Salud capilar: cómo cuidar tu pelo de la pérdida del colágeno, después de los 25

El organismo comienza a disminuir la producción de colágeno a partir de los 25 años y esto se acelera a partir de los 40 años.

"A partir de los 25 años la producción de colágeno empieza a declinar. Se calcula que a partir de los 40 años el organismo produce la mitad de colágeno que en la adolescencia. Este hecho se acentúa aún más en las mujeres durante la época de la menopausia", señaló José Luis Uliaque, director técnico y científico en Nutilab.  

El colágeno no solo es esencial para la elasticidad y firmeza de la piel, sino que también juega un papel crucial en la salud capilar. Cuando el colágeno disminuye, el cuero cabelludo pierde nutrición y puede ser débil y menos denso.

Clara Lacasta, dermatóloga y especialista en medicina capilar, dio una entrevista en Vogue donde especificó cuáles son los 4 puntos claves que se deben seguir para evitar la pérdida de colágeno. 

• Mucha vitamina C, aminoácidos y permanecer hidratado: Es importante llevar una dieta rica en esta vitamina (presentes en cítricos y pimientos) y en aminoácidos, ya que ambos son esenciales para la producción de colágeno también a nivel capilar. Es importante tomar mucha agua. 
   

• Evitar el tabaco: Según la especialista, no sólo daña la piel, sino que también afecta a la circulación sanguínea, lo que puede perjudicar la salud del cabello. 
   

• Lavar el pelo regularmente: Lacasta aconseja hacerlo de forma regular para limitar los efectos de la contaminación, aprovechando cada lavado como una oportunidad para cuidar el cabello, usando productos para fortalecer la barrera capilar, un buen acondicionador y aceite para las puntas. 
   

• Evitar el calor: Es importante usar protectores térmicos antes de usar planchas, secadores o bucleras. Además, la especialista aseguró que no hay que dormirse con el pelo mojado. 

El verano es una de las estaciones más perjudiciales para el cabello, ya que el sol, el sudor y el cloro de las piscinas pueden acelerar el daño capilar. Para cuidarlo es fundamental elegir un shampoo suave que no elimine los aceites naturales del cuero cabelludo. El lavado frecuente no es necesario; al contrario, el cabello se beneficia de menos lavados para evitar su deshidratación.

Una de las principales recomendaciones para el verano es usar protección solar capilar, especialmente si se va a estar expuesto al sol durante períodos prolongados. Los aceites y cremas con filtros UV ayudan a prevenir el daño solar y a mantener la hidratación del cabello. Asimismo, el uso de gorros y sombreros se convierte en un aliado ideal para protegerse. 

Hay que tener en cuenta que, si bien el 10% de nuestro cabello está en constante recambio, hay que prestar mucha atención a los hábitos y al estado de salud. Esto es clave para identificar si estamos frente a una alopecia o caída de cabello constante, patológica (hay más de 100 tipos); o bien frente a un efluvio o recambio aumentado. Puede estar relacionado con la alimentación, descanso, déficit de vitaminas o situaciones emocionales, entre otras. Por suerte, existen muchos tratamientos disponibles, siempre acompañados de un profesional.