Paraísos botánicos: 5 lugares increíbles de CABA diseñados por un histórico arquitecto francés

Conocido popularmente como “el Botánico”, este pulmón verde ubicado en el barrio de Palermo es uno de los proyectos más significativos de Thays.

Su origen se remonta al 22 de febrero de 1892, cuando su creador elevó a la Intendencia Municipal un proyecto en el que exponía la necesidad de creación de un Jardín Botánico de aclimatación para la Ciudad.

Se hizo y finalmente se abrió al público el 7 de septiembre de 1898 con una superficie de 77.649,69 metros cuadrados cubiertas de árboles de diversas especies con distintos sectores bien marcados: uno destinado a la diversidad de la vegetación argentina y otro que evoca claramente los estilos de jardines históricos francés y romano.

Este parque fue inaugurado en 1903 y es uno de los más antiguos de la ciudad. Un año antes se dio luz verde para que Carlos Thays, por entonces director de Paseos Públicos de la Capital, iniciara la construcción del parque Chacabuco, perteneciente a barrio de Flores, y también muy cerquita de Boedo y Almagro.

Se lo conoció en un primer momento como “el polvorín de Flores”; se trata de un espacio verde de 22 hectáreas que rinde homenaje a la victoria del General José de San Martín sobre las tropas realistas en la Batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817.

Ubicado en el barrio de Caballito, el Parque Centenario fue pensado y diseñado en conmemoración de los cien años de la Revolución de Mayo. Se dice que el diseño circular del parque se debe a que Thays se inspiró en el escudo nacional; los bulevares que rodean al círculo principal representarían a los laureles del escudo. Si bien fue pensado para ser inaugurado el 25 de mayo de 1910, recién se logró concluir y abrir al público en 1920.

Se dice que el diseño circular del parque se debe a que Thays se inspiró en el escudo nacional; los bulevares que rodean al círculo principal representarían a los laureles del escudo.

Ubicado en el barrio de San Telmo, el Parque Lezama fue conocido como "El Bajo de la Residencia", "La punta de Doña Catalina" y/o la "Barranca de Marcó". Se trata de un espacio verde en plena ciudad que supo albergar el primer horno de ladrillos, el primer molino de viento, variedad de depósitos para almacenar mercaderías y la barraca de la "Real Compañía de Filipinas", dedicada al comercio de esclavos.

En 1896, bajo la dirección de Thays, se proyectaron diversas intervenciones: caminos, plantaciones arbóreas, una rosaleda.

Uno de los pulmones verdes más grandes de la ciudad que incluye el Rosedal y los conocidos Bosques de Palermo, oficialmente conocido como Parque Tres de Febrero, también fue intervenido por Thays en el año 1891 con diversas acciones orientadas al mejoramiento del paseo.

En 1900 se inauguró el monumento a Sarmiento, obra cuya realización estuvo a cargo del artista Auguste Rodin. Las excavaciones del actual Lago de Regatas se iniciaron en 1906.

En tanto, en 1914 se concluyeron las obras del Rosedal en el Parque que, junto con el puente de arquitectura helénica, el embarcadero, el templete y la pérgola, son obra del colega y pasajista Benito Carrasco.

Thays también intervino con gran astucia y elegancia en la reorganización y diseño de la Plaza de Mayo, un sitio histórico ubicado frente a la Casa Rosada.

Fue el 9 de julio de 1894 cuando se inauguró junto a la remodelada Plaza de Mayo, la elegante Avenida de Mayo.  Según indica el registro urbanístico de la ciudad de Buenos Aires, el paisajista volvió a igualar el nivel del terreno de la plaza con el de las calles que la circundaban.

Además, Thays la modificó dándole un diseño en cruz, de manera que la prolongación virtual de la calle Defensa hacía de crucero y la continuación de la Avenida de Mayo hacía de transepto.

 

Fuente consultada: www.buenosaires.gob.ar