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Esteban Lamothe, un galán en temporada altísima: "Estoy para el amor y para sentir cosas nuevas"

Cierra un 2024 espectacular: protagonizó "Envidiosa" y "Cromañón" -dos de las series más vistas del año-, debutó con un nuevo rol en streaming... y está enamorado de Débora Nishimoto. Charlamos con el “galán en temporada baja”, que está más activo que nunca.


Producción de Natalia Señorales

Esteban Lamothe

Esteban Lamothe, después de Cromañón y el éxito de Envidiosa. - Créditos: Gaspar Kunis



Aunque él reniegue un poco del mote de galán, Esteban Lamothe sabe jugar bien el rol. Se lo ve con la calma que le traen sus 47 años, disfrutando de un presente que lo tiene –otra vez– como protagonista. Porque este año la rompió actuando en dos de las producciones argentinas más vistas del año: nos enamoramos de su Matías en Envidiosa –y bueno..., ¡él también se enamoró en el set!– y sufrimos junto con él en Cromañón. Pero el 2024 también le trajo desafíos, porque se sentó a la mesa de Galanes en temporada baja, el streaming de Blender que comparte con Gonzalo Heredia y Galia Moldavsky. Paradójicamente, la suya fue una temporada más que alta. 

¿Qué sentís que fue lo más gratificante para vos a nivel personal de este 2024?  

A nivel laboral, me parece que claramente hay dos hitos: Cromañón, que me siento muy orgulloso de ese proyecto, es una historia que había que contar con mucha responsabilidad, porque es una herida que está abierta todavía; y después, creo que Envidiosa fue como una especie de vuelta de las grandes ficciones a la televisión. Y me pone muy feliz eso porque tiene que ver con mi historia en la televisión y, al mismo tiempo, es algo más cinematográfico, y también pasó algo con la gente muy inesperado, muy flashero.  

Y quizás hacía tiempo que no vivías ese boom, ¿no?  

Hacía mucho. He vivido todo. He vivido éxitos y fracasos. Estoy muy contento, pero también, cuando me va muy bien con algo, trato de tomármelo igual que cuando no me va bien, con tranquilidad. Porque es así: todo el tiempo hacés cosas que te dicen que sos un genio y al año siguiente te dicen que sos un boludo, y si te tomás muy en serio que sos un genio o que sos un boludo, bueno, perdés el eje. Y lo único que te puede hacer tener una voz como actor –o como streamer o como lo que sea que seas– es no irte de eso y tampoco estar tan atento ni a lo bueno ni a lo malo que te dicen.  

Estamos a casi 20 años de Cromañón. ¿Recordás dónde estabas vos? Tenías veintipico... 

Sí, yo estaba en mi pueblo, en Ameghino, y todos nos acordamos en dónde estábamos, ¿no? Porque fue terrible. Yo me había ido a dormir temprano la noche anterior, entonces no vi nada. Me desperté, me despertó mi mamá, nos despertó a los cinco hermanos, y desayunábamos y veíamos esas imágenes... Está muy filmada, la tragedia de Cromañón. Entonces vimos cosas que no nos vamos a olvidar nunca más. Creo que es necesaria la serie ahora, que abra el debate que tenga que abrir. Fue un antes y un después en la política argentina, un antes y un después en la historia de la noche, de los recitales, de las bandas, y sobre todo es un antes y un después para todas las familias de las víctimas, de los que sobrevivieron, de los que se suicidaron y de los que se suicidaron después. Me cuesta mucho a veces hablar porque es una cosa que dura todavía y está bueno que las nuevas generaciones –yo tengo un hijo de 12– lo vean, que sepan lo que pasó. Porque siento que esas cosas se lavan con el tiempo. Y mi hijo está entrando en la adolescencia y de repente digo: “Che, ¿no tendríamos que revisar un poco esto que pasó?”. Yo iba a fiestas en la época de Cromañón, en un altillo, una fiesta de teatro donde había 100 personas y el altillo se movía y podían entrar 20 personas ahí y no nos pasó nada. Siempre es bueno hacer memoria en este país.  

"Si te tomás muy en serio que sos un genio o que sos un boludo, bueno, perdés el eje. Y lo único que te puede hacer tener una voz como actor –o como streamer o como lo que sea que seas– es no estar atento a eso."

Esteban Lamothe

Esteban Lamothe

Esteban Lamothe, después de Cromañón y el éxito de Envidiosa. - Créditos: Gaspar Kunis

Debutaste en streaming, ¿qué onda descubrirte en este nuevo rol para vos?  

Tiene algo de actuación también. Tenés que inventarte un personaje: soy yo, pero un poco no, pero un poco sí. Entonces aprendí mucho de Galia, yo no había consumido mucho streaming. Parece fácil, pero no lo es. ¿Qué es? ¿Es gente medio hablando al pedo? No. Hay que saber escucharse, tiene que tener un ritmo, es como la comedia, como el drama. Cada uno tiene que tener un color distinto. Galia es la que lleva todo para adelante, es la protagonista; después está Gonzalo, que es un poco más serio, pero muy gracioso, y yo, que digo cualquier cosa. Mi rol es el que dice cualquier ridiculez.  

Se te deben acercar chicos de otras generaciones, otro público... 

Me pasó que muchos me conocen recién ahora. Mi hijo tiene 12 años y todos los compañeros de sexto y séptimo grado vieron la serie. Es muy lindo. Me había pasado con el tema de Paco y Catriel, como me nombran en el tema “Ouke”, también otra generación me había conocido de ahí. Me gusta la juventud. Siempre estoy observando, sobre todo la música que hacen los jóvenes.  

¿Qué tomás de las nuevas generaciones? No te estoy diciendo que seas un señor grande, pero...  

Lo soy, digamos que lo soy. No soy “viejo”, pero soy un señor grande. Supongo que con el paso del tiempo aprendí a mirar para abajo a las nuevas generaciones, la música que escuchan, cómo se comunican, cómo hablan. Me interesa. A veces no entiendo lo que dicen o palabras nuevas, pero trato de... No quiero ser mi abuelo, no quiero ser mi tío Cacho, entonces trato de entender hasta donde puedo, sin ser el señor Burns cuando entra con el gorro y la patineta. Y también me gusta escuchar a las personas más grandes. A los viejos, me parece que ahí hay muchas cosas para aprender. Entonces, la música siempre es una puerta de entrada. Por ejemplo, mi hijo escucha ahora a los Swagger Boys, a Ufornite, a Stiffy, a Turro Baby, que es un músico increíble. El swag es como un subgénero del trap, que al comienzo te cuesta escucharlo, porque hacen las bases como si te dijese con sonidos del Fortnite, como de videojuego. Y cantan arriba de eso. Y le agradezco a mi hijo y a Dios que me hayan dado la cintura para no apagar en la primera vez.  

Y además de la música, ¿qué cosas compartís con Luis hoy?  

El deporte. Somos hincha de Boca los dos. Miramos la Fórmula 1 desde hace mucho. No por Colapinto. A Colapinto lo amamos mal, pero la verdad es que lo vemos desde antes. Y el boxeo, nos gusta a los dos. Nos gustan algunas películas. Ahora le dije de ver División Palermo y Porno y helado, porque soy fan de Piroyansky. Lo amo, me encanta esa serie. Y un poco ahora también la ropa: él me dice qué ponerme, porque se viste muy, muy bien. De hecho, dejó el resto de los deportes para hacer skate, porque en el skate te podés vestir. Me parece bien entrar en un deporte por otro lado. Uno siempre entra a los lugares por puertas extrañas.  

¿Qué desafíos tenés hoy como papá? 

Creo que el desafío más grande ahora es poder acompañarlo sin meterme en su vida. Porque es una tentación. No querés que a tu hijo le rompan el corazón, no querés que lo atropelle un auto, no querés que los amigos lo traicionen, querés que su vida sea suave. Y acompañarlo, y a veces acompañar a tu hijo es verlo llorando... y simplemente estar ahí por si te necesita.  

Esteban Lamothe

Esteban Lamothe: "Ser galán me agarró grande" - Créditos: Gaspar Kunis

¿En algún momento te pesó el “ser galán” o te pesa este revival de galán de ahora? 

No, para mí fue ridículo, ¿entendés? Yo me hice galán a los 34 años. Nunca me imaginé eso, nunca lo busqué. Todavía estoy contento y agradecido de haber atravesado esa experiencia que fue de repente... Yo nunca fui tampoco un chabón tan lindo. No es que en la escuela era el más lindo del aula. No es que venía para ser galán. No es que era el galán del pueblo, ¿entendés? Siempre había dos o tres que eran más lindos que yo. Yo creo que fue entre una novela que hice de Pol-ka y Abzurdah, donde tenía una historia con la China Suárez, que de un día para el otro las mujeres que ni me miraban en la calle y los hombres empezaron a mirarme con deseo. Y yo me cagaba de risa. Por suerte, “ser galán” me agarró grande. Si me hubiese pasado a los 23 años, por ahí me hubiese ido a la banquina, me hubiese dado 70 vueltas y me hubiese estrolado...  

En el stream tenés una sección que son las consultas del Dr. Lamothe, donde das muy buenos consejos de relaciones. ¿Eso te lo dio la experiencia?  

¡Y mi mamá! Mis amigas cuando tenían problemas, porque se peleaban con el novio, no les venía la menstruación o no se habían cuidado, o mis amigos, cuando estaban tristes por algo, iban a hablar con mi mamá. Ella sabía mucho del amor y de todo. También tengo 47, tengo experiencia y tengo un imán. Siempre vienen cuando se separan o les meten los cuernos, o cuando sufren, siempre cuando sufren. Cuando están contentos no me llaman nunca. Entonces creo que desarrollé esa habilidad, no porque tenga un don, sino por la práctica. Son años y años de recibir gente. En el streaming lo llevo a un lugar más gracioso, más ridículo. Pero hice mucho eso de tener que contener a alguien y tener que escuchar y tener que pasar noches con amigos que lloraban y que había que darles ánimo.  

Y si hoy Esteban le pudiera hacer una pregunta al Dr. Lamothe, ¿qué le preguntaría? 

“Doctor, ¿cómo tiene que empezar una relación para que la base sea sólida y se pueda proyectar hacia el futuro?”. Le pediría esos consejos. Y no sé qué le diría el doctor. Necesito como un tercer Dr. Lamothe. 

¿Estás en esa instancia ahora, con Debbie Nishimoto, la actriz de Envidiosa

Estoy arrancando una relación. Con Débora, sí, sí. 

¿Y qué condimentos sentís que hay que ponerle a una relación para que arranque con bases sólidas?  

Uno lo que trata es de no repetir cosas que hizo en otras relaciones o de decir “bueno, ¿cómo arrancaron aquellas relaciones? Y en esos comienzos, ¿qué siento yo que hice mal?”. No sé, estoy más blandito ahora, más entregado. O sea, ya a esta altura tampoco me importa como cierta cosa del pasado de las personas, que antes era más pesado. Y que me chupe un huevo me da una libertad a mí, más allá de mi relación con Débora. Como algo más limpio. Más liviano. Estoy para el amor, no estoy para todo lo otro. Estoy para vivir una historia tranquila, lo menos tóxica que se pueda. Y para sentir cosas nuevas. ¿Por qué no? Porque uno tiene 47, pero el corazón de uno es joven todavía. Hay un poema de Mary Oliver que dice “si tengo 70 y tengo unas ganas de amar todavía”, espero a los 70 seguir teniendo ganas y seguir encontrando gente. Siempre la ilusión del amor, ¿no? Que es algo inexplicable, que no se puede nombrar. No hay nada que uno pueda de ahí extraer o retener. Es más inatrapable el amor cuando ocurre de verdad.  

“Ser galán” me agarró grande. Si me hubiese pasado a los 23 años, por ahí me hubiese ido a la banquina, me hubiese dado 70 vueltas y me hubiese estrolado...  

Esteban Lamothe

Esteban Lamothe

Esteban Lamothe: "Ser galán me agarró grande" - Créditos: Gaspar Kunis

Hay algo lindo de Matías, tu personaje de Envidiosa, que plantea un galán más vulnerable, más roto también...  

¡Un galán más parecido a Doña Florinda, con esos rulos! (Risas). Es un galán chocado, dice Galia. Ya cuando aparecí yo en Pol-ka, que me pusieron las primeras veces de galán, era como una apuesta. No era como cuando ponés a otros pibes que son francamente bellos. Más carilindos. Me parece que eso también produce empatía. Soy más parecido al chabón que está ahí: el plomero, el sodero, un chabón que te atiende en el banco. Tengo una cara más común. No es que tengo los ojos celestes, la nariz chiquita. No me felicito a mí, sino a Suar, a Ortega, a Áxel Kuschevatzky, a los que se animaron a ponerme como un objeto de deseo cuando eso estaba totalmente cuestionado antes.  

¿Y te gusta ser un objeto de deseo o te da lo mismo?  

Sí..., ¿a quién no le gusta? El que te diga que no le gusta, es mentira. Me gusta, lo disfruto y lo suelto. El tiempo pasa. Si pretendo toda la vida ser un objeto de deseo en este mundo de hoy, aunque haya crecido y el machismo esté cada vez puesto más en jaque, si yo armara una carrera solo basada en el deseo, caería. Estoy al horno. El actor le tiene que ganar al galán. 

¿Y cómo hacés para sostener tu libido actoral? Que siempre te caliente actuar...  

Pienso mucho en eso, me ocupo mucho de eso. Me busco estímulos, me busco cosas que me den ganas de actuar como la primera vez. Obvio que hubo momentos de mi vida en los que hice 3 novelas seguidas y esa libido se disolvió, y no sabía qué hacer y todo era más raro. Pero siento que ahora recuperé la alegría de actuar, la desesperación, en el buen sentido, de querer hacer las cosas bien. Es horrible lo que voy a decir, pero volver a trabajar como al comienzo, como si me fueran a echar. Recuperé algo de eso, sin ir a ese lugar, porque es súper estresante si vos estás todo el tiempo pensando que te van a echar. Pero algo de eso no está mal. Y también, sobre todo, porque hay un montón de actores y actrices muy buenos que no tienen las oportunidades que tuve yo, entonces yo estoy ahí también, no solamente para darle de comer a mi hijo y para engrosar mi ego, o para que me llamen para otras cosas, sino representando a esos otros, sobre todo en este momento, en el que este gobierno asesinó el cine. Fin. Lo mató. Va a resucitar, nunca va a morir, aunque ellos crean o quieran que muera. Es una lucha... Sobre todo la violencia, la violencia verbal, la violencia institucional, la violencia con algo que nos da identidad, que es el cine nacional. Yo tengo un guion mío y estoy queriendo dar ese salto del otro lado de la cámara, hace como cinco años que lo estoy escribiendo y ahora estoy buscando financiación. Pero no me frena este gobierno. Lo sigo buscando y lo voy a seguir buscando con la misma fuerza. 

¿Qué es lo último que aprendiste sobre vos mismo en este último tiempo?  

Aprendí que puedo cambiar y ser distinto, en un montón de aspectos de mi vida. Por ejemplo, en los vínculos, en la paciencia, en el amor que puedo dar y que puedo recibir, que realmente puedo cambiar de forma de parecer. No soy una persona que dice “no, yo soy así”. De verdad, siempre es abismal y uno no hace pie cuando está cambiando. Entonces lo que uno quiere es decir “no, yo soy esto, soy actor, tengo tantos años, me gusta esta música”. Bueno, aprendí a poner en jaque todo eso. Como decir “por ahí me gusta otra música, por ahí voy a lugares nuevos a los que antes no iba”. No sé, eso, la posibilidad de cambiar. Leí que dos veces en la vida podés cambiar por completo. Creo que ahora estoy en un momento así, sobre todo con lo emocional, con los sentimientos, con el amor, con la ira, con los celos. 

¿En algún momento te pensaste como más tóxico y ahora sentís que amás de otra manera? 

Sí, siento que amo de manera más limpia a mis amigos, a mi familia, a la chica con la que estoy saliendo, mucho más. Y no es forzado. No es que siento celos o toxicidad y digo “no, no, lo voy a controlar”. Realmente me siento mucho mejor y más libre porque siento que de alguna forma ya trascendí, ya pasé por ahí, no quiero ir más para ese lado. Ya entendí, ya aprendí, ya me recibí, ya me dieron el título de licenciado en toxicidad. Ahora lo rompí y quiero ser licenciado en el amor (risas).  

Galanes en temporada baja: la serie y la obra

Gonzalo Heredia, Galia Moldavsky y Esteban Lamothe en "Un futuro sin vos"

Gonzalo Heredia, Galia Moldavsky y Esteban Lamothe en "Un futuro sin vos" - Créditos: Gentileza Blender

El próximo 17 de diciembre, podés ir a ver a los galanes en el teatro Broadway a las 21; además de poder interactuar con ellos, se va a proyectar en vivo el último capítulo de Un futuro sin vos, la serie de cinco capítulos que podés ver por YouTube. Conseguí tus entradas desde $18.000 en Plateanet. 

Más info: @estoesblender. 

Maquilló y peinó Marian Fabré. Agradecemos a Garito Loyola (@garitoloyola), Juan Angrisano, Leo Giuliano, Perfe, Sastrería González, Ay Not Dead, Terrible Enfant y Limido su colaboración en esta nota.  

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Euge Castagnino

Euge Castagnino Editora de OHLALÁ!, guionista cinematográfica especializada en cultura, cine, teatro, televisión y otros medios audiovisuales y gráficos. Es fan de las palabras, las buenas historias y los libros.


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