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Emmanuel Horvilleur: "Me gusta lo que me exige a mí Illya Kuryaki como artista"

A poco de cumplir 50 años y lanzar un nuevo disco, Emmanuel Horvilleur nos regala una charla cálida y luminosa sobre la música, el paso del tiempo, la paternidad y el amor.


Emmanuel Horvilleur

Emmanuel Horvilleur - Créditos: Gaspar Kunis



Dice que su 2024 personal es lindo y luminoso. Quizás uno de los motivos sea que está haciendo giras con su último disco, Acqua di Emma. Pero probablemente la luz también provenga de su pequeña hija, Marion, que nació en mayo del año pasado y revolucionó su cotidianeidad. Pero Emmanuel Horvilleur es de esos artistas para quienes es imposible disfrutar cuando a su alrededor no todos la pasan bien: “La sociedad se nota que no la está pasando bien. En estos días hace mucho frío. Esperemos que venga, en todo sentido, un poco más de calor, ¿no? Calor a todos los niveles”. Y en el medio del proceso creativo de un nuevo disco que verá la luz para celebrar sus 50 años, Emma nos regala una charla con su propio sello: cálido y luminoso. 

 

¿Cómo estás, Emma? ¿Cómo viene este 2024? 

Yo siento que es un año re lindo para mí, re luminoso. Un poco en contraposición con lo que estamos viviendo. O lo que yo también estoy viviendo, porque uno está en la calle o lee un montón de cosas y después llegás a tu casa y tenés una bebé de un año que te mira y te sonríe. Y todo lo dark pasa a ser luz. Estoy en esa. La verdad es que con una sonrisa de Marion todo se transforma.  

¿Y qué sentís que le trajo Marion a tu vida? Debe ser muy distinto a la paternidad de André...  

Sí, muchas cosas son muy distintas. Inclusive la info que había en esa época sobre ser padre. Pero siempre fui un padre presente. Y un padre que estuvo ahí para lo que sea. Creo que igual siempre concebir un hijo es como un acto con un poco de inconsciencia. No es que uno se pone a pensar “bueno, ¿tengo un hijo...?”. Con Eva tuvimos historias de ir y venir, y supe que si volvíamos, era una gran posibilidad tener un hijo. Y bueno. Así fue. Y ahora estamos flasheados.  

Y le ponés el cuerpo literal, me imagino...  

Lo más duro es que siempre me quedaría durmiendo un rato más. Me gusta dormir. Es un placer que siempre tuve. Ahora no pasa eso. Ahora a las siete... “¡papá!”. Y ya está, arrancás. Ya no te queda otra. Si ella después se duerme una siestita, capaz la acompaño.  

¿Es distinta la experiencia de paternar un varón que una mujer para vos? ¿En qué cosas lo notás? 

Bueno, en cosas obvias, como cambiarle el pañal a una mujer y cambiar a un varón. Es otra anatomía que hay que ponerse un poco más puntilloso. Soy bueno con el óleo y toda la data. También soy el que la baña. Y por ahora no hay tanta diferencia, es muy bebé. Pero ella es una divina. Tiene un muy buen humor y muy buena onda con todo.  

Emmanuel Horvilleur

Emmanuel Horvilleur - Créditos: Gaspar Kunis

¿Y eso lo heredó de quién?  

Digamos que de la madre. Por ahora. Porque yo no creo que las cosas se hereden tanto. Creo que uno va absorbiendo. Es decir, posiblemente sí se hereden cosas, pero el otro día pensaba un poco en eso, en que nadie nace malo en este planeta. Hay cosas que a uno lo van llevando a ser malo, ¿no? Pero se me vino una cosa que vi por ahí, que preguntaban: “¿Qué harías si tuvieses a Hitler bebé en tus brazos?”. La respuesta fue una boludez, pero yo me quedé pensando: ¿darle amor? Si le hubieras dado amor a ese bebé, posiblemente no hubiera habido un Holocausto como el que hubo, ¿entendés? Entonces me parece que eso es una clave, ¿no? Es decir, si recibiste amor, es raro que te vuelvas malo... Y a veces, inclusive si no recibiste amor, también podés vos transmutar toda esa data pesada. Pero bueno, si recibís mucho amor, es más raro que te vuelvas un feo.  

Algo que me gusta es que todavía a Evangelina le decís “mi novia”, ¿por qué?  

Porque es la manera que yo siento... Me gusta. Por ejemplo, “mi señora”... me la re baja. Es como una letra de una canción; importan las palabras. Y “mi novia” tiene esa sensación de... todo lo que está por venir.  

Es como esa cosita del entusiasmo del principio...  

Sí, sí, y de mantener eso vivo. Nosotros nos conocimos como hace diez años. Pero tuvimos un par de temporadas. Estuvimos como dos años casi separados.  

Y con tantas idas y vueltas, ¿cuáles son para vos los secretos que hacen a un lindo vínculo de pareja?  

Mirá, puede quedar medio frívolo, pero siempre con Eva bailamos. Siempre hubo una buena conexión bailando. Tampoco es que nos pasamos bailando todo el día. Pero siempre fue una cosa que me gustó de estar con Eva. Que baila y que a veces, incluso en momentos en los que está todo medio raro, porque estás re quemado, ella me hace un “vedetismo” y como que todo se acomoda.  

Está bueno sacarle un poco de cabeza y ponerle más cuerpo... 

Sí, es como reírte un poco, también. Porque si no, lo cotidiano, todas esas cosas, atentan un poco contra un tipo como yo, al que le gusta la magia y la fantasía. Siempre tiene que haber cierta magia. Y buscarla. Y buscar el humor. Y a veces yo soy el momia. Muchas veces ella me saca de esa cosa capricorniana.  

De esa cosa más de la mente que tenemos los capricornianos... 

Sí. Lo mental muchas veces se pasa al otro lado. Estaría bueno ser un poco menos mental. Y esa cosa a veces de “corazón de piedra” que parecemos. Nos tildan de fríos, pero no lo creo. Por momentos, sí reconozco que soy medio colgueti. Porque estoy pensando y hago un ruidito “mmmmmm”. Y muchas veces estoy pensando en canciones. O en cómo terminar una canción. O en una frase. O en letras. Y me pongo a lavar los platos... y estoy en esa. Me gusta estar en la mía a veces también. Aunque esté en la casa, con todo lo que eso significa, también me gusta irme.  

¿Y cómo es ser padre al mismo tiempo de un adolescente? André ya tiene 19...  

Bien, esperando que se empiece a hacer cargo él de mí (risas). Con André ya hay más compartir cosas. Él está estudiando cine también. Entonces, hay mucho de hablar de películas, de cine, de música. Como de intercambiar toda esa data, ¿no?, que a mí también me encanta. El cine me encanta. También compartimos el fútbol, jugamos juntos a veces. 

Emmanuel Horvilleur

Emmanuel Horvilleur - Créditos: Gaspar Kunis

"Es un año re lindo para mí. Un poco en contraposición a lo que estamos viviendo. La verdad es que con una sonrisa de mi hija todo se transforma."

Emmanuel Horvilleur

Me gusta el título de tu último disco, Aqua di Emma. Parece el nombre de un perfume, que habla de la esencia tuya. ¿Cuál sentís que es la esencia hoy de la música que hacés?  

Cuando te hablan de un perfume o de un vino, incluso de un plato, te hablan de muchas cosas, ¿no? Como que tiene toques de esto y esto. Y mi música, a esta altura, siento que tiene influencias de todo lo que hice a lo largo de mi vida. Tiene el hip hop de los Kuryaki, o el funk de los Kuryaki. Tiene el pop también de los años 2000, que me hice solista. Y a la vez, siempre con un ojo en lo que venga también, ¿no? Que la música siempre está en constante movimiento. Hay música nueva todo el tiempo. Y también hay música vieja que vos no conocés. Es decir, esta era de todas las plataformas que te permiten encontrar artistas nuevos todo el tiempo y también gente que no conocías que está buenísima. Hay gente que hizo un disco en los 70 y que no lo conocías, y de pronto te sorprende. Y todo eso también es parte de mi música. Eso es una gran mezcla. Me gusta que sea así. Creo que a esta altura ya hay menos etiquetas y uno puede sonar a un montón de cosas. Por lo menos, yo creo que esa libertad la tengo ganada por toda mi historia. La música es libre y siempre hay gente que está pelando una nueva, una diferente. Y me gusta creer en eso y seguir apostando por eso.  

¿Tenés alguna opinión como artista acerca de lo que está pasando con la cultura? 

Sí, obviamente. Cuando uno pone en la balanza que coma la gente en todo el país y un recital al aire libre, es una obviedad que todos decimos que ahí debería estar puesta la cosa. Pero me parece que es una jugada medio canalla esa. Porque ningún gobierno nunca ha terminado con el hambre. Obviamente, sería la prioridad de cualquier gobierno y no lo es. Pero yo creo que la cultura es un bien de los pueblos. Y me dedico a la cultura. Y me alimento de la cultura. Y no creo que sea el problema. Creo que es una idea que se le ha puesto a la gente y que hay gente que se comió ese mensaje. Posiblemente, siempre hay manejos de cosas que no son los más puros, pero no creo nunca que la cultura sea el problema en un país como la Argentina. Al contrario: siempre le sumó mucho la cultura de la Argentina a lo que es Argentina. Es uno de los bienes que tenemos para ofrecer. Si no, no estarían todos los pibes tocando por todos lados. Lo vi ayer a Trueno tocando en Dinamarca. Si no tuviera ese pibe algo para decir, no llegaría a esos lugares. Entonces, la cultura es parte integral y una pata muy fuerte de lo que somos.  

El año pasado lo entrevisté a Dante y me contó que estaban armando con mucho tiempo un documental sobre los Kuryaki. ¿En qué anda eso?  

Y, posiblemente, el “mucho tiempo” signifique que lo estamos haciendo muy tranquilos. Avanza lentamente, pero avanza. Es un plan que tenemos a futuro, pero creo que va a estar muy bueno. 

¿Y hay planes de que vuelvan a hacer algunos shows juntos?  

Yo creo que sí. Yo creo que el documental va a hacer que –mínimo– hagamos una gira.  

¿Y te entusiasma volver a revisitar Kuryaki desde el hoy?  

Sí, me gusta. Me gusta lo que me exige a mí Kuryaki como artista. Tiene una fuerza muy compacta. Yo siempre lo digo, soy medio fan de Kuryaki. Porque es una banda que sale ahora y parece que hubiera sacado los discos el año pasado. Con Kuryaki ya volvimos; en 2011, 2012, estuvimos siete años juntos. Y cuando íbamos a tocar a muchos lugares, yo he visto gente llorando con “A mover el culo”. Moviendo el culo y llorando. Y claro, capaz esa persona, no sé, se acordó de los amigos del secundario.  

Emmanuel Horvilleur

Emmanuel Horvilleur - Créditos: Gaspar Kunis

Es que, para toda una generación, Kuryaki es la adolescencia más pura. 

Obvio. Y hay gente que también creció y ya en esa época venía con sus hijos. Ahora, posiblemente los hijos ya vengan solos. Pero sí, Kuryaki es una banda que está buena, que me sigue gustando lo que escucho, que hay mucha gente que la sigue descubriendo al día de hoy y que tiene un sonido medio único. Entonces, volver a eso está buenísimo.  

Estás cerca de los 50. ¿Te preocupa el paso del tiempo? 

A mí, cuando cumplí 40 me pasó de todo. Pero ahora, cerca de los 50, estoy re bien. 

¿Te sentís mejor que a los veinti?  

Bueno, ¡eso es un montón! (risas). En algunas cosas, yo siento que estoy re bien. Pero, ponele, el otro día fui a jugar al fútbol y quedé hecho mierda después del partido. Pero aparte en cancha de 11, con pibes de 30 años. Este fue un año en el que tuve una hija, entonces dejé un poco el ejercicio, dejé algunas cosas que hay que retomar cuanto antes, pero está bueno. De lo que estoy consciente es de que hay que disfrutar la vida. Me he puesto a pensar a veces que Marion acaba de nacer y yo tengo que acompañarla –por lo menos– hasta los 25, tengo que estar bien. Son 75 míos. No hay que hacerse demasiado problema por nada. Tampoco hay que ser un frívolo. Este gobierno nos está rompiendo un poco las pelotas, pero de eso ya estoy acostumbrado. Porque yo a mis 50 años ya viví un montón de gobiernos. Entonces, mi viejo putea todo el tiempo y yo le digo... “Pa, dale, ya está. Ponete un disco de Steely Dan y dale”. Porque creo que, en ese sentido, en Argentina, siempre hay cosas de qué quejarse. Estoy llegando bien a los 50, estoy contento. Lenny Kravitz está cumpliendo los 60 y está espléndido. 

Viste que ahora Lenny es célibe. Dijo que dejó de tener sexo porque eso lo mantiene más en foco. ¿Es algo que vos podrías hacer? ¿Vivir sin sexo?  

¡Atado de manos, no! (Risas). No tengo que explicarlo, ¿no?  

Escuchá Acqua di Emma, el último disco de Emmanuel Horvilleur

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Euge Castagnino

Euge Castagnino Editora de OHLALÁ!, guionista cinematográfica especializada en cultura, cine, teatro, televisión y otros medios audiovisuales y gráficos. Es fan de las palabras, las buenas historias y los libros.


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