Por qué te conviene agregar cúrcuma a tus comidas

En Latinoamérica, también se le conoce como “palillo” o “azafrán de raíz. Es es una planta herbácea de la familia de las zingiberáceas, originaria de la India; también se la cultiva en Polinesia y el sudeste asiático.

En cocina se consume su polvo y su raíz y es una especia que da color y aroma pero no saboriza, aunque tiene un dejo muy sutil de picante.

¡Tiene muchísimos! Es antioxidante, combate la acidez estomacal,es buena para el hígado y para el corazón, mejora las defensas, y los problemas respiratorios, es antibacteriana, regula los ciclos menstruales, ayuda a disminuir la abulia, y como es un potente analgésico se la usa para aliviar la artritis y la osteoartritis de rodilla.

Según un estudio (Efficacy and safety of Curcuma domestica extracts compared with ibuprofen in patients with knee osteoarthritis: a multicenter study) resulta tanto o más eficaz que el ibuprofeno para calmar los dolores y mejorar la funcionalidad de articulación en la osteortritis de rodilla y no es tóxica.

Con respecto a su eficacia en la protección cardiovascular también se realizaron varios estudios que la avalan (The protective role of curcumin in cardiovascular diseases).

Cabe aclarar que los beneficios se obtienen en el marco de un plan alimentario adecuado para cada persona y de una rutina de hábitos saludables durante todo su día.

En un curry. Si preparás un curry agregale cúrcuma, aunque la mezcla de especias que uses ya tenga, agregale más todavía. Una cantida ideal y que no va a afectar el sabor de tu plato es media cucharadita por porción. Agregalo al estar por terminar la cocción para que el calor no altere sus propiedades.

Con huevos y con verduras cocidas. Espolvorealos con cúrcuma antes de servirlos, tambén agregalo una pizca de pimienta o alguna especia que te guste para dar más sabor.

Con las legumbres. En guisos y sopas que tengan legumbres, mezclala con hierbas como cilantro, tomillo, romero.

Tomalo si necesitás calmar un dolor o una inflamación. Probalo antes de acudir a un analgésico farmacológico y comprobá si te funciona.

1 cucharadita de cúrcuma

4 tazas de agua

1 cucharadita de miel, limón o jengibre

Herví el agua en una ollita y agregale la cúrcuma, luego poné el fuego en mínimo y mantenelo así revolviendo un poco durante 15 minutos. Después colalo, aagregale miel y jugo de limón o jengibre. Está listo para tomar.

Si lo querés hacer cremoso agregale 2 cucharadas de leche de coco o de almendras o cualquier otra leche vegetal. Podés aromatizarlo más aún con extracto de vainilla y canela.

Experta consultada: Lic. Florencia Ramos, nutricionista, directora de Nutrición de Maestro Estética