Juani Caruso, protagonista de La sociedad de la nieve, habló sobre cómo fue bajar 17 kilos para su papel

Juani es un actor argentino, nacido en Moreno, que a sus 22 años está atravesando un éxito que reconoce no haber esperado. La sociedad de la nieve se ha convertido en una de las películas más exitosas en la historia de Netflix y su posibilidad de llegar a los próximos premios Oscar, donde representa a España como candidata a Mejor Película Internacional, augura que seguiremos hablando de ella por mucho más tiempo.

De eso y de la experiencia de interpretar a Álvaro Mangino, uno de los sobrevivientes de la tragedia de los Andes, nos habla en la siguiente entrevista.

¿Cómo estás viviendo el exitazo en que se convirtió la película? ¿lo esperabas?

Todavía no puedo creerlo, la verdad. No esperaba nada de lo que está pasando a nivel mundial con la película. Ya no me dan las manos para responder mensajes ni para llegar a entender lo que me ponen, pero estoy re agradecido. Yo me puse las expectativas en cero antes de que salga la película para ver qué pasaba, y fue un boom. Estamos todos re contra emocionados, todo el elenco. En su momento, en rodaje, decíamos "van a subir fotos de nosotros", viste cuando fantaseás. Y ahora es conmoción a nivel mundial, que la gente no pare de hablar del tema, no paren de averiguar cosas, es muy loco.

¿Conocías la historia real de la tragedia de Los Andes?

La conocía, pero no en profundidad. Lo que conocían todos, por la película Viven, o me había visto el documental, uno que hay del 2012 creo, pero nunca en profundidad. Conocía la historia de algunos de los supervivientes, las de los más populares como todos conocemos, pero no sabía los nombres de las personas que lo vivieron. Es que hay un montón de nombres e historias que estaban invisibilizadas. 

Justamente, tu personaje, Álvaro, es uno de los que no se conocía prácticamente nada.

Sí, yo fui a su casa, lo conocí a él, conocí a su familia, a su mujer que es gran parte de su historia en la montaña, su faro, su fe, porque él sobrevivió. Hablamos todo lo que pudimos hablar y siempre estuvimos en contacto desde que empezó el rodaje. Cada duda que tenía yo le preguntaba y surgían cosas, empecé a tomar un montón de cosas de él y de cosas que me contaban de él.

¿Qué te marcó de esas reuniones con Álvaro?

Me han marcado cosas incluso que él no me ha dicho, que me ha contado Margarita, su mujer, con la que he hablado mucho. Ella me contó que él empezó a hablar recién después de muchos años de que volvió, empezó a dar a entender que estuvo muy solo en la montaña. Era un chico de 19 años que no conocía a muchos de los que estaban ahí, solo conocía al capitán y el capitán falleció, se sintió bastante solo. Le debe haber costado mucho en soledad tratar de meterse en el grupo de personas que ya estaba formado. Y yo lo sentí a eso en la montaña.

¿Cómo llegaste al casting de un proyecto tan enorme?

El casting fue abierto a nivel mundial, buscaban gente de Uruguay y de Argentina, todos chicos perfil adolescente o juvenil, como yo. Mandé varias veces, no me contestaban hasta que me contestaron y empezó toda una ardua etapa de casting que fue muy difícil. Muchas etapas por zoom, porque era pandemia, hasta que nos llamaron para que vayamos a Uruguay a conocer al director, que era la última etapa de casting en Montevideo.

Imagino que conocías el trabajo de J.A. Bayona, ¿cómo fue trabajar con él?

Obvio, lo conocía de Lo imposible, de El Orfanato, todo lo que había hecho hasta ahora lo había visto, soy muy del cine y para mí era "un director de Hollywood", era muy loco de repente estar haciendo un casting para él. Trabajar con Bayona fue placentero, fue una experiencia súper rica como actor porque es un director que en este rodaje nos ha hecho jugar, nos ha hecho errar tanto para aprender, para sacar lo más humano de nosotros. Siempre estaba abierto a propuestas, a que propongamos y aportemos a la película desde nuestro punto de vista y desde el punto de vista de la persona que nosotros representábamos. Confiaba 100 % en cada uno y en lo que nosotros sabíamos y habíamos construido del personaje. No había un guion que se respetase, siempre era jugar y jugar y jugar hasta que salga lo más orgánico, lo más rico.

Con respecto a la transformación física, tus compañeros declararon que tuvieron que adelgazar mucho, ¿cómo fue en tu caso?

Yo, como interpreto a un sobreviviente, llego al final de la historia y entonces tenía que bajar de peso lo más que podía, bajé 17 kilos. Fue muy difícil, la verdad, fueron 5 meses desde que empezó el rodaje hasta que terminó la etapa de adelgazar, teníamos una dieta estricta, no comer durante la noche, hacer mucho ejercicio. El humor cuando no comés empieza a bajar, tenés menos energía, tenés menos ganas de vivir. Fue muy difícil y una aventura también para todos, porque nos acompañamos, estábamos todos en la misma y tratábamos de estar bien arriba.

La película es difícil todo el tiempo, pero debo reconocer que me destrozó y me dejó sin aliento la escena del alud, cuesta recuperarse solo de verla, ¿cómo fue rodar esa secuencia?

La escena del alud fue lo más difícil del rodaje. Técnica y humanamente era muy complicado de ejecutar. Estábamos en un espacio muy chiquito, teníamos que actuar con 3 cámaras, con 8 cuerpos, la nieve era real, estuvimos dos semanas sobre y con nieve alrededor, mojándonos, enfriándonos, nos enfermamos todos. La pasamos mal y eso se vio en la película, porque la pasamos mal de verdad, se ve muy intenso, se ve muy fuerte, se ve sufrido porque estábamos sufriendo. Toda la desesperación que pasaba por nuestras caras se estaba viviendo de verdad, estábamos un poco desesperados por la situación, pero es buenísimo lo que salió de eso.

Es grandiosa la sensación de comunidad que emana la película desde la pantalla, ¿ese lazo que crearon se mantuvo después del rodaje, quedó relación con alguno de los actores?

Sí, con todos en general. Nos hablamos todo el tiempo, imaginate que nos juntamos a jugar a la pelota todas las semanas, nos juntamos a cenar siempre, vamos al teatro, nos fuimos de vacaciones varias veces, nos fuimos a Córdoba, nos fuimos a Qatar. Somos familia ya con ellos, es un lazo muy unido, pasamos por cosas muy difíciles y hermosas juntos, y es algo que no te lo saca nadie.

¿Cómo sigue tu carrera después de La sociedad de la nieve?

De repente me llegaron un par de propuestas, así que analizando todo y siempre haciendo casting. Los actores más allá de lo que hagamos y del currículum que tengamos seguimos haciendo casting siempre. También soy músico, así que estaré sacando música en el próximo tiempo. Hago pop urbano, me gustaría meter folklore en mi música, pero ahora estoy básicamente con lo urbano. Estoy haciendo de todo como para aprovechar lo que está pasando, abarcando hasta las redes sociales.

Sí, te vemos muy activo en Twitter siempre, ¿qué te divierte de esa red que estás ahí constantemente?

Soy muy del foro, me gusta opinar de todo, estoy al día todo el tiempo. Y ahora se generó una comunidad entre las personas que están siguiendo la película, que siguen a los chicos y me siguen a mí. Y es como que hay un montón de gente del mundo artístico que me está incluyendo, así que está buenísimo.