Quién es Fernando Cáceres, el ex jugador de Selección que volvió a ser noticia por la muerte de su pareja
Fernando Cáceres supo ser noticia años anteriores tras ser baleado en una situación de robo. Ahora, vuelve a ocupar las portadas tras la muerte de su mujer.
3 de diciembre de 2024 • 14:58
Cáceres vuelve a ser noticia. Esta vez, por la muerte de Raquel Candia, su pareja quien cayó de un séptimo piso de un edificio de Ramos Mejía - Créditos: Archivo La Nacion
Fernando Cáceres ocupó la primera plana de todos los diarios hace unos cuantos años cuando fue asaltado en Ciudadela, se resistió y fue atacado a balazos. Allí comienza una nueva vida para el ex jugador de futbol de la Selección que permaneció internado durante un largo tiempo luchando entre la vida y la muerte.
Ahora, unos años después Cáceres vuelve a ser noticia. Esta vez, por la muerte de Raquel Candia, su pareja quien cayó de un séptimo piso de un edificio de Ramos Mejía en un episodio confuso que todavía no fue esclarecido.
Ahora bien, si hacemos un repaso por la vida del deportista podemos decir que Cáceres nació en un barrio pobre de San Isidro y desde chico amaba jugar al fútbol. En 1985 comenzó a formar parte de la Selección Sub 16 junto a figuras como Hugo Maradona y Fernando Redondo. Luego, pasó por Argentinos Juniors e hizo su paso por River de la mano de Daniel Passarella como DT. Allí la rompió entonces tuvo la posibilidad de mostrar su juego en el Zaragoza, en Europa.
Su regreso a la Argentina lo llevaron a jugar con Boca, en la época de Carlos Salvador Bilardo, junto a Maradona y Claudio Paul Caniggia. A su vez, hizo su magia en la Selección Argentina de la mano de Alfio Coco Basile.
En 2009, su vida cambió para siempre. Una banda de adolescentes lo asaltó en Ciudadela. Él se resistió y fue atacado a balazos. Un proyectil le perforó el ojo derecho y le fracturó la base del cráneo. Estuvo dos meses peleando por su vida, perdió el ojo, y quedó en silla de ruedas.
Pero eso no es todo. Un año antes una ex pareja lo denunció en la Justicia por no cumplir el acuerdo al que habían llegado luego de un divorcio complicado.