Qué hacer en Mar del Plata si llueve: 5 planes increíbles que no te van a hacer extrañar la playa

Para una experiencia de lujo donde la cocina de mar es la protagonista, el lugar es Sarasa Negro, de Fernanda Sarasa y Patricio Negro. Creado hace casi dos décadas, le dio una identidad gastronómica propia a la ciudad balnearia. Abre sólo de noche y con reserva previa.

Entre los clásicos, es casi un “pecado culinario” irse sin pasar por Viento en Popa, el restaurante de Ñeco Cioffi: uno de los históricos gastronómicos de la ciudad. Lo mismo si nos vamos sin -al menos- media docena de churros bajo el brazo: aunque Manolo ofrece todo tipo de comidas, sus churros son la vedette durante todo el año. Ideal para acompañarlo con un Chocolate a la Española ¡bien concentrado!

Casa Mediterráneo -restaurante de mariscos- o Corte y Confección son otras coordenadas que no fallan. Y si el plan es salir de la oferta más tradicional de Mar del Plata, Asian Ghetto es la primera cantina de street food asiático de la ciudad, con baos, dumplings, vinos orgánicos y mucho más.

De Postres es uno de los locales favoritos por turistas y marplatenses. Ubicado en una ochava súper luminosa en Castelli y Alvear, al cruzar la puerta, descubriremos el paraíso de los golosos: en sus heladeras exhibidoras vas a encontrar desde mousse con dulce de leche, hasta torta de manzana o la Tres Chocolates, con chocolate semi amargo, amargo y blanco. Imposible elegir una sola.

Para el coffee time, recomendamos el patio de Kersen, que es pura paz. Cuentan con los métodos V60, Chemex, Prensa y la “estrella de los filtrados”, como ellos mismos afirman: el Sifón. Este emprendimiento fue creado por los mismos fundadores de Batuta Coffee Roaster, los primeros microtostadores de café de especialidad en Mar del Plata.

Para el brindis, ¿cerveza, vino o cocktails? La ciudad ofrece planes bien diversos, sin importar cuál sea tu elección. Si vas en busca de una refrescante pinta, Mar del Plata es la cuna de la gran mayoría de las cervecerías artesanales y muchas de ellas las encontrás sobre la calle Olavarría: Antares, Cheverry, La Paloma, Glück. Hay para todos los gustos.

Entre los wine bars marplatenses, se destaca la propuesta de Cava Federal, un espacio que logró acercar el mundo del vino a la ciudad balnearia, pero de una manera bien descontracturada, con un patio que rebalsa de copas y brindis. Sus wine dispensers ayudan a mantener la temperatura indicada del vino y permiten probar un poco de varias etiquetas en una misma noche.

Para el cocktail time, podés descubrir bares ocultos y escondidos como lo es The Clue Hidden Bar, cuyo ingreso es con una clave con pistas que brindan desde Instagram; hasta bares temáticos como Tiki Bar: de la mano de Matías Merlo, uno de los mejores bartenders del país, sus tragos de autor ya son un clásico marplatense.

Desde hace varios años, los clásicos boliches de la calle Alem se mudaron a Playa Grande. Acá se concentra la vida nocturna de la ciudad, con boliches como Bruto, Santa, Mr, Jones, Quba y Only. Tienen música de todo tipo y una postal que se repite en cada uno de ellos: después de bailar, ver el amanecer en el mar.

El Centro Cultural Victoria Ocampo es de esos planes que no pueden faltar en el itinerario. Está ubicado en un antiguo chalet en la zona de Los Troncos, uno de los barrios más residenciales y elegantes de la ciudad, que fue la casa de veraneo de la escritora Victoria Ocampo. Ahí hospedó a amigos y colegas como Jorge Luis Borges, Bioy Casares y Gabriela Mistral. Fue construido en 1921 y uno de los mayores atractivos de la visita es el mobiliario original de la habitación de Victoria Ocampo.

El Museo de Arte Contemporaneo (MAR) cumplió 10 años y este viernes lanza “Agenda Plural 10 años”, una variada programación que da inicio a las celebraciones que se extenderán a lo largo de todo el 2023. Habrá presentaciones de artistas surgidos en todo el territorio bonaerense, abarcando exposiciones musicales de vanguardia y experimentación, puestas performáticas, capítulos sinfónicos, festivales de artes electrónicas y talleres de dibujo intergeneracionales, entre otras activaciones. Siempre con entrada libre y gratuita. La programación acá.

Entre los museos más conocidos está el Museo Municipal de Arte Juan Carlos Castagnino, el primer museo de bellas artes de la ciudad inaugurado en 1938: desde entonces alberga colecciones de arte moderno y en particular las obras del pintor y muralista realista Juan Carlos Castagnino.

Otra expo para no perderse es la recientemente inaugurada Van Gogh Immersive Art Experiencie, una propuesta inmersiva que da la oportunidad de meterse de lleno en la obra del reconocido pintor posimpresionista holandés fallecido en 1890. Con la llegada de la realidad virtual al arte, esta muestra apuesta a que nos acerquemos al legado del pintor desde un nuevo ángulo sensorial. La muestra sucede en el Salón Las Américas del Hotel Provincial de La Feliz. Si estás por la ciudad no te la pierdas.

Después de tanto recorrido y paseo, pensar en un día de spa es una oferta más que tentadora, ¿no? En ese sentido, el Hotel Sainte Jeanne, ubicado en la calle Güemes, es uno de los más completos de la ciudad. Cuenta con servicios de sauna, jacuzzi y solarium en la terraza externa.

Lo mejor es que ofrecen este servicio tanto para huéspedes -con aforo y sistema de turnos de 45 minutos- como para aquellos que no estén alojados en el hotel: para ellos, cuentan con dos turnos de cuatro horas cada uno, ya sea por la mañana como por la tarde, de lunes a jueves. Se debe reservar previamente y está sujeto a disponibilidad.

Datito extra: además del bistrò L’Epoque, este hotel se destaca por tener una de las mejores patisserie de Mar del Plata, con los macarons como estrella. Con un ambiente y atención distinguido, su propuesta de pastelería francesa de alta gama lo convierten en un rinconcito parisino-marplatense digno de conocer.

En el Bosque Peralta Ramos se encuentra la Cabaña del Bosque, un clásico para tomar el té y disfrutar sus tortas caseras. Son pet friendly y trabajan sin reservas, por orden de llegada.

Más cercano a Chapadmalal, la bodega Costa y Pampa es una de las pocas bodegas argentinas de influencia marítima. Ideal para disfrutar de unos vinos blancos diferentes y un recorrido por sus viñedos.

Para apreciar la ciudad desde una vista diferente, embarcarse en el Crucero Anamora es un planazo. Dura una hora y 10 minutos y eventualmente realizan excursiones nocturnas que anuncian a través de sus redes.