Luna llena en Acuario: llega el final de algunas amistades
Lu Gaitán nos cuenta que, en el cielo astrológico, la Luna está llena en Acuario y uno de los temas de este momento es el fin de ciclo con algunas amistades.
1 de agosto de 2023 • 14:00
Esta luna llena viene con un duelo de amistades. - Créditos: Getty
Hace poco, con Venus en sombra, me reencontré con un amigo que quería mucho y con el que nos habíamos distanciado en 2019. Sufrí mucho esa separación, porque teníamos una conexión muy profunda y muchas aventuras juntos. Intenté varias veces acercarme a él pero puso distancia. Su reaparición, hace un par de semanas, me alegró mucho y aunque no sé si volveremos a generar un lazo tan intimo como el que teníamos por entonces, sí puedo decirte que la reconexión me dio mucha alegría.
En el cielo astrológico, la Luna está llena en Acuario y uno de los temas de este momento es el fin de ciclo con algunas amistades. No es que la Luna llena sea la causa, solamente es el reloj simbólico y por estos días, estamos viendo algo que, de algún modo u otro, sabemos hace rato.
Esa persona que fue aliada, cómplice, compañera de aventuras y guardiana de nuestros secretos ya no está más en nuestra vida. Ya no manda memes, ya no hacemos planes ni nos juntamos a tomar mate, copas de vino o cafecitos. Simplemente no está más y duele mucho. Se siente un vacío imposible de llenar.
Encima, buscamos libros, poesías, canciones, novelas, series o pelis que nos den una pista de qué hacer con esta tristeza por las amistades que se fueron y no encontramos. Pareciera ser que todos los autores del mundo sólo pudieran o quisieran hablar del dolor por el fin de una pareja o un romance. Pero sobre el fin de las amistades y las amistades, en general, hay muy poco dicho.
En los últimos años, me topé con el trabajo de Vir Cano y Brigitte Vasallo. No me parece nada casual que hayan elaborado la temática de la amistad formando parte del colectivo LGTTBIQ+. Es que, para este colectivo, la amistad es un vínculo fundamental porque es el primer espacio donde la orientación sexual y la identidad de género pueden desplegarse sin censuras, más allá de los mandatos familiares y sociales.
En este colectivo tampoco suele haber una barrera muy rígida entre la sexualidad y la amistad. Se coge con amiguis, se arman vínculos de pareja que luego se rompen y se vuelve a ser amiguis sin demasiados preámbulos. En cambio, en vínculos heterosexuales, esta circulación no es tan habitual. Por supuesto, estoy hablando de generalidades y encontraremos unas cuantas excepciones que confirmen la regla.
Ahora, ¿qué lugar ocupa la amistad para las mujeres? Más específicamente, para las mujeres de la Generación X y las Millenials. Nosotras crecimos con el discurso de que no es posible la amistad entre nosotras porque siempre está la competencia dando vueltas. Me atrevo a decir que desde los primeros Ni Una Menos (2015-2016), empezó un proceso muy profundo y consciente de volvernos aliadas, amigas y compañeras.
No ha sido sencillo pero creo que el saldo es positivo. Veo cada vez más mujeres dedicando tiempo de calidad a sus amigas. Las amigas ya no son un “mientras tanto” hasta que llegue el hombre-príncipe azul de los sueños. Creo que esta era la dinámica de las amistades antes. Cuando digo “antes”, me refiero a los años 2000. Ahora las amigas son parte estructural y fundacional de nuestras vidas.
Las que no tenemos hijos contemplamos planes de vivir con nuestras amigas cuando llegue la vejez; las que tienen hijos y están criando solas, se están organizando para vivir con otras y criar colectivamente. Incluso se ha llegado a popularizar la idea de que una persona que no tiene amiguis, tiene algo malo. Corremos un riesgo haciendo esa generalización y es que no contemplamos a las personas introvertidas, neurodiversas, que viven en entornos opresivos, etc y tener amistades no es una posibilidad real.
Lo que quiero decir con esto es que la sociedad de la que formamos parte valora fuertemente la amistad, sobre todo, en las grandes ciudades de Argentina. Pero ¿qué pasa cuando una amistad se termina? ¿Qué hacemos?
La amistad, por su libertad implícita, muchas veces empieza a apagarse lentamente, como si se fuera evaporando. Entonces, es difícil saber si pasó algo en concreto que generó la distancia o simplemente fueron una serie de desencuentros y, cuando nos volvamos a ver, va a estar todo bien como siempre. Creo que, lo más importante es darle lugar al dolor, llorar y enojarse. Hacer cuerpo esa incomodidad.
También creo que es importante poner en palabras el final del vínculo con esa persona. Me refiero a la importancia de hablar sobre lo incómodo. En este tiempo, la tendencia es dejar en visto o bloquear al otro sin demasiadas explicaciones. A veces, no podemos explicar lo que nos pasa, porque no lo sabemos con claridad. Pero otras veces sí y lo evitamos porque no queremos incomodarnos.
No sé si siempre es posible tener conversaciones sinceras, donde abramos el corazón y mostremos lo que sentimos porque no depende de una, aunque sí creo que es necesario asumir esos finales y no menospreciarlos. No hacer “como si nada”.
Fantasmear es una forma de protegernos en momentos difíciles. Pero lo que aprendí, por haber fantasmeado y por haber sido fantasmeada, es que más tarde o más temprano eso se traduce en el fantasmeo a otras cosas-personas-proyectos-situaciones que son importantes para mí.
Esa imposibilidad para habitar lo incómodo en las relaciones se parece bastante a la imposibilidad para sostener la tensión cuando quiero escribir algo y no me sale, preparar una clase y estar seca de ideas, que el podcast sea un proyecto enteramente autogestivo, hablar de temas difíciles en una sesión, decirle a mi amiga que no me dio bola cuando le conté un problema o pedirle disculpas a mi amigo por haber sido una desconsiderada.
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