Cristales para hacer un ritual de Año Nuevo. - Créditos: Getty
Nos contó Ivonne L'Estrange Wallace en una nota sobre cristales, que, al ser los habitantes más antiguos del planeta, guardan muchísima información. Y como todos los seres vivos, poseen su propia luz y su propia frecuencia (una muy alta). Existen 36 cristales con los que podemos interactuar. Y cada uno nos acompaña en un aprendizaje diferente.
En esta nota, te acercamos un ritual para hacer la noche de Año Nuevo. Siempre confiando en la potencia de los cristales.
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Primero creá un espacio en tu casa con velitas y un mantel blanco. Luego elegí cristales de un tamaño similar y poné flores en un recipiente con agua. De esta forma vas a tener los 4 elementos (fuego, tierra, agua y aire). Con los cristales que elegiste vas a construir un mandala para intencionar todo lo que querés crear en tu próximo año. Tomate un tiempo para meditar y elegir a conciencia.
2
Ahora elegí un cristal y ponelo en el centro de tu mandala. Ese va a ser el corazón de lo que querés sembrar, va a ser el eje de tu rueda de la vida para los próximos doce meses. Luego vas a elegir uno para el Norte, otro para el Sur, para el Este y para el Oeste. Si tenés una brújula o sabés orientarte y los colocás en esas direcciones, mejor.
3
Si tenés más cristales, seguís colocando. Lo importante es que cuando los elijas y los apoyes en tu mandala, te conectes con aquello que querés materializar. Por ejemplo, amor propio, compasión, integridad, verdad interior, conexión con tu ser espiritual, abundancia, prosperidad, alegría, sanación. Podés escribir en un cuaderno lo que vayas intencionando para que en el próximo cierre de año puedas observar qué pasó con tus intenciones.
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Para terminar, dejá el mandala armado durante 7 o 21 días. El 7 representa la conexión entre el cielo y la tierra. Así le sumás tiempo de gestación. Y si lo dejás 21 días, es como la carta del mundo del tarot: es algo que se completa. Sumás chances de que tus deseos se hagan realidad.