¿Qué son las matrimillas?

Toda pareja, en especial las que deciden formar una familia, implica ser amantes, pero también un equipo. De ahí viene la palabra “cónyuge”, que conlleva la imagen de dos (bueyes) que tiran del mismo carro. Entre “socios” hay que tener algunos cuidados para no convertirse en una sociedad de socorro mutuo. Al empujar para adelante, hay que tener cuidado con estar cargando el peso del otro. No se trata de estar midiendo qué esfuerzo hace cada uno, pero hay que cuidar al otro de uno mismo.

A veces depositamos expectativas en la pareja, para no hacernos cargo de la propia vida. A veces hacemos de nuestra pareja, una sede de nuestra angustia o ansiedad. ¿Te pasó que al angustiarte, creaste una pelea para “descargarte” y quedarte tranquila? O quizás lo padeciste. En estos tiempos de cuarentena, puede que vivas momentos en que te molesta hasta cómo tu pareja mastica o que deje la ropa tirada al lado de la cama en lugar de ponerla a lavar, pero es importante calmar un poco la reactividad. 

La negociación en la pareja es necesaria, pero hay que conocer el límite. El lado positivo es que ambas partes entienden que no existe una posición correcta, sino que los dos tienen un poco de razón frente a un conflicto. Eso da la posibilidad de llegar a buen puerto, y es una habilidad que se va desarrollando con el tiempo.

Te habrá pasado de enfrentarte a algún conflicto que hace unos meses no tenían forma de resolver, y de golpe sentirte más canchera o rápida en la resolución. El riesgo o el lado negativo es que cuando todo se vuelve una negociación especuladora acerca de quién tiene razón y quién no. Puede ser nocivo tener que poner todos los temas en debate y charla.
 

Expertos consultados
Patricia Faur, psicóloga especialista en dependencias afectivas.
Luciano Lutereau, psicoanalista y doctor en filosofía.
Sebastián Girona, psicólogo experto en vínculos.