Máscaras de pestañas: por qué prestar atención al pincel

Los pinceles cónicos consiguen abrir la mirada. ¿Por qué? Porque al ser más anchos al final consiguen darle volumen a las pestañas que están más cerca de la comisura de los ojos. Así vas a conseguir una buena curvatura y un alargamiento más pronunciado.

Dentro de los pinceles raros encontramos algunos que son una bolita y otros que son muchas bolitas en el mismo pincel. ¿Qué logran? Precisión. ¿Viste cuando necesitás llegar a las pestañas más difíciles? Bueno, para eso sirven.

Estos pinceles además de peinar consiguen alargar las pestañas. Si tu curvatura está marcada, esta opción va a conseguir lo que falta.

Los pinceles curvos tienen un secreto: Con la parte cóncava, vas a pintar desde la raíz hacia afuera, y con la segunda capaz vas a usar su parte convexa, para repasar las puntas. ¿Qué hacen? Abren la mirada, y cuanto más tupidos son, más volumen generan.

Son los ideales para todos los días: no sobrecargan ni tienen efectos más allá de darle un poco de color y volumen a las pestañas.

Los pinceles huecos pueden ser de silicona o caucho. Tienen microcerdas que peinan, separan y dan volumen porque consiguen cargar más el pincel que los tipo peine, entonces además trabajan sobre la curvatura.

¿Qué hacen? Separan, definen y alargan. Si tenés la pestaña curva, lo que vas a conseguir es un efecto pestaña postiza. Lista para romper la noche.