De qué se trata la nueva película de Andrew Scott y Paul Mescal, Todos somos extraños

Adam (Scott) es un guionista solitario que vive en una torre de departamentos de Londres, un edifico moderno y poco habitado donde nunca se cruza con otras personas. Tras un encuentro con su vecino Harry (Paul Mescal) –un joven sin tapujos que propone pasar la noche con él–, Adam se ve arrastrado de vuelta a la casa de su infancia, donde descubre que sus padres (Jamie Bell y Claire Foy), los que fallecieron cuando él tenía 12 años, todavía viven y mantienen la misma apariencia que en la década del ochenta. El escritor intenta reconectar con su familia (a los que nunca les llegó a confesar que era gay), mientras busca abrirse al amor y comienza una relación con Harry.

Después de algunos roles icónicos como el Jim Moriarty de Sherlock o el Hot Priest de Fleabag, Andrew Scott se pone nostálgico (y romántico) con otro papel a su medida. “El guion me impresionó inmediatamente. Es algo muy personal para Haigh pero, como los grandes escritores, te hace sentir que es personal para todos, Y a mí me tocó muy de cerca”, comenta el actor sobre la base de Todos somos extraños, una historia anclada fuertemente en sus dos protagonistas: “Adam es una figura muy solitaria. Su madre lo describe como amable y compasivo. Fue un papel difícil de interpretar, en el sentido de que hay que acceder a lugares de gran vulnerabilidad”.

El contrapunto lo pone Mescal, nominado al Oscar por Aftersun, el vecino que logra traspasar la timidez de Adam e iniciar una relación transformadora: “Verlos conectarse se siente como algo muy auténtico, real y apasionado. Se gustan. Los dos son básicamente muy buenas personas. Los dos se sienten muy aislados, y la película es esencialmente sobre encontrar una verdadera conexión en un mundo que parece frío e impersonal”.

Esta es la segunda adaptación cinematográfica de la novela de Taichi Yamada, después de la película japonesa The Discarnates. Haigh se la apropia y le agrega un toque contemporáneo y personal, sumando sus propias experiencias (la casa de los padres de Adam es su hogar de la infancia) y convirtiendo a su protagonista en un escritor gay. “Lo que me encantó de la novela fue el concepto central: ¿qué pasaría si te encontraras con tus padres otra vez, mucho tiempo después de su muerte, solo que ahora tienen tu misma edad? Me pareció una manera muy emotiva de explorar la naturaleza de la familia”, asegura el realizador, sobre sus motivaciones para encarar el proyecto.

“La adaptación del libro fue un proceso largo y a veces doloroso. Quería desentrañar mi propio pasado, como hace Adam en la película. Me interesaba explorar las complejidades del amor familiar y del romántico, pero también la experiencia de una generación específica de personas homosexuales que se criaron en los ochenta. Quería alejarme de la historia de fantasmas tradicional de la novela y encontrar algo más psicológico, casi metafísico”, señala, dándole importancia a un tema central: cómo integrar el dolor y la pérdida a nuestra vida y encontrar la manera de seguir adelante.

Todos somos extraños llega a las salas de cine este jueves 7 de marzo y todavía no podemos creer que se quedó afuera de los Oscar. ¿Ya viste este adelanto?