Martín Piroyansky: "El amor es lo que más nos atraviesa en la vida"

R: Obvio, tengo miedos y cada vez más. Hay algo de la dirección que es muy inaprensible, y nunca siento seguridad. Espero nunca sentirla.

R: Porque está bueno el descontrol. Trato de saber lo suficiente para que el equipo tenga un camino, pero teniendo la suficiente apertura para el error. Creo que todo nace de los errores; al final, el descontrol hace a lo verosímil de las cosas. Está bueno no entender del todo algo, es lo que a mí más me interesa en todos los niveles: lo caótico.

R: Sí, tengo 29, aunque en mi cabeza tengo 30. Nunca tuve 29, pasé de los 28 a los 30.

R: ¡Re! No puedo parar de pensar en la edad. Desde los 21 pienso en los 30. Y ahora ya estoy pensando en los 40... Eso me lo dio haber empezado con esto desde tan chico: estoy más en el futuro que en el presente.

R: Me re cuesta. Estoy pensando que se acaba el tiempo, que tengo que hacer cosas, que tuve que haber hecho cosas.

R: Nada, porque viví muy intensamente los 20. Trabajé mucho, estrené dos películas y filmé, filmé y filmé, y una vez que encontré la dirección, investigué mucho. Pero todo el tiempo tengo miedo de llegar a los 60 y decir: "Ya está, se me pasó la vida", y ese miedo no me permite estar hoy acá. Todo tiene que estar buenísimo todo el tiempo.

R: Sí, y de hecho, está buenísimo poco tiempo (risas). Y llegar a los 30 me hace pensar un montón.

R: Un poco de eso existe, porque tengo dos hermanos más grandes que están casados con hijos y hay algo de lo que no me puedo escapar.

R: Por un lado sí, por una fantasía de estabilidad emocional. La verdad es que me dedico mucho a mi carrera y mucha libido también la pongo ahí...

R: Me psicoanalicé mucho, pero ya hace años que dejé. Hay algo del psicoanálisis con lo que te volvés demasiado analítico y, para gente neurótica como yo, se torna medio peligroso.

R: Entro en esa etiqueta del típico sensible, aunque también los que me conocen se sorprenden. Creo que hoy el prototipo de hombre buscado es el "no lindo". Aunque el "macho chongo" siempre va a seguir existiendo.

R: ¡Estaría loco si pensara eso! En Voley me gustó que estuviera el personaje del Chino Darín, que es el verdadero chabón hermoso y buena onda, pero el que se coge a todas es el otro: el "feo" o catalogado dentro de una concepción de belleza más actual.

R: No me siento dentro de los parámetros de belleza clásicos. Si a alguien le parezco lindo, es por cuestiones más intelectuales. Por suerte, en este presente la belleza evolucionó para un lado que me favorece, pero en la Antigua Grecia seguramente hubiera estado muy solo.

R: Creo que, a un nivel, no vivo el presente por pensar tanto en el futuro, pero a otro, lo vivo con mucha intensidad, y eso te vuelve inestable porque TODO lo que te pasa es el fin del mundo.

R: Sí, sería "te amo hoy, me quiero casar hoy, vayámonos hoy a Itaparica y tengamos hijos ". E inmediatamente, un pequeño bajón o duda es un "ah, me quiero separar".

R: La astrología me divierte mucho y encuentro coincidencias, pero lo hago como una especie de juego. También es una manera de organizar el mundo, pero no hay que tomárselo muy en serio.

R: Y... el amor. En cualquier película, hasta en las de Indiana Jones, hay una historia de amor. Las películas necesitan del amor, porque todo el tiempo estamos pensando en eso. Me parece lo más importante y por eso escribo sobre eso. Creo que, finalmente, el amor es lo que más nos atraviesa en la vida.