Qatar, Irán y EE.UU.: 3 países que retroceden en materia de Derechos Humanos

QATAR

En el país anfitrión del Mundial, las mujeres, niñas y disidencias son fuertemente discriminadas y se encuentra totalmente desprotegidas contra la violencia física, psicológica, doméstica y sexual.

En virtud del sistema denominado “tutela masculina”, las mujeres y niñas necesitan el permiso de su tutor (marido, padre, hermano, abuelo o tío) para casarse, estudiar en el extranjero, trabajar en empleos públicos, viajar al extranjero si son menores de 25 años, y acceder a la atención de su salud sexual y reproductiva. A su vez, se enfrentan a dificultades para divorciarse y sufren enormes desventajas económicas.

Hay que resaltar que el sistema discriminatorio de tutela niega el derecho a tomar decisiones esenciales y resulta contrario a las obligaciones que ha asumido ese país en virtud de las normas internacionales de derechos humanos.

En relación a las diversidades y al Mundial Qatar 2022, desde la FIFA amenazaron con sancionar a las selecciones que apoyen al colectivo LGBTIQ+ dentro de la cancha. A su vez, ya son siete las selecciones europeas que participan del Mundial que pidieron a los capitanes de sus equipos que no usaran el brazalete "One Love", en favor de la inclusión de distintos colectivos en el fútbol, incluido el LGTBI, por temor a ser sancionados por la FIFA, que no autoriza esas acciones. Este brazalete se usa desde 2020 en apoyo a la inclusión.

IRÁN

Luego del asesinato de Mahsa Amini, la joven kurda de 22 años que fue detenida y torturada por la “policía de la moral” acusada de llevar mal puesto el velo obligatorio en septiembre de este año, el caso trascendió las barreras iraníes y captó la atención mundial.

Desde Amnistía Internacional en conjunto con diversos movimientos a favor de los Derechos Humanos, denuncian y divulgan que en Irán, los derechos son violados sistemáticamente, avalados por un estado teocrático que hoy continúa rigiendo las leyes y políticas iraníes de acuerdo a la lectura ultraortodoxa de la sharía (ley islámica) desde la revolución de 1979 liderada por ayatolá Jomeini. Desde entonces, las mujeres perdieron muchos derechos en casi todos los ámbitos de su vida.

Actualmente, en Irán hay decenas de miles de mujeres y niñas que son sistemática y aleatoriamente interceptadas en la calle por la “policía de la moral”, que las insulta, amenaza y les ordena cubrirse algún mechón de pelo con el velo o retirarse el maquillaje. Con frecuencia, también son agredidas físicamente. Estos actos constituyen tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, absolutamente prohibidos por el derecho internacional.

ESTADOS UNIDOS

Desde que, en junio de este año, la Corte Suprema de los Estados Unidos decidió revertir el fallo Roe v Wade, el histórico precedente de 1973 que consagró el derecho al aborto con fundamento en el derecho a la privacidad dentro del primer trimestre de gestación, el país volvió hacia atras medio siglo limitando el derecho al aborto a la ciudadanía estadounidense. Al día de hoy, son 14 los Estados que prohibieron o restringieron severamente el aborto.

“Como suele suceder, todas estas trabas descargan su mayor fuerza prohibitiva sobre las poblaciones más vulnerabilidades. Prohibir el acceso legal al aborto no le pone fin, sino que obliga a las personas embarazadas a recurrir a prácticas inseguras, lo que pone en riesgo su vida y su salud”, expresaron desde Amnistía Internacional. 

“Mientras en América Latina se ha avanzado en Argentina, Colombia y México; Estados Unidos se empeña en adoptar medidas regresivas y anclar a las mujeres en su rol reproductor. Esto va a contramano del consenso mundial a favor de respetar y garantizar el derecho a la interrupción del embarazo como un componente esencial de cualquier sociedad justa e igualitaria. La liberalización de esta práctica representa un paso significativo en materia de salud pública, autonomía reproductiva y derechos humanos, esencial para lograr la justicia de género”, puntualizaron.

A modo de cierre, Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina señaló: “Estas estimaciones son la punta del iceberg. Por lo general, la violencia contra las mujeres no se denuncia debido a la estigmatización, la impunidad o el temor a enfrentarse a más hostilidad. Esta es una barrera para que podamos desarrollarnos en igualdad de condiciones que los hombres, y ejercer y disfrutar plenamente nuestros derechos".