Tres trucos para que las lavandas crezcan robustas y perfumadas
Descubrí los secretos para transformar tus lavandas en ejemplares espectaculares. Un experto viral comparte las claves para conseguir plantas aromáticas, robustas y florecidas.
9 de noviembre de 2024
Las claves para conseguir lavandas de fantasía - Créditos: Getty
Las que hayan cultivado lavandas saben que estas aromáticas mediterráneas pueden desarrollarse prácticamente sin intervención humana. Sin embargo, existe una notable diferencia entre una planta que apenas sobrevive y otra que se convierte en un espectacular arbusto fragante y vigoroso.
El tema cobró relevancia a través de Javier Infante, especialista de Vivero Casa Planta de Chile, quien se volvió viral en redes sociales después de compartir los tres trucos para que la lavanda crezca de manera impresionante. Aunque sus videos se originaron en el país trasandino, sus consejos son perfectamente aplicables a nuestro país.
Clima ideal
"Argentina posee en un mayoría un clima mediterráneo, es decir un clima con todas las estaciones del año bien marcadas, clima ideal para las lavandas, así que si aplica tanto para la mayor parte de Chile como de Argentina", explica Infante, despejando dudas sobre la adaptabilidad de sus recomendaciones.
La lavanda debe podarse de mayo a agosto - Créditos: Getty
Una poda fuerte
La clave del éxito, según el experto, radica en tres pilares fundamentales, siendo el primero la poda. Infante es categórico: "Se debe hacer sí o sí todos los años. Hay que cortar la lavanda a algo más que a quince centímetros de su base. No importa si la planta tiene un mes o diez años, siempre se debe podar fuerte. Las lavandas tienen una poda fuerte en invierno y pequeñas podas de forma en primavera y verano".
Nutrición para el vigor
La alimentación representa el segundo pilar para lograr ejemplares exuberantes. "Una vez que comience la primavera, hay que fertilizar con humus de origen orgánico. La proporción varía en función del tamaño de la planta. Se sugiere humus cada 60 días. De 40 a 50 gramos por arbusto", detalla el especialista.
La lavanda necesita un riego cada tres o cuatro días - Créditos: Getty
El ciclo del riego
El tercer elemento crucial es el manejo del agua. Contra lo que muchos podrían pensar, las lavandas prefieren ciclos definidos de riego y sequía. "Regamos fuerte, dejamos que se seque tres o cuatro días y volvemos a regar", indica Infante, describiendo un método que imita las condiciones naturales de su hábitat mediterráneo.
La fórmula del éxito
Esta combinación de prácticas, aplicadas con consistencia, marca la diferencia entre una lavanda común y un ejemplar excepcional. El resultado es una planta robusta, abundantemente florecida y con un intenso aroma característico.