The Whale: una película gordofóbica y estereotipante que no necesitábamos
La influencer del body positive Agus Cabaleiro escribió una crítica de la película The Wale, candidata al Oscar. “Roza el body horror”, dijo.
4 de marzo de 2023 • 14:14
Brenda Fraser en The Whale, su última película.
Si había algo que no necesitábamos en 2023 es una película tan gordofóbica y estereotipante como The Whale. Un profesor de literatura que pesa 257 kg, consumido por la depresión y la soledad, intenta reestablecer un vínculo con su hija. Le quedan pocos días de vida a causa de una enfermedad cardiovascular causada, obviamente, por su obesidad. La película The Whale, nominada al Oscar y muy probablemente la ganadora, reafirma todos los estereotipos de una persona gorda que nos enseñan desde que nacemos. Conocemos al personaje masturbándose mientras mira porno gay, para que segundos más tarde le dé un paro cardiaco del que apenas escapa.
Cuando se angustia porque su hija no quiere tener una relación con él (y con mucha razón, porque él la abandona a sus 8 años), come de una manera desagradable dos pizzas apiladas con mortadela y mayonesa. Además, obviamente, come una pizza entera por día. En su casa hay mucha basura, cajas de pizza y mugre.
A lo largo de la película casi muere por segunda vez, pero en esta ocasión es por intentar tragar un pedazo muy grande de comida.
Lo que considero lo más grave de todo: su gordura es el descuido por una situación emocional, su destino es la depresión y todos esos kilos son la coraza que lo protegen de alguna manera de volver a ser lastimado. Un desastre.
La película refuerza nuevamente todos los estereotipos de lo que la sociedad piensa que es ser gordo: comer todos los días pizza, morirte por un ataque al corazón, terminar tu vida solo, ser sucio, estar transpirado. Y el peor: que la gordura tiene una razón emocional.
Hay una narrativa generalizada que The Whale toma para la trama, que es este supuesto círculo vicioso de los gordos odiándose por ser gordos, que porque se odian no se “cuidan”, que porque no se cuidan son gordos y, como son gordos, se hunden más en la depresión. Por suerte también hay corrientes de la nutrición moderna que son más incluyentes con los cuerpos, que cuidan desde la diversidad corporal y que rompen con estos mitos.
Los gordos no son gordos porque comen “mal” (si es que podemos definir a la comida como buena y mala, simplemente) y tienen depresión por ser gordos. Más bien, ven a la salud de manera integral analizando los comportamientos del paciente en su totalidad y dejando de lado un número en una balanza.
The Whale intenta, a través de todos sus medios, generarnos incomodidad y asco por el personaje de Charlie. Las tomas en los cuales se lo ve ocupando todo un pasillo, los ángulos en cuales se deja en claro que él es gigante, la metáfora de Moby Dick rozan el body horror. ¿Pero qué podemos esperar de una película que se llama La Ballena?
En lugar de intentar incomodar con su gordura y su tamaño The Whale podría habernos dado una lección muy importante sobre cómo la gordofobia sigue vigente, sobre los trastornos por atracón, sobre cómo la salud también tiene que ser mental y sobre cómo no seguir perpetrando los mismos estereotipos dañinos que nos vienen perjudicando hace tantos años.
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