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Es fotógrafa e influencer y ambientó una casa de playa modular en Chapadmalal en clave surfer

La fotógrafa e influencer Coni Dietrich abre las puertas de su refugio de playa en Chapadmalal, en plena conexión con la naturaleza.


Fotos de Coni Dietrich

La fotógrafa Coni Dietrich en el ventanal circular con vista al mar de su casa.

La fotógrafa Coni Dietrich en el ventanal circular con vista al mar de su casa. - Créditos: Coni Dietrich



Coni Dietrich soñó con su casita de mar y se enamoró tanto de ese sueño que el universo se lo concedió. Este refugio en Chapadmalal se convirtió en su lugar en el mundo, un rincón mágico y sanador que la lleva a desconectar para conectar. La construyó hace un año con Cochito Lopez y la hicieron en altura para aprovechar las vistas: de un lado, el mar, y del otro, el verde natural y sus atardeceres de colores. “Chapa es así: una mezcla de bosque, acantilados imponentes y la fuerza del mar”, dice. Su casa es parte de ese todo: una vivienda modular que, en plena naturaleza, es síntesis de simpleza y bienestar, para disfrutar en compañía y para esos momentos de conexión propios, que calan profundo y hacen tan bien. Porque ahí el ritmo es otro, es el aquí y ahora, para abrazar lo natural (y abrazarse), meditar, mirar las estrellas, escuchar el silencio y estar en paz. O para salir a explorar con sus hijos, León y Kiki, surfear con amigas o ir a un barcito por las noches, con fogón, bandas y algo rico para comer. “Yo le digo Chapamor, porque es un lugar mágico, tiene algo especial”.

Así se ve el perfil de la casa elevada en los atardeceres rojizos frente al mar.

Así se ve el perfil de la casa elevada en los atardeceres rojizos frente al mar. - Créditos: Coni Dietrich

Los espacios sociales: living y cocina

la casa une líneas simples, modernas y prácticas, sin perder confort ni estilo.

la casa une líneas simples, modernas y prácticas, sin perder confort ni estilo. - Créditos: Coni Dietrich

La casa se hizo en un galpón en Mar del Plata y viajó en camiones hasta el terreno, que está a una cuadra del mar, rodeado de verde, pájaros y cielos degradé. El proyecto estuvo a cargo de los arquitectos marplatenses Blas Ferrari y Miguel Paz, de Plural, que lograron una vivienda simple, sustentable y en pleno contacto con la naturaleza: son cuatro módulos de 20 m con revestimiento exterior y pisos de Patagonia Flooring que aportan estética y durabilidad para una casa de playa.

En la entrada, te recibe un portatablas artesanal que habla del estilo surfer de la casa.

En la entrada, te recibe un portatablas artesanal que habla del estilo surfer de la casa. - Créditos: Coni Dietrich

En la entrada, te recibe un portatablas artesanal que habla del estilo elegido: “Entrás y entendés que es una casa surfer”, explica Coni. Después, rincones que invitan al placer: una cocina que mira al verde y un living con una salamandra (@tromenargentina) que es el corazón de la casa. Como detalle: el cuadro redondo de la artista Catalina Iribarne (@surlamar_) fue elegido, especialmente, para que estuviera frente a la ventana redonda. 

20230108_104812.jpg - Créditos: Coni Dietrich

El cuadro redondo de la artista Catalina Iribarne (@surlamar_) también remite al espíritu surfer de la casita.

El cuadro redondo de la artista Catalina Iribarne (@surlamar_) también remite al espíritu surfer de la casita. - Créditos: Coni Dietrich

La ventana circular, el alma de la casa

20230511_093521.jpg - Créditos: Coni Dietrich

La ventana redonda es el alma de la casa y se convirtió en el spot elegido por todos: “La soñé hace un montón y el arquitecto consiguió la mejor del planeta”, asegura. Ahí se sienta a leer, a mirar el atardecer, a tomar una cerveza o hacer fotos con el horizonte de fondo, donde se unen el verde y el cielo de colores infinitos. Porque la casa, además, es un lugar de encuentro, de picadas con vino, de sobremesas largas, de torneos de backgammon, de fueguitos en invierno y de deck mirando las estrellas cuando el clima acompaña.

20230108_104655.jpg - Créditos: Coni Dietrich

Y cuando está sola, se levanta temprano con la luz de la mañana, desayuna huevos revueltos o tostadas de pan francés con miel y jugo de naranja; después, medita o hace yoga en la terraza y camina a la playa. Siempre con cámara en mano porque, como buena fotógrafa, le encanta contar historias y congelar instantes: en su tienda Cuadritos del Amor vende sus fotos enmarcadas (www.conidietrichprints.com.ar).

img-20230212-wa0007_1.jpg - Créditos: Coni Dietrich

El sector de descanso: los cuartos

20230116_155242.jpg - Créditos: Coni Dietrich

La casa tiene grandes ventanales que la conectan con el exterior. “Ves una peli a través de la ventana”, dice. Y es que desde la cama se ven el verde, los pájaros y el cielo que cambia de colores. Para su cuarto, eligió una deco simple con una cama vestida en tonos neutros (@calm.es.simple), una lámpara de mimbre del mercado de Tigre y un placard espejado que amplía el ambiente y refleja el exterior. “Tiene una luz increíble: entra un sol divino y los atardeceres son mágicos. Es ideal para descansar, dormir una siesta o leer. Siempre dejo libros en las mesas de luz, para mí y para los que vienen después”.

20230108_133305.jpg - Créditos: Coni Dietrich

El baño también es de líneas simples y, como en el resto de los espacios, tiene fotos suyas. Datazo: Coni alquila la casita por día a través de su cuenta de Instagram (@conidietrich). En sus historias comparte cuándo está disponible para que otros vivan la experiencia: “Es todo muy personalizado y casual. ¡Me encanta compartir mi casa, me hace muy feliz!”, confiesa. 

El afuera: la necesaria vista al mar

Afuera, el ritual es desayunar mirando el mar. Los muebles de hierro (Easy Argentina) se bancan bien el salitre.

Afuera, el ritual es desayunar mirando el mar. Los muebles de hierro (Easy Argentina) se bancan bien el salitre.  - Créditos: Coni Dietrich

La casa se hizo en altura para ver el mar: afuera tiene reposeras, una mesa para cuatro y una parrilla eléctrica para cuando salen asaditos. Abajo, un fogonero (@tromenargentina) y dos hamacas paraguayas invitan a relajar sin pausa. Cuando está en Chapa, Coni se vuelve parte del paisaje y el mar se convierte en su fiel aliado: “Hay una frase que dice: 'no hay nada que el agua salada no cure'”. Y así lo siente ella, porque el mar la invita, incluso en invierno, a bajar un cambio y recargar energías. Cuando cae el sol, Coni camina por la playa, con algo de abrigo, escuchando las olas que rompen en la orilla y sintiendo el aroma del mar que llena el alma. La noche también es mágica. Su casa iluminada es un sueño; sin dudas, uno cumplido para ella. 

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