Deco hygge: cómo poner en práctica esta filosofía danesa
26 de mayo de 2020 • 16:58
Créditos: Gentileza Editorial Paidós
Ya ordenaste el placard. Ya hiciste limpieza profunda de toda la casa. Ya diste vuelta los muebles, una y mil veces. Con tantos días viviendo en nuestro búnker hogareño, los espacios que habitamos pueden ser un centro de recarga de energía. ¿Y te acordás de que hablamos varias veces de la filosofía hygge? Ese concepto que tienen los daneses –expertos en el arte de construir su propio bienestar, encabezando la lista de los países más felices del mundo– que busca elevar nuestro ánimo, disfrutar el confort y experimentar sensaciones, texturas, como si cada rincón de nuestra casa nos abrazara.
En el libro Hygge, la felicidad en las pequeñas cosas, de Meik Wiking, se explica que este movimiento tiene que ver con el ambiente y la experiencia. Está relacionado con el sentirnos seguras y protegidas, teniendo una conversación profunda con alguien o simplemente disfrutando de un té a solas. ¿Cómo hacemos, entonces, para poner en práctica el hygge en este contexto? Algunas claves de esta filosofía son:
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Crear ambientes que inviten a sensaciones: crear charcos relajantes de luz tenue, tener a mano algo dulce o algo caliente, que los objetos que elijamos nos procuren comodidad, paz y seguridad.2
Que estén presentes todos los sentidos: un interior hyggelig se basa en el aspecto de las cosas, en la ubicación de los objetos y en la decoración, pero, además, les da importancia a otros sentidos, como el olor y el tacto, que son un puente directo para vivir en el "aquí y ahora". ¿A qué huele tu casa? ¿Qué textura tiene tu sillón?3
Tener siempre un hyggekrog: esto podría traducirse como "un rinconcito". Es ese lugar pensado para acurrucarnos y relajarnos, donde sentimos que tenemos el control de la situación.
Por eso este momento, que nos pide estar puertas adentro, es ideal para generar, en nuestros refugios, un espacio que nos aumente los niveles de felicidad. ¿Listas para armar una casa más hygge?
KIT para una deco hygge
Anotá estos 9 aliados para que tus espacios sean más hyggelig.
- Velas. Son el punto fuerte de esta filosofía. No se puede practicar el hygge si no se encienden unas velas o, como se las llama en danés, levende lys (luces vivientes).
- Almohadones y mantas. Sin dudas, son los mejores para acurrucarse y relajarse. Son muy necesarios para experimentar la felicidad de los placeres simples lejos de las preocupaciones.
- Tazas de porcelana. No puede faltar la compañía de un té o un café. Deslizar los dedos por una taza de porcelana caliente es una sensación increíblemente placentera al tacto.
- Cosas de madera. La madera es simple y es terrenal, lo que nos acerca a la naturaleza. Su olor, su textura y su apariencia nos permiten conectarnos. Alcanza con un pequeño accesorio.
Jarrón, $2850 @ohmyhome_deco / Velas, $980 (c/u) @beelight.beeswax.co / Gato y perro, $1600 (c/u) @animaderos / Libro, $2600 @bairesvanitybooks / Chocolate variado, ½ kilo $1500 / Mesitas en juego.
Taza de cerámica, $600 (c/u) @nut_pottery / Velas con base de madera / Mesita, $9000 @vintagecositas / Sansevieria tubular trenzada: $1850 planta, $2800 maceta @plantasomos / Almohadón 45x45 $2285 @cosabonitadeco
- Algo de naturaleza. Es importante llevar al interior un pedacito del afuera, para no perder el contacto con nuestras raíces. Podés sumar cualquier objeto: plantas, hojas, ramitas...
- Libros. Es clave tener a mano un buen libro, de esos que nos transportan hacia otros universos y nos llenan de imaginación. Leer es una piedra angular del hygge.
- Jarrón. Los daneses son obsesivos del diseño y adoran las texturas. No hay casa en Dinamarca que no tenga un jarrón de porcelana (y con mucho estilo) a la vista.
- Algo vintage. Una mesa, lámpara o silla antigua se considera de lo más hyggeligt. Que todos esos objetos tengan una historia los hace aún más interesantes por su valor sentimental.
- Chocolate. Difícil no caer en la tentación. Como un pequeño capricho, podemos tener un chocolate para saborear de vez en cuando, eso eleva nuestros niveles de placer.
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