Cómo limpiar la pantalla de la tele sin rayarla
La pantalla del televisor está muy expuestas al ambiente y suele acumular polvo, huellas dactilares y otras manchas. No es agradable a la hora de ver algo. ¿Cómo podés limpiar la pantalla para no dañarla?
21 de febrero de 2024 • 11:10
Limpiar la TV sin rayarla: es clave para una buena experiencia con lo que decidas mirar. - Créditos: Getty
La pantalla de la tele está expuesta al ambiente y suele acumular polvo y manchas de todo tipo: algunas, de huellas dactilares y, otras, que ni sabemos cómo llegaron ahí. Lo cierto es que resultan muy molestas para la experiencia de mirar alguna peli o una serie.
Pero, ¿cómo podemos limpiar correctamente la pantalla del TV para no dañarla?
Lo más cómodo es utilizar el mismo trapo y los productos con los que eliminás el resto de suciedad de la casa. Esa gamuza que usás para todo. Pero esto no es lo mejor. Para limpiar bien la tele hay que usar un producto en concreto.
Según investigamos, los productos que se venden específicamente para pantallas en realidad no hacen falta. Basta con conocer algunas recomendaciones a la hora de limpiar la pantalla.
El primer consejo, y quizás el más importante, es evitar el uso de líquidos que contengan alcohol, ya que degrada las propiedades de cualquier superficie delicada. El agua es el mejor limpiador si necesitamos humedecer el trapo.
Así podés limpiar la TV sin rayarla. - Créditos: Getty
¿Qué paño usar? Para que la pantalla quede limpia y reluciente, sin huellas ni mandas, basta con usar un paño de microfibra: al ser suave no dañará el panel; además no suelta pelusas, como otros trapos. Es importante reservarlo solo para eso, así no recoge otros residuos que perjudiquen la limpieza de la pantalla cuando necesitemos usarlo. Y no requiere sumarle aditivos, así que ¡súper simple!
Un dato importante es usar este paño de microfibra con la pantalla apagada, aplicando presión en las zonas más sucias. En el caso de la suciedad más rebelde, la que no salga en un primer momento, ahí podemos recurrir a humedecerlo en agua. Una vez limpio, hay que pasar de nuevo hasta que la superficie quede seca.