Karen Barg: "Tener novio después de tener marido me parece un planazo"

Te pregunto: 

¿Hace cuánto no pasás horas en el sillón de tu casa besándote? ¡Planazo!

Ver una serie sin que ninguno de los dos agarre el teléfono. ¡Planazo!

Dejarse notitas en la casa mientras el otro duerme, cenar a cualquier hora, mostrarle qué cosas te gustan, qué cosas disfrutás, aprender cosas nuevas, descubrir otra forma de ver las cosas que siempre veías igual, reírte hasta que no podes más pero ni siquiera acordarte de qué reías. ¡Planazo!

Probablemente lo que digo es un poco políticamente incorrecto y quizás es algo que solo me pasó a mí, pero volver a sentirte querida, cuidada, valorada, respetada es lo más. 

Claro que ese valor tiene que estar dentro nuestro, pero también es lindo que tu pareja te vea y te haga sentir así.

Rápidamente nos pusimos de acuerdo en algunas cosas que para los dos eran importantes.

Tema hijos: por ahora nuestros hijos iban a quedar fuera de la relación. Cada uno por su historia y sus hijos preferíamos preservar esta parte y por suerte los dos estábamos en la misma página.

Mundo propio: por suerte en esta también estábamos de acuerdo: la vida en pareja es hermosa, pero también hay otras cosas, rutinas y otros vínculos que necesitábamos respetar y alentar.

La más importante, que, si bien no la hablamos, quedó implícita y con el tiempo me di cuenta de que era así para los dos: siempre primero los hijos, sin peros.

Reglas claras mantienen la amistad: pero esto que iba a pasos agigantados ya no se parecía nada a una amistad.

Algunas señales: un día después de volver de un viaje nos extrañamos un montón. Ahora que pienso me fui solo 3 días, un toque exagerados, pero así estábamos: súper enganchados.

En fin, nos vimos cuando volví y tenía una cara rara, me miraba como con unos ojos distintos.

- ¿Sabés que yo sé leer mentes?, le dije

- Ah, ¿sí? ¿Y qué estoy pensando?

- Yo sé lo que estás pensado, pero cuando vos quieras me lo vas a decir. Se acercó a mi oído y casi susurrando me dijo: “Me estoy enamorando de ti”

Me quedé tiesa… no sabía qué decir. Claramente sentía lo mismo, pero no sabía cómo expresarlo, solo pude besarlo y sonreír.

Esa misma noche, en pleno agosto, con un calor de locos me dice:

- Eres la novia ideal, porque te gusta dormir con aire acondicionado.

- ¿Qué?

- Que es genial dormir contigo porque dejas el aire…

- No, no, lo de antes. ¿Una qué ideal?

- Bueno, es verdad que nunca te lo pregunté…

- (silencio absoluto) 

- ¿Quieres ser mi novia?

- ¡¡¡Sí!!!!

Y así empezó formalmente el amor después del amor.

(continuará)