Delfina Chaves, protagonista de la serie Máxima: "Tuve que lidiar mucho en mi vida con la ansiedad"
Delfina Chaves se puso en la piel de la reina Máxima Zorreguieta en una serie sobre su vida, un proyecto que le dio fama mundial y con él que encontró el amor. Una charla sobre ese desafío, su vida actual y lo que vendrá.
Producción: Virginia Gandola
27 de agosto de 2024 • 15:21
CAMISA Y PANTALÓN CARGO DE SEDA (LACOSTE). - Créditos: Mica Bianchi
Hace unas semanas se estrenó Máxima, la serie de Max que tiene como protagonista a Delfina Chaves y que la catapultó al mundo del streaming internacional. Bah, la catapultó al mundo. Y sí, es que, en el último año, Delfi Chaves dividió sus días entre Países Bajos, Nueva York y Argentina, aunque se encarga de aclarar que ella vive acá.
Delfi es tapa de septiembre de OHLALÁ!. Viajó justo un día antes del cierre, así que unos días antes nos juntamos por Zoom para charlar: ella en el verano de Ámsterdam y nosotras en el frío polar de Buenos Aires.
“El frío de allá es la primavera de acá. En Ámsterdam, cuando sale el sol, no lo podés creer. Aprendés a valorar mucho más el día lindo. En Buenos Aires, si llueve, cancelás cosas; acá salís y no solo salís, salís en bici. Es otra cultura, es muy distinto”, arranca Delfi una charla en la que recorrimos algo de su historia, sus aprendizajes, todo lo que vivió en el último tiempo, el amor y los preparativos para el rodaje de la segunda temporada que inicia en octubre.
¿Qué aprendiste de la filosofía de vida holandesa?
Bueno, la relación con el clima es muy diferente. Yo no tenía esa urgencia de salir corriendo a una plaza cuando salía el sol en Buenos Aires. Acá conviven con la nube, con la lluvia. Tienen un dicho muy gracioso que es “no estamos hechos de algodón de azúcar”. De repente son las 3 de la mañana, salís de un bar, medio borracha, está lloviendo a cántaros y decís: “Bueno, esperemos que pare o dejemos acá la bici y tomémonos un Uber”. Y te dicen: “No te vas a derretir, subite a la bicicleta y te pegás una ducha caliente cuando llegues a tu casa”. Y así con todo... La ropa es muy distinta porque, por sobre todo, tiene que reinar la practicidad. Para mí, ese es uno de los pilares. Son muy pragmáticos. Siempre van a lo que sea más rápido, más eficiente. Son muy de los números, muy rigurosos. No hay tanta incertidumbre. Entonces, creo que la gente está muy acostumbrada a saber que lo que hoy es de cierta forma, en dos semanas o en tres meses va a ser igual. El otro pilar fuerte es la discreción. Eso es lo que yo sentí, ¿no? Como algo de no hacer locuras. Tienen un dicho que dice algo así como que ya ser vos mismo es lo suficientemente alocado. No hacen nada que sea muy llamativo, son muy discretos.
La familia real es muy discreta, no es como los británicos, que en The Crown se hacen un festín, ¿de dónde sacan tela para cortar en la serie?
Sí, esta temporada cuenta la historia de Máxima: su infancia, su adolescencia, todo lo que pasó a partir de que se hizo pública la historia de que ellos dos estaban juntos. Igual, hay que decir que es una serie que no pertenece a la realeza. No se le consultó a la realeza si la aprobaba, pero tampoco es que necesitaran ningún tipo de aval. Está basada en el libro Motherland, de Marcia Lauten. Ella es una escritora, columnista, de un diario muy importante de Países Bajos, pero su libro no es tampoco una biografía autorizada. Máxima no tuvo ningún tipo de incidencia. Marcia tuvo el acceso a gente del círculo cercano, pero después tuvo completa libertad de escribir lo que quiso. Entonces, no es tímida ni tiene miedo de contar, no es discreta. Yo recién te describí lo que yo creo que es la cultura neerlandesa, pero esta serie retrata a una argentina. Justamente, eligen mostrar cómo Máxima vino a romper con toda esa discreción. Ella trajo esta pasión y este calor, esto que es tan latinoamericano.
CAMISA BORDADA Y PANTALÓN (VALENTINA KARNOUBI). - Créditos: Mica Bianchi
¿Qué desafíos se te presentó? Porque es la primera vez que estuviste tanto tiempo lejos de Argentina...
Sí, también es la primera vez en mi vida haciendo un proyecto en el cual soy protagonista absoluta. Martijn (Lakemeier) también es protagonista, pero que la serie lleve mi nombre fue como una presión gigante y también trajo inseguridades. Todo el tiempo pensaba si lo estaba haciendo bien, si lo podría haber hecho mejor. Y después, estar lejos de mi casa, en tantos lugares, llegar de rodar después de 14 horas fuera de tu casa y estar sola. Llegando al final de la serie ya me hice más amigos, pero tuve mucho tiempo de soledad en el que extrañaba que mi papá me cocinara, extrañaba estar con mis sobrinos.
¿Quién fue tu red en ese momento?
Yo fui mi red. Yo disfruto de estar sola y estoy acostumbrada a estarlo. No soy alguien que necesita todo el tiempo de un otro al lado. También hacía foco en poder ver el privilegio que suponía para mí estar ahí cumpliendo un sueño. Después empecé a abrirme, conocí gente. Me di cuenta de que en Buenos Aires, tan en mi zona de confort, yo no sé hacer muchos amigos nuevos, mi grupo de amigos es mi familia y mis amigos más cercanos, y me cuesta hablar con alguien que no conozco, como que un poco me cuesta generar intimidad. Estando lejos, de repente, eso cambia. Conocés gente y te abrís con gente que también está lejos de su casa, y también está sola y tiene ganas de conectarse con alguien y tener una amiga. Aprendí a vincularme desde otro lado.
Tuviste que soltar tus formas aprendidas para habitar distinto este nuevo lugar.
Sí, también está esta frase muy cliché, que es que nuevos lugares y nuevos desafíos requieren nueva forma. A mí siempre lo que me dice mi terapeuta es que la flexibilidad es la condición número uno de la supervivencia, entonces una tiene que hacer cosas que no está acostumbrada a hacer y que nunca hizo para poder sobrevivir. Yo nunca había estado sola en un país que ni siquiera habla mi idioma. Es distinto cuando vas tipo plan turístico que cuando vas a trabajar, que además estás agotada, sin energía extra. Y más las mujeres, que tenemos tanto cambio hormonal. Un fin de semana estás bárbara, al siguiente estás mal, te ves mal, estás mal con todo el mundo, el agotamiento también afecta el cuerpo. A mí las hormonas me re rigen. Tuve que tenerme paciencia, entender que hay ciertos lugares que son pilares importantes para mí, ciertas cosas que no podía negociar. Me tenía que seguir moviendo, aunque fuera un poco, porque la salud mental me re cambia cuando hago deporte. Y nada, una se conoce, para mí es una herramienta re poderosa conocerme y respetarme lo que necesito.
TOP, PANTALÓN Y CINTURÓN (EVANGELINA BOMPAROLA), ZAPATILLAS (ADIDAS, $171.999) - Créditos: Mica Bianchi
Traés a tu terapeuta a la conversación y fueron varias veces en las que usaste tu exposición para hablar de salud mental, ¿qué mensaje sentís que te gustaría dar en ese sentido?
Yo creo que lo fundamental es encontrar una red de gente con la que puedas hablar y que no te juzgue. Pertenecer a un grupo de amigos (aunque sea de una sola amiga) en el que puedas contar lo que te pasa, piensen como vos o no, porque tengo amigos, la verdad, que tienen opiniones re distintas, pero un grupo donde poder expresar tu opinión, un lugar seguro. Con el tiempo aprendí la importancia de conectarse y compartir con el otro. Porque yo siempre fui muy solitaria y de guardarme mucho, pero por suerte en el camino me encontré con gente que me ayudó. Es clave tener la humildad de aceptar que el otro tiene algo para enseñarte. Los problemas de salud mental o la ansiedad o la depresión te aíslan mucho porque sentís que nadie va a entender o nadie va a validar lo que te pasa. Y cuando encontrás a la gente que te escucha y que a lo mejor no te dice nada, porque a veces es poner el hombro, pero sentís que estás con otro que te escucha y no te juzga, para mí eso es un remedio valiosísimo.
¿Estás en pareja?
Ahora estoy en pareja, sí, con Martijn (Lakemeier, el rey Guillermo Alejandro en la serie).
¿Y estás bien? ¿Estás contenta? Qué regalazo, también, la serie.
Sí, qué sé yo, la serie fue un regalazo en muchos aspectos. Fue un gran desafío y trajo muchísimos regalos.
Tenés 28, ¿no?
Sí.
¿Te pega de alguna manera dejar los veinti?
Y, hay un crecimiento... A mí este último tiempo me trajo replanteos, ver qué cosas ya no quiero más para mi vida. Creo que el final de la década también es dejar de bancarse cosas. Preguntarme qué cosas quiero cambiar y tengo el poder en mis manos para ponerme límites, aunque la situación o el contexto donde estoy siga igual que siempre. Hay un cambio de percepción.
Se notó ese límite en cómo les paraste el carro a los periodistas después de la presentación de Felices los 6.
Me parece que hoy en día estamos defendiendo un montón de cosas que nos cuestan un montón de trabajo y que hacemos cinco pasos para adelante y quince para atrás. Hablo de la cultura del consentimiento, el no bullying, el cuidar lo que decimos, porque el discurso violento y de odio es peligrosísimo, como nos prueban los números de la cantidad de femicidios. Y ya no es “espero a tener las palabras correctas, pongo los límites como puedo”. Yo en la nota esa sentí que puse los límites de una forma re torpe, no sabía qué contestarle y lo único que sabía era que me habían prendido una cámara sin que yo hubiera accedido a eso y me habían filmado sin pensar que yo podía llegar a tener ansiedad o podía llegar a largarme a llorar o ni idea. Salí desde ese lugar a poner un límite, aunque fuera torpe, estaba toda roja, vergonzosa. Es lo que me salió y es lo que pude, pero lo importante es que pude poner un límite y eso para mí es valiosísimo.
A lo largo de la charla aparecieron valores re lindos: la paciencia, la validación..., ¿trabajás en consolidar esas herramientas?
Sí, es un recorrido de mucho autodescubrimiento. Yo tuve que lidiar mucho en mi vida con la ansiedad, lo sigo haciendo. Tengo un trastorno de ansiedad re fuerte y a veces me cuesta mucho todo. Y descubrir qué cosas son un disparador para sentirme mal es importantísimo, para salir de ahí, para evitarlo. Por eso digo también que una deja de esperar que el afuera cambie, que otra persona cambie, que tus padres cambien, para pasar a cambiar la perspectiva que una tiene sobre eso. Y dejar de jugar a ver cómo fueron esas puestas de límites. Pero sí, soy muy autoconsciente, me conozco mucho, tengo mucho por conocer también, sé que queda mucho, ojalá, pero sí, una va tomando nota.
AGRADECEMOS A HEREDERA DEL SOL Y A VIDRIOLANDIA POR SU COLABORACIÓN EN ESTA NOTA.
Pelo por @christiandipetta con productos @livingproofarg para @klerhouse.
Make up por @belusanzmakeup para @klerhouse.
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