Javier Milei es el nuevo presidente de Argentina: esto es lo que dice su carta astral

Javier Milei nació un 22 de octubre de 1970 a las 11.50 p.m (él nunca confirmó este horario que circula en redes, pero tampoco lo desmintió). Con ese dato los astrólogos podemos obtener muchísima información sobre sus energías astrológicas, pero lo primero que tenemos que hacer para empezar a construir su perfil es un balance de elementos. O sea determinar qué porcentaje de planetas tiene en signos de agua, aire, tierra o fuego. En este caso un 60 por ciento de esa energía está en signos de aire. El aire es inestable, es una energía que va y viene, es pura fuerza mental, es el elemento que rige la palabra, la comunicación, el pensamiento, las ideas.  De los restantes elementos tiene un 20 por ciento de agua, un 10 por ciento de tierra y otro 10 por ciento de fuego. Según esos números conecta aceptablemente con la emoción (con la suya y con la de los otros), pero hacer realidad esas ideas resulta bastante utópico ya que le falta energía de constructor y tampoco tiene la fuerza interna suficiente como para dar pelea largo tiempo. Básicamente es mental.

El aire, como ya les dije, es una energía que refresca, que mueve lo estancado pero es altamente inestable. Y el tema de la inestabilidad es una constante en el mapa de este referente de La Libertad Avanza, característica que se vincula con otros rasgos muy notables en su mapa como la abundancia de signos dobles y con varios planetas fundamentales en el fatídico grado 29.

Milei es de Libra, un signo de aire muy ligado a la política y que básicamente lo que intenta es llegar a un equilibrio entre dos polos. Nunca lo consigue por mucho tiempo, es como jugar al sube y baja. Por eso al signo le va tan bien en la diplomacia, porque dialoga con ambas partes para que existan acuerdos (digamos un feliz punto medio). Pero siempre los acuerdos son endebles y cuando falla la diplomacia estallan las guerras. También por eso Libra es el signo del matrimonio. Los Libra necesitan socios, hacer todo de a dos, en el caso de Milei este “socio” es su hermana Karina, el brazo activo de su propuesta.

Pero Milei nació el último día del signo, en los últimos minutos del día 22, cuando Libra estaba casi en Escorpio, es decir con su Sol en el grado 29. El grado 29 es un momento de inestabilidad máxima del signo, cuando sus virtudes y defectos se acentúan tanto que se convierte casi en caricatura de sí mismo. Y en este caso prácticamente ese Sol está en Escorpio, el signo que destruye todo desde la raíz, porque considera que nada de lo anterior le sirve, que hay que quemar bosques enteros, selvas enteras, para quitar así los yuyos y después cosechar… a ver qué crece.

Este grado 29 se le repite en el nodo en Acuario a 29 grados en Casa 8. El nodo es algo así como el camino del alma que iría de una idea futurista acuariana hacia la disgregación, porque está en Acuario pero casi en Piscis. Y podríamos incluir también en esta lista a su Neptuno a 29 grados y a Plutón en grado semicrítico, a 28 grados.  Ambos planetas fuertísimos, regentes del ensueño, la hipnosis, la fantasía -Neptuno- y la destrucción total -Plutón-. Todas estas energías están exacerbadas, en su límite,  pero a punto de dejar de ser,

Hablé de inestabilidad. Su ascendente también se incluye en este combo. Está en Géminis, un signo de Aire y doble, igual que Libra. Un signo que dice y se desdice, que camina en ambas direcciones a la vez, un signo que no se apega a las tradiciones, que sabe decir más que hacer. Y además este Ascendente está a 27 grados, a pasitos del signo que sigue.

Finalmente lo único fijo, estable, seguro es su Luna en Leo. Una necesidad enorme de ser admirado, aplaudido, querido, imitado. Las personas con esta Luna necesitan llamar la atención para sentirse bien, eso los tranquiliza. Pero son personas que se sienten solas, como el Sol que está solo en el centro del sistema solar. Esta Luna es todo el Fuego en la carta de Milei, por eso, según cuentan en las redes, él se identifica con el León. El reconocimiento lo alimenta y sin eso se le van las ganas de crear, las ganas de todo. Difícilmente pueda con la crítica o la frustración. Es como el fuego de un fósforo.