Jennifer Aniston reveló qué tratamiento de belleza usa y nos dejó pensando

Investigué un poco y parece que el método no quirúrgico desarrollado en Corea del Sur (los verdaderos amos del skincare) es conocido también como “la vacuna de la juventud” y se aplica a través de microinyecciones con microagujas. Pero, ¿qué es lo que se aplica exactamente? Se utilizan moléculas de ADN obtenidas del ácido hialurónico y del esperma del salmón. Exacto: para todos los que imaginaban a Jennifer aplicándose semen de salmón (una imagen como mínimo polémica), es importante que recuerden que cuando una crema dice “semen de salmón”, “baba de caracol” o “placenta de oveja”, en realidad se trata de preparados químicos con moléculas de ADN de esos animales.

Según Jennifer no funciona. Pero, aunque la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos asegura que el esperma de salmón restaura la elasticidad de la piel, repara las barreras de humedad y ayuda a minimizar la inflamación, creo que ese no es el punto.

A mí me hizo pensar, y sobre todo en el contexto del drama que atraviesa Silvina Luna debido a la operación estética que se realizó hace 12 años, en cómo nos cegamos cuando nos prometen que algún elixir mágico o método maravilloso puede hacernos más bellas.

¿Más bellas? ¿Necesitamos ser más bellas? ¿Necesitamos Juventus eterna? Jennifer Aniston vive de su imagen y lamentablemente eso la lleva a gastar más de 200.000 dólares al año en tratamientos estéticos. Digo lamentablemente porque esto tampoco debería ser así. No deberíamos pedirle a las celebrities que no envejezcan y, aunque quisiera decir lo contrario, el público le sigue pidiendo a actrices y cantantes que además de ser talentosas, sean bellas y jóvenes. Pero, volviendo a nosotras… ¿necesitamos ser más bellas? ¿Necesitamos exponernos a tratamientos que a priori nos dan miedo, asco o dolor? Yo creo que no. Celebro el paso del tiempo; los tratamientos que no duelen y funcionan como mimos; los métodos y terapias que nos vuelven a nuestro eje y que hacen ver radiantes, aunque quizá permitan que se cuele alguna arruguita.