Venus retrógrado en Leo: el impacto en tus relaciones
Con Venus en Leo a punto de retrogradar, Aye habla de la oportunidad para revisar esas relaciones que te apagan la llamita, que te sacan la luz. Nos deja un deseo.
24 de julio de 2023 • 17:00
Venus retrógrado en Leo. - Créditos: Valentina Bussi
Venus retrograda en Leo. Reflexionemos sobre lo que nos puede deparar este tiempo.
En algún momento nos pasa a todos -especialmente a las mujeres, en el tránsito a la adultez- que nos toca un vínculo que nos lleva a achicarnos. Lo veo todo el tiempo, en las madres que tuvieron que dejar su trabajo porque había que criar a los chicos, en muchas mujeres que se tiran a menos porque salen con varones que no toleran que ellas sean las más exitosas o a quienes les vaya mejor, o que incluso sean las que ganan más dinero. Lo he visto en mi casa, con mi papá metiéndose con el dinero que mi madre ahorraba con tanta disciplina.
Pero también me pasó a mí: hace unos años, salí con un compañero de la universidad. Fue una de las relaciones más intensas que tuve en mi vida, y no lo digo para bien. Fue intensa de destructiva, espantosa, tóxica. Era una persona a la que le daba vergüenza salir conmigo, caminar a mi lado, porque no me consideraba lo suficientemente linda o flaca. Al día de hoy miro mis fotos de esa época y pienso que estaba más hermosa que nunca, pero en ese entonces yo me sentía espantosa porque me filtraba a través de sus ojos.
También me trataba de inútil, me decía que nunca iba a llegar a ningún lado, que no servía para nada. Y lo irónico es que, cuando teníamos que rendir exámenes, él no hacía nada, ni un resumen. Estudiaba todo de mis apuntes, de mi esfuerzo. Yo le explicaba todo sobre cada examen, para que luego de eso busque una excusa para enojarse conmigo dos o tres días antes de rendir o final, y bloquearme de todos lados.
¿Para qué hacía esto? Para que yo me pusiera mal, le rogara que me desbloqueara. Me quedaba tan triste y angustiada que ni siquiera tenía fuerzas para rendir. Y ni hablemos de lo que pasaba si yo iba a rendir el examen y tenía el atrevimiento de sacarme una mejor nota que él: me desbloqueaba para decirme de todo y volver a bloquearme, por unas cuantas semanas. Así se dio esto por unos años, hasta que se terminó la relación por completo.
Decir que quedé destrozada después de ese vínculo es poco, porque me sentía una persona inexistente en este mundo. Me veía fea por fuera y por dentro, como si nada en mi sirviera ni valiera. No quería ni seguir estudiando, porque durante años lo había escuchado a él tratarme de tonta y de inútil, me decía que nunca iba a tener una utilidad. Esas relaciones te agarran esa velita que todos tenemos dentro nuestro, cargada de fuego y luz, y te la apagan. Dejás de brillar, te apagás por completo.
Afortunadamente, con el tiempo empecé a hacer terapia, y así aprendí que en realidad esa persona lo único que hacía era intentar tirarme a menos como producto de sus propias inseguridades. No toleraba que yo fuera a la que le iba mejor de los dos y la que se sacaba buenas notas, y tuviera mi personalidad, o incluso ganas de quererlo.
Una persona que se odia a sí misma como se odiaba él, lo único que va a hacer con los que tiene cerca es destruirlos también, porque sólo saben desparramar odio y tristeza. Lo mismo pasa con la gente frustrada que te tira hate en redes sociales: se la agarran con vos porque odian su vida y están llenos de veneno.
Incluso eso mismo he visto cuando salió el caso de la expareja de Jonah Hill hace unos días: él le indicaba como condición para que sigan siendo pareja que ella deje de subir fotos donde se la vea en bikini (ella se dedica a surfear, ¿cómo va a dejar de subir fotos en traje de baño?).
Veo muchos casos de este estilo, incluso en consultas. En unas cuantas ocasiones se espera que sean las mujeres las que dejan su carrera, por un sinfín de razones que a ellos nunca los atraviesan, solo esperan que ellas dejen todo porque alguien tiene que renunciar a algo, y obvio que ellos no van a hacerlo.
Una vez leí a Trevor Noah que decía que la mayoría de los hombres quieren mujeres sumisas, pero no se enamoran de ellas; se enamoran de una mujer independiente, a la cual tiran abajo, destrozan y así la vuelven sumisa. Así como hacen los coleccionistas de pájaros exóticos, sólo quieren a una mujer libre, con luz y personalidad porque su sueño es ponerla en una jaula, en una cajita, siendo menos, mucho menos de lo que son.
Así que pienso en todo esto, con Venus en Leo a punto de retrogradar por unas cuantas semanas a fines de julio. En todas esas relaciones que te apagan la llamita, que te sacan la luz, que te necesitan siendo menos, bajándote el precio, siendo en blanco y negro cuando de otra manera estallás en colores, les voy a decir algo, en base a lo que me pasó a mí: luego de esa relación, empecé a escribir y acá estoy, dedicándome a eso por el resto de mi vida, porque pude sanar a través de la escritura. Así encontré mi voz. Tuve que sufrir el desprecio de alguien que amaba con todo mi corazón, para encontrar en mí misma todo el amor que necesitaba y no me daban, tomar el encendedor y volver a encender mi llama interna, esa que me devolvió los colores y la capacidad de sentir un amor más sano.
Mi deseo para este Venus retrógrado es que todos podamos elegir el amor desde un lugar genuino, en el que te aceptan como sos, brillante, ardiendo, apasionada de color. Nunca apagada, nunca siendo menos, nunca achicándote, forzando algo o incluso dejando de ser genuina para ver si de esa forma te aceptan.
Por @__venusandmars
En esta nota: