Eclipse solar en Libra: cuándo es y cómo te impacta su energía astral
La astróloga Aye Romano nos invita a aprovechar este mes de los eclipses para volver a uno, a los verdaderos deseos, al sentir personal. Más que agradar a otros, propone primero amarnos y aceptarnos nosotros mismos.
19 de octubre de 2023 • 15:00
Este es el momento en que la corona del sol es visible al 100% de su totalidad. - Créditos: Getty
Creo que todos, en algún momento de la vida, caímos en esa cuestión de intentar ser medio pick me girl (esas personas que tienen casi una necesidad patológica de ser elegidas a costa de siempre ser diferente a los demás, como si no supieran jugar en equipo o buscaran constantemente nadar contra la corriente). Pedir que nos elijan, que nos amen. Eso implica ponernos en la posición o en una dinámica en la que estamos esperando y deseando ser queridos, ser elegidos.
La realidad es que la mayoría de las veces eso no sucede, no porque uno no se merezca ser elegido, sino porque de manera bastante inconsciente tenemos el impulso de apuntar a quienes no nos van a elegir. Entonces, repetimos algo que duele, una sensación que viene de muchísimo tiempo atrás y que de alguna forma confirma que no nos merecemos ser elegidos.
Cuántas veces uno se deja en la posición de ser elegido, cuando en realidad quien se elige a sí mismo no necesita que venga otro a hacerlo.
Así es que, en incontables ocasiones, desarrollamos un miedo intenso a ser “demasiado” o a caer mal. Nos achicamos. Esto también responde a cuestiones internas: el miedo a que nos critiquen, a que nos quieran cortar la cabeza. Pero la realidad es que todo lo que implique tener personalidad en este mundo va a traer una reacción y es la de caerle mal a alguien.
Incluso cuando no hagas nada malo, solo por tu forma o de hablar o de sonreír a alguien le vas a caer mal, así que mejor caer mal por quien sos, antes que ser infeliz intentando que otras personas que jamás en la vida te van a querer gusten de vos.
Esto implica, de manera inevitable, perderle el miedo a ser protagonista, dejar de vivir achicándote; por el contrario, decir “acá estoy”. Hacerse cargo de uno mismo, de sus ganas, de sus deseos, de su propia personalidad.
Pero esto no queda acá, porque la siguiente consecuencia de esto es pensar que no vamos a poder con algo o nos crían para depender de los demás, por eso muchas veces nos quedamos ahí chiquitos en ese espacio habitual, cómodamente espantoso. Amiga, nada lindo es fácil en esta vida y una tiene que dejar que los demás dejen de tomar protagonismo en la vida propia. Cada uno debe ser protagonista.
Así es que pienso, con el comienzo de la temporada de eclipses que se avecina, a que nos abramos a esta invitación astrológica: tu centro gravitacional siempre debe pasar por vos. Esas otras personas deben dejar de tener más protagonismo que vos mismo en tu vida.
Llevando esto más que nada al plano de las relaciones románticas: ¿Cuántas veces hacemos o somos solo para que nos quieran, nos elijan, cuántas veces es más importante lo que el otro quiere o dice, más que nuestros propios deseos? Quizás sea momento de cortar con esto. Porque hay una realidad: no nos va a elegir nadie que valga la pena, si uno no empieza a elegirse a sí mismo.
Tenemos que aprender a enojarnos y a lidiar con el “conflicto” interno de no ser genuinos por miedo a caer mal: es peor terminar cayendo bien por llevar adelante una forma de ser falsa, alguien complaciente que solo quiere ser visto, que lo quieran, que lo elijan o que lo acepten.
Creo que es muy importante empezar por la aceptación interna, porque es hasta un poco irónico esperar que eso venga desde el afuera si uno ni siquiera siente que ser uno mismo vale la pena.
Todos estos son temas que podemos empezar a trabajar en este tiempo de eclipses de octubre. Y sostenerlos en el futuro, con vistas a un bienestar personal duradero.
Por @__venusandmars
En esta nota: