últimas acciones de la firma, seguramente veremos una nueva era de Balenciaga en la que ojalá hablemos más de sus diseños que de sus escándalos y polémicas.
¿Quién es Demna Gvasaglia, director creativo de Balenciaga?
“La cualidad más importante es la falta de miedo porque el miedo bloquea la creatividad y, si estás tratando de complacer, nunca lo lograrás”, declaraba Demna Gvasaglia a Vogue hace un tiempo. Y aunque es cierto que el miedo bloquea la creatividad y que para trascender hay que arriesgar, siempre hay límites. Yo no hablaría de miedo, pero sí de respeto. Hay que tener cuidado con la apropiación cultural, con los límites que se corren y con las metáforas que se usan.
Demna probablemente haya comprado el discurso que lo posicionaba como el nuevo rey midas de la moda. Creyó que su creatividad polémica y desfachatada delineaba el futuro de las tendencias. Creyó que podía decir, crear y hacer lo que se le ocurriese, pero no. La misma industria hambrienta de diamantes y alto impacto hoy le da la espalda y, probablemente, sea el eslabón más fácil de cancelar.
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