Ni en repisas, ni en el baño: cómo hay que guardar los perfumes para que duren más tiempo

Pocas veces nos detenemos a pensar en el estado de nuestro perfume favorito. ¿Lo guardamos en la mesita de luz, en el baño, o quizás en la guantera del auto?. La ubicación es fundamental: el calor y la luz son enemigos del aroma. “Una fragancia empieza a deteriorarse cuando las notas olfativas pierden intensidad y el aroma del alcohol empieza a dominar”, explicó Cristina Rivas, experta en perfumes. 

La oxidación y la evaporación son los principales factores que contribuyen a la caducidad de un perfume. “Las fragancias con un alto porcentaje de alcohol tienden a durar más, ya que este componente evita que el contenido se oxide”, detalla Rivas.

Pero, ¿Cómo podemos saber si nuestro perfume ya perdió sus propiedades?. Es muy simple: el cambio en el color del líquido, que puede tornarse más oscuro y esta es una señal clara de que ya no es el mismo. Además, si percibimos un aroma con mayor concentración de alcohol, es hora de evaluar su estado.

Para asegurar que tu fragancia permanezca intacta el mayor tiempo posible, tenés que tener en cuenta las siguientes recomendaciones. 

1. Sí en el cajón, no arriba de la mesita de luz: Guardá tus perfumes en un lugar oscuro, como un cajón, lejos de la luz solar que puede alterar sus notas. Evitá dejarlos en mesas o repisas. 

2. Sí en el placard, no en el baño: El vapor del baño y los cambios de temperatura pueden acelerar la oxidación. Es mejor tenerlos en una habitación seca.

3. Sí en cajas, no en la heladera: Aunque el frío puede parecer una buena opción y esten muy de moda las mini heladeras de skincare, las fluctuaciones de temperatura pueden descomponer los aceites esenciales. Guardarlos en la caja en la que vienen es lo ideal. 

Los perfumes tienen una vida útil estimada de entre uno y tres años, dependiendo de su composición y conservación. “Si se mantienen en condiciones óptimas, pueden durar mucho más tiempo”, concluye Rivas. Así que, la próxima vez que compres una fragancia, asegurate de darle el cuidado que se merece.

Un perfume no es solo una fragancia; es una extensión de nuestra identidad. Conservarlo adecuadamente no solo preserva su aroma, sino que también asegura que sigamos disfrutando de esos momentos especiales que evoca.