Otra oportunidad: las segundas vueltas, ¿nunca fueron buenas?
¿Cortaste y volviste? Quizás te sientas identificada con esta nota.
23 de diciembre de 2014
¿Nos damos una segunda oportunidad? - Créditos: Corbis
Parecía que todo estaba terminado, que no había vuelta atrás, hasta que de repente, la relación se reactiva, y ahí estamos nosotros preguntándonos si volver es un acierto o el peor de los errores. Dudas y certezas sobre las segundas oportunidades.
Ya habíamos pasado por esos tiempos difíciles que implica la ruptura de una relación, hasta sentíamos que las cosas de a poco se iban acomodando, pero todo eso se esfuma cuando la otra persona nos plantea la idea de volver. Lo que veníamos elaborando cambia de rumbo y nos encontramos en la complicada situación de tener que tomar una decisión.
¿Extrañar alcanza para querer volver? Nos dejen o hayamos dejado, cortar una relación no es nada simple, estallan todas nuestras emociones a la hora de pensar nítidamente, por eso nos cuesta encontrar el parámetro adecuado para decidir volver. Muchas veces extrañamos aspectos de la relación en sí, que van más allá de extrañar a la persona, se trata de esas cosas cotidianas que directa o indirectamente nos atan al recuerdo del otro, ya sea por las rutinas que teníamos en común o por los momentos compartidos. No podemos borrar el pasado y menos a la personas que fueron parte de él, por eso es esperable que esto suceda. Lo que debemos distinguir es si se trata de un sentimiento nostálgico o si hay realmente un deseo genuino de reconstruir el vínculo.
Cuando decidimos apostar nuevamente a la relación, la idea de crecimiento debe ser la que reine. Si volvemos, no es para que cambies vos, ni para que cambie yo, es para que juntos busquemos un cambio que nos permita crecer a los dos como pareja. Por supuesto que todo cambio exige un #compromiso, y es justamente ese desafío el que debemos tener presente, porque cuando las cosas no están claras es muy fácil repetir los errores. Para poder transitar una segunda oportunidad, ambos tienen que estar dispuestos a encontrar una dinámica nueva, no estancarse en los conflictos anteriores, sino superarlos desde un lugar diferente, buscando moldear el tipo de relación que los realice a los dos.
Los #NO para tener en cuenta antes de las "segundas vueltas"
¿Puede ser todo color de rosas? - Créditos: Corbis
- No volver a "lo mismo de siempre". Regresar para que nada cambie, es saber el final de antemano. Si no estamos permeables al cambio, los problemas que anteriormente tuvieron peso en la pareja, volverán y nuevamente no los podremos superar.
-No idealizar el pasado. Muchas veces cuando miramos para atrás, minimizamos situaciones que en su momento nos causaron dolor, por eso debemos analizar cómo fue la relación desde toda su dimensión, no detenernos sólo en los lados positivos, sino lograr armar una visión amplia de cómo fue nuestro vínculo con la otra persona.
-No regresar si no estamos convencidos. Siempre que hablamos de una nueva oportunidad, hay dudas e incertidumbre justamente porque se trata de una apuesta a futuro, pero muy distinto es sentirnos inseguros sobre si es lo queremos para nosotros. Un regreso sólo puede funcionar, si ambos están dispuestos a creer en él, con la confianza de que es lo mejor para la pareja.
Ninguna respuesta determina, a ciencia exacta, si son buenas o no las segundas vueltas, pero sí podemos saber que "el volver" debe tomarse desde el conocimiento positivo de que nunca se regresa a lo de antes, siempre se arranca desde un nuevo punto que tiene que ser transformador para los dos, que los tiene que trascender, reconstruyendo un vínculo basado en la solidez que le da el amor entre ambos. Si nuestro regreso está únicamente marcado por el deslumbramiento que implica la vuelta, haciendo valer sólo lo impulsivo, no teniendo en cuenta si es lo que realmente nos hace feliz, debemos cuidarnos de no ser como Ícaro, en la mitología griega, que maravillado por la idea de volar, se acercó demasiado al sol, sin pensar que éste le podía derretir las alas.
¿Y vos? ¿Qué opinas de las segundas vueltas? Además: ¡Cortamos! El miedo a la soledad y Te amo... pero la convivencia no funciona