Luna llena en Acuario: esta es la energía astral que traerá a cada signo del Zodíaco

Leo es uno de los signos más atractivos. Su naturaleza de fuego lo hace expresivo, creativo y valiente. También es noble, generoso y de corazón puro. Como un niño que se aleja un poquito de su familia (la energía anterior en la rueda, la de Cáncer) para jugar a lo que quiere, sin sentirse juzgado, Leo ofrece eso que lo hace único y desde ese lugar se hace respetar y validar. Por eso, tantos artistas y líderes tienen esta energía como peso fuerte en sus cartas natales. Leo es el cantante solista que deslumbra a todos.

Como siempre, las Lunas Llenas se dan entre signos que son opuestos y complementarios. La energía de Acuario no es de fuego como la leonina, sino de aire: a la pura pulsión expresiva de su compañero le contrapone el raciocinio, el filtro mental. Y ese filtro mental dice: si yo puedo expresarme, crear, jugar, brillar y seducir, también deberíamos poder hacerlo todos de manera igualitaria. De ahí que la fuerza acuariana radique en una gran conciencia de lo colectivo, lo justo y lo ecuánime. Por supuesto, esto lo liga a la rebeldía, porque Acuario no tolera los desbalances en los derechos y alza su voz para proyectar esa capacidad de liderazgo que comparte con Leo hacia la búsqueda del bien común, que es su valor más elevado.

Acuario es el que forma parte de un coro diverso, polifónico, y lo hace con gusto. Tengamos en cuenta también que, si bien Plutón está retrogradando en Capricornio ahora, ya ingresó en Acuario y pasó allí casi tres meses, de fines de marzo a mediados de junio. Esta es la primera Luna Llena que tenemos en este signo desde el momento en que se empoderó.

En todas las personas, la energía de la Luna Llena se suele sentir intensamente. Algunos encuentran dificultad para dormir, otros más necesidad de descanso que habitualmente, la actividad onírica es intensa y trae sueños extrevagantes y también puede dar una electricidad física que se traduce en sobrecarga de energía. Va a haber grandes revelaciones y tironcitos que vienen de lo más profundo y revelan lo oculto o lo no reconocido. Además, recordemos que más allá de la preponderancia de nuestra energía de Sol, Luna y Ascendente, los doce signos viven en mayor o menor proporción en cada una de nosotras, por lo que todos los eventos planetarios nos repercuten en alguna medida. 

¿En qué área de tu vida vas a sentir el efecto de esta Luna Llena? ¿En lo vincular, lo laboral, lo personal…? Eso solamente lo puede responder tu carta: fijate dentro de qué casa están estos grados.  Desde acá, sin embargo, podemos adelantar de qué manera vas a sentir esta influencia.

Puntualmente, esta Luna es particularmente importante para Acuario y Leo, que son los protagonistas del evento y que pueden sentir una invitación a la polarización en la energía opuesta, notando que no se sienten “como ellos mismos”. Es una excelente oportunidad para integrar esa energía que no les resulta familiar, acercarse a ella y experimentar cómo se sienten.

Otros signos de especial relevancia son Aries, Sagitario, Géminis y Libra, porque esta Luna hace contactos armónicos con su energía. También entran Sagitario y Piscis en esta ocasión, porque están regidos por Júpiter, que es un planeta que va a formar parte de la configuración de esta Luna Llena. Para ellos se cumple una etapa de seis meses y pronto se abrirá una nueva, que los va a estimular a buscar nuevas maneras de trabajar en su chispa única y volcarla a grupos y causas.

Tauro y Escorpio van a sentirse desafiados a hacer los cambios necesarios para poder crecer. Sí, son signos a los que no les resulta fácil modificar nada: a Tauro, porque siente que está arriesgando su amado confort, que tanto le costó conseguir, y a Escorpio, porque le cuesta dejar etapas, personas y lugares atrás. Pero la chispa atractiva de algo nuevo y único puede hacer milagros en ellos.

Los signos menos afectados por este plenilunio son Cáncer, Virgo y Capricornio. El desafío va a pasar por hacer un trabajo de introspección que ilumine y defina su manera de dar su voz a conocer y ponerla a cantar en el coro con las demás, sin miedo al ridículo ni a los juicios pero, por sobre todas las cosas, incorporando una conciencia colectiva que les dé sentido.