Predicciones en Argentina: esto es lo que nos dice la astrología sobre el futuro del país
Estamos en un momento de transición por muchos motivos, uno de ellos, es el panorama electoral. En esta nota reflexionamos sobre qué puede traer el futuro según las tendencias astrológicas.
23 de noviembre de 2023 • 10:00
La energía astral de Argentina, de acá a fin de año. - Créditos: Canva
Argentina vivió recientemente su Retorno de Saturno: un proceso que comenzó en marzo de 2022 y que se completó en febrero de este año. Como en la vida de las personas, los retornos de Saturno en las cartas natales de países reflejan la necesidad de llegar a un nuevo nivel de madurez, responsabilidad y aplomo, y para eso se necesita trabajar en las estructuras.
Saturno quita lo que ya no va para cimentar los próximos pasos sobre firme.
Un actor decisivo: Plutón
En paralelo a este momento de aprendizaje desde lo saturnino, Plutón transita sus últimos grados en Capricornio, signo en el que estuvo desde 2008 y del que salió momentáneamente entre marzo y junio de este año para entrar al grado 00° de Acuario. Como después empezó una retrogradación, que todavía sigue, tuvo (y tiene) la oportunidad de revisar lo que quedó pendiente del período que empezó en 2008. En aquella época, el país atravesaba el llamado 'conflicto del campo', que representó el primer desafío del gobierno recién asumido de Cristina Fernández de Kirchner.
Y, si lo pensamos en comparación, en ese momento pasaba lo mismo que ahora en cuanto a lo siguiente: las elecciones se dieron bajo la energía de Plutón en un signo, pero para el momento de comenzar a gobernar ya había cambiado al siguiente. Y Plutón es el actor encargado de dar el tono de época: marca el pulso desde lo ético y lo estético.
No fue la primera vez que pasó esto: las elecciones en que volvió la democracia, en 1983, se dieron con Plutón saliendo de Libra, pero el gobierno de Alfonsín comenzó en Escorpio. Lo mismo sucedió en la transición plutoniana siguiente: el segundo gobierno de Menem fue electo al final de Escorpio pero ejecutado durante Sagitario.
Este no es un dato menor, porque Plutón filtra nuestra manera de ver y vivir en el mundo, y el hecho de elegir con la mentalidad de hoy lo que habrá que implementar con la mentalidad de mañana representa un desafío extra.
Pareciera ser que Argentina tiene un patrón en cuanto a esto.
Plutón en Capricornio y en Acuario
Plutón en Capricornio entiende la responsabilidad como acatamiento de las normas. Es un signo fuertemente ligado al cumplimiento del deber, esté de acuerdo o no con lo que ese deber impone.
Esto, junto a la situación en que se encuentran Neptuno y Urano, da como resultado un contexto social en el que no hay una reacción activa y concreta frente al descontento: la única manifestación contundente fue la del domingo 13 de agosto, cuando un 70% de la población votante (más del 30% del padrón no se presentó) canalizó su disconformidad con lo que los analistas políticos denominan “voto bronca” en las PASO.
Los últimos momentos de un Plutón en tránsito suelen resaltar la vena más difícil del simbolismo del signo en el que están. En el caso de Capricornio, la dureza, la frialdad, el descorazonamiento.
La Luna natal de Argentina también está en Capricornio y nos lleva a agachar la cabeza, aguantar todo y apelar a nuestra resiliencia como si fuera algún tipo de superpoder. Es una caja de resonancia de este momento plutoniano.
Por todo esto, el escenario está dado para que hoy gane la fuerza más conservadora, dura, reaccionaria.
El 20 de enero, cuando Plutón vuelva a Acuario, va a comenzar a gestarse una actitud más proactiva frente al descontento.
Capricornio congela: Acuario enciende.
A partir de 2024 se activa la rebeldía y aparecen las ganas de levantar estandartes de libertad y progreso. La ironía aparece cuando los estandartes de libertad y progreso los erige gente que, en realidad, es conservadora, dura y reaccionaria, aunque su discurso diga otra cosa y logre mucha conmoción en las masas.
Los otros planetas que dan contexto: Neptuno y Urano
Neptuno y Urano son, junto a Plutón, los otros planetas transpersonales: transitan lentamente y su energía atraviesa a una generación de personas nacidas bajo el mismo signo.
En este momento, los dos están en energías yin, de agua y tierra respectivamente: Neptuno se encuentra en Piscis y Urano, en Tauro. Cada uno de ellos revisa sus temas: cierres e integraciones de etapas en el caso de Neptuno y temas de solvencia, economía y materialidad en el de Urano.
Pero, al igual que Plutón, los dos transitan sus últimos meses en las energías actuales. Neptuno va a pasar a Aries el 30 de marzo de 2025 (iniciando un ciclo que durará hasta 2038) y Urano, a Géminis el 7 de julio del mismo año (donde se quedará hasta el ‘32). Mientras tanto, Saturno se suma a la energía ariana el 25 de mayo de 2025 (para su ciclo 2025-2028).
Contrapongamos las energías Piscis/Tauro con las energías Aries/Géminis: de la receptividad del agua y la tierra a la acción y extroversión del fuego y el aire. Una chispa se va a encender y a avivar; combinada con el carácter combativo y disconforme de Acuario, el pueblo argentino va a dejar de hablar en murmullos y hacer oír su voz en protestas y acciones visibles, contundentes y organizadas.
2025 va a pintar un panorama socio-político que no se va a parecer en nada al actual, al de agosto de 2023.
Retrogradaciones y planetas directos
Una cosa que no tenemos que ignorar es que en este momento hay mayoría de planetas en retrogradación en el cielo. Cuando se da esta situación, la energía está introyectada y no hay una búsqueda expresiva. Se puede encontrar, entonces, la tercera clave astrológica para entender que como sociedad acatemos los avatares económicos y políticos con cierta resignación en el día a día.
Si sumamos a Plutón y su discurso del deber y las formas con Neptuno aportando confusión y Urano preocupado por subsistir cuando los recursos tambalean, tenemos una explicación del panorama actual. Pero, poco a poco, los planetas que actualmente miran “hacia atrás” (de manera simbólica) van a retomar su marcha directa antes de fin de año.
Plutón, por cierto, deja la retrogradación y avanza rápidamente desde el 11 de octubre, pocos días antes de las elecciones generales.
Presente y futuro: de la pasividad a la reacción
Queda claro entonces que estamos en un panorama provisorio, marcado por la transición entre energías por parte de los planetas que definen la identidad de una época.
¿Qué podemos esperar para los próximos meses? En relación a la carta natal de Argentina, la tensión entre Urano y Saturno (respectivamente, lo nuevo y lo tradicional, la rebeldía y la estructura dada) se nota fuertemente gracias a los tránsitos. Son momentos de pugna entre el viejo mundo que no termina de morir y el nuevo mundo que todavía no nació, parafraseando a Gramsci.
A esto podemos sumarle que el eclipse que se dará el 14 de octubre (justo antes de las elecciones presidenciales) caerá sobre el Ascendente natal del país, donde también estará el Nodo Sur Lunar (aquel que habla de lo que debemos dejar ir): va a ser una elección decisiva, pero no determinante. Falta para el cierre de una etapa.
Esa etapa tiene que ver directamente con el Ascendente natal argentino: Libra, que propone un vaivén entre polarizaciones y dualidades. Estamos asistiendo al momento en que ese vaivén se quiebra y se complejiza, incorporando matices.
Sumémosle a esto que Plutón, la energía transmutadora, está tensando a ese Ascendente y tendremos como resultado que la “cara” del país cambie. Esa cara que históricamente se trató de intentar mantener las formas pase lo que pase, de preocuparnos por cómo nos perciben en el mundo, de no decantarnos nunca para uno de los dos lados en un constante sí pero no, se va a resignificar ya desde enero de 2024.
El pueblo, cansado de desengaños y de ver pasar decisiones políticas que no lo tienen en cuenta, tendrá como tarea encontrarle un nuevo sentido al desafío de crecimiento que llega desde el Ascendente del país y conectarse con lo mejor de Libra: la búsqueda de que todo sea lo más justo posible para todos los que vivimos en este suelo.
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