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Arrancó la temporada de tomates: 10 claves para cultivar los tuyos

Te damos el ABC para sembrar y cosechar tomates en una huerta, una maceta o un cantero en el balcón.


Noviembre es el mes de cosecha de tomates por excelencia.

Noviembre es el mes de cosecha de tomates por excelencia. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN



Entramos en la temporada alta de los tomates. Este es el momento del año en el que los frutos empiezan a cobrar todo su esplendor en las plantas y es clave tutorearlas y cuidar el tramo final de la maduración para hacer la cosecha en noviembre.

El tomate (Solanum lycopersicum) es originario del continente americano. Se cree que procede de algún lugar entre Chile y México, y su gran diversidad genética le permitió adaptarse a lo largo de miles de años. La palabra deriva del azteca xitomatl: fruto con ombligo. No tardó mucho en ser valorado por los europeos y viajar a España e Italia, países donde se lo adoptaría como protagonista en la mesa rápidamente. Otras naciones europeas, increíblemente, mantuvieron al tomate relegado del menú durante muchos años más, incluso hasta el siglo XIX.

Cuando los frutos aparecen y ganan volumen es momento de prestar atención para tutorear la planta y que no pesen las ramas.

Cuando los frutos aparecen y ganan volumen es momento de prestar atención para tutorear la planta y que no pesen las ramas. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN

El tomate es rico en vitamina C y contiene también vitamina A (que favorece la visión), K (ayuda a controlar la coagulación y circulación sanguínea), hierro y potasio. Tan solo 200 gramos de tomate cubren el 25% de nuestras necesidades de ácido fólico. Tiene cualidades antioxidantes, por lo cual mejora el estado de la piel, el pelo y los dientes. Y además, es delicioso.

Te damos 10 consejos infalibles para sembrar y cosechar tus propios tomates.

ABC DEL CULTIVO

Una vez por semana, también es aconsejable el pinzado de brotes axilares

Una vez por semana, también es aconsejable el pinzado de brotes axilares - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN

  1. 1

    Podés tirar las semillas directo en la tierra o arrancar en almácigo y hacer el trasplante cuando la plantita llegue a unos 15 cm. Lo importante es que el suelo esté bien cargado de nutrientes

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    Las plantas de tomate necesitan buena luz solar, mínimo 6 horas al día para que estén saludables.

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    Si vas con siembra directa, el mejor momento es a finales de primavera. Tirás las semillas, las tapás con un centímetro de tierra y cubrís la zona con una manta o un plástico para generar el microclima, como un mini invernadero.

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    Si preferís hacerlo en almácigo, empezá en primavera. Ponés 2 o 3 semillas en una bandejita con turba, las tapás con plástico dejando que ventile un poco y en 2 o 3 semanas ya podés pasarlas a la huerta.

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    Si lo hacés en maceta, buscate una de al menos 40 cm de profundidad y de unos 20 litros.

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    Con el riego, nada de hacerlo seguido, pero cuando lo hagas, que sea generoso. Eso sí, evitá mojar las hojas.

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    El tomate es trepador, así que a los 15 días de trasplantar, metele una poda: sacale los tallos laterales y las hojas viejas para que la planta respire bien. Aprovechá también para atarla o ponerle un tutor.

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    Si querés tomates más grandes y de mejor calidad, sacale los brotecitos que salen entre las axilas de las hojas.

  9. 9

    La cosecha la hacés entre 10 y 12 semanas desde que sembraste, de a poco a medida que maduran.

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    Buscate una buena receta para disfrutarlos a full. Aunque crudos, frescos y sin nada de nada, también son un manjar.

El tomate tiene un interesante valor nutritivo y un alto aporte de vitamina C y provitamina A. Los que maduraron en la planta tienen dosis más altas de esas sustancias.

El tomate tiene un interesante valor nutritivo y un alto aporte de vitamina C y provitamina A. Los que maduraron en la planta tienen dosis más altas de esas sustancias. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN

Hay más de 20.000 tipos de tomates y en la huerta cada uno tiene sus particularidades. No es solo cuestión de cuándo sembrarlos o cómo cuidarlos, sino que en la cocina también tienen su momento de gloria, dependiendo de para qué los quieras usar.

Por ejemplo, los tomates perita son los ideales para hacer conservas, platos cocidos y ensaladas. Los de racimo son perfectos para salsas o para tirarlos al horno y saltearlos, gracias a su piel más durita. Los redondos se llevan el premio en las ensaladas, y los cherries, que son como sus primitos menores, van bárbaro en brochettes, canapés y también en ensaladas.

Tomates asados con humus de arvejas, una preparación ideal para entradas y acompañamientos.

Tomates asados con humus de arvejas, una preparación ideal para entradas y acompañamientos. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN

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