Toldos para patios: 11 claves para elegir el que más se adapte a tu espacio

Te preguntás, ¿qué tipo de toldo te conviene? Dependiendo de tu patio, podés optar por un toldo de pared, pérgolas (pegadas a la pared o con cuatro patas), cenadores o velas textiles. La clave está en ver cuánto espacio tenés y qué estilo te gusta. Para patios chicos, los toldos de pared van genial. Si tenés más lugar, una pérgola con toldo es lo más.

Son los más clásicos y se extienden unos 2-3 metros desde la pared para dar sombra. Si tu patio tiene tejadillo, también se pueden instalar ahí. Hay tres tipos:

Sin cofre: el más simple, sin protección extra.

Con semicofre: protege la estructura y la tela, pero el faldón queda expuesto.

Con cofre: cubre todo el toldo cuando está guardado, haciéndolo más duradero.

Si no querés estar subiendo y bajando el toldo a mano, lo mejor es un modelo motorizado. Se activa con un control remoto y, a partir de 4 metros de ancho, es la opción más práctica. Eso sí, necesitás una conexión eléctrica y un poco más de presupuesto.

Si tu patio es grande, una pérgola es la mejor opción para cubrir más superficie. Puede ser de madera o metal y con toldo manual o automático. También las hay con dos apoyos en la pared o independientes con cuatro patas.

En vez de usar tela, podés cubrir la pérgola con cañizo o bambú. Dan una sombra más natural y fresca, aunque no se pueden recoger. Eso sí, asegurate de fijarlos bien para que no se vuelen con el viento.

Si buscás una opción más económica y discreta, los toldos con cables de acero son una gran alternativa. Se fijan con dos puntos de apoyo y se extienden y recogen manualmente.

Son súper accesibles y quedan muy bien en patios modernos. Se fijan en varios puntos y lo ideal es que queden bien tensas. Vienen en versiones cuadradas o triangulares y podés combinarlas para cubrir más superficie.

Si te gusta lo rústico, los toldos de fibra natural quedan espectaculares. Además, permiten que circule el aire y bloquean miradas indiscretas.

La clave es que tenga protección UV para que realmente frene el calor. Lo ideal es que bloquee entre un 90 y 99% de los rayos solares. Además, si la tela es microperforada, permite que el aire circule y evita el efecto invernadero.

No es solo cuestión de estética. Los tonos claros dejan pasar más luz y dan sensación de amplitud, mientras que los oscuros bloquean mejor la intensidad del sol. Si vivís en un edificio, fijate si hay alguna normativa sobre el color del toldo.

Los expertos recomiendan medir bien el ancho y la profundidad que querés cubrir. Hay medidas estándar (hasta 2,5 m de ancho) y opciones a medida. En los toldos con brazos fijos, la longitud es la que alcanza con los brazos extendidos.

Si tu patio da al oeste, el toldo solo dará sombra por la tarde. Si está orientado al este, solo cubrirá por la mañana. Para aprovechar mejor el sol, elegí un toldo con brazos regulables.