Shakira: su carta astral predecía el éxito de BZRP Music Sessions #53

Ante todo va una disculpa -sorry Shakira- porque tratar de definir la identidad de una acuariana es como embalsamarla. Acuario se reinventa, brilla como Leo (es su signo opuesto) pero nunca del mismo modo cada día. La repetición es para ellos igualita a una cárcel y, por famosos o ricos que sean, si entran en la rutina se sienten atrapados en una jaula de oro. Su tema anterior -Monotonía- da buena cuenta de este castigo cósmico para cualquier Acuario en crisis.

Ahora bien, si Shakira detesta las etiquetas, los deber ser, el molde. Si es una genia justamente por romper con preconceptos, prejuicios y modelos de familia prefabricados ¿Cómo concilia eso con su Luna en Cáncer? ¿Cómo responde a su necesidad primaria de estar “en manada”, de pertenecer, de tener un refugio en el mundo, de formar una familia a la cual proteger y que la proteja?

Fácil no debe ser, eso de combinar su Sol en Acuario con su Luna en Cáncer. Pero Shakira es Sol y Luna, toda en una. De ahí la síntesis magnífica de su arte, hablar de emociones muy íntimas de una manera que revolucione todo el sistema. Y si le sumamos un ascendente en Aries, de loba solitaria y guerrera, menos sencillo debe resultarle aún.

Explico lo del ascendente. Según su día, hora, año y lugar de nacimiento Shakira tiene el Ascendente en Aries a unos 17 grados. Un camino, una misión, un desafío y un aprendizaje en esta vida de abrirse paso por sus propios medios en la jungla del mundo para marcarle el rumbo a otros. Porque eso indica el ascendente: lo que tenemos que aprender. Y Aries es un signo de fuego que encabeza todo movimiento, que acciona, que conquista. Esa nena que tenía una voz que no encajaba en el coro del colegio, siguió cantando en solitario hasta ser descubierta por un ejecutivo de Sony y triunfar. Eso fue exactamente su Acuario más su Luna en Cáncer más su Ascendente en Aries.

Movimiento del destino que estaba clarito hasta que… ¡se mudó a Barcelona! Porque si alguien vive mucho tiempo en un lugar algo de la carta natal se mueve y todo empieza a funcionar distinto. Vamos entonces a la etapa en que Shakira arma su nido de amor. Un nido ampliado de tal modo que hasta termina anclada al lado de sus suegros, tal como nos cuenta en su último tema: "Me dejaste de vecina a la suegra, con las prensa en la puerta y la deuda en Hacienda".

Existe un término que divide a los astrólogos en dos bandos y es el de la recolocación o relocación. Técnicamente la recolocación es algo así como dibujar la carta natal de una persona pero vista desde otro lugar en el mapa. Como si ese bebé en el momento exacto de su nacimiento mirase el cielo que le toca en suerte pero no desde el punto en el que efectivamente nació, sino desde otro espacio. Algo cambiaría. No todo pero sí algunas posiciones planetarias. Mismo día, misma hora, mismo año pero en otro lugar... algo cambiaría. Aunque no todos los astrólogos estamos de acuerdo al respecto, si alguien se muda, si vive al menos un año en el nuevo lugar ¡su mapa se recoloca! Los cambios son muchos pero , de todos, el esencial es el del Ascendente

Aquí es donde fijo mi posición, porque sostengo que eso le pasó a Shakira cuando echó raíces en Barcelona, cuando levantó ahí su casa y tuvo sus hijos. La carta empezó a funcionar como si hubiese nacido en Barcelona y resulta que en vez de tener ascendente Aries, de loba solitaria y combativa, en Barcelona pasó a tener ascendente en Cáncer -y además con su luna en Cáncer sobre el ascendente o sea, doblemente canceriana-. Es decir que allí la misión, el aprendizaje, fue ser la que cuidaba de su manada, la que protegía al clan, la Madre (una madre que incluso terminó casi bajo el mismo techo que su madre política).

Fue así que esta Shakira recolocada pasó de cazadora a señora de... Al menos hasta que llegó Plutón hace un par de años para hacerlo estallar todo. O hasta hace un par de meses, cuando Júpiter tocó su Venus en Aries, despertando su femeneidad deseante, esa que va por lo que quiere en vez de sentarse a esperar, la mujer que ya no llora porque ahora factura, como dice con aguda ironía su letra.

¿Y ahora? ¿Qué le espera a esta acuariana hipersensible, herida por uno y amada por tantos? ¿Qué hay por delante en el camino?

Bueno, para empezar, si efectivamente se muda a Miami va a recuperar toda esa iniciativa que tenía antes de cambiar de continente, sencillamente porque en Miami vuelve e tener ascendente en Aries. Va a competir, a combatir, a descubrir, a desear con la furia y la irreverencia de una década atrás. Y de aquí a poco más de un año, cuando Júpiter en el cielo contacte con su Júpiter natal a 21 grados de Tauro, va a cerrar por completo un ciclo, uno que empezó orillando el 2012.

Por eso, para hacer borrón y cuenta nueva, nada mejor que volver a recolocarse y echar raíces de este lado del Océano, para terminar de pasar de la autocompasión a la acción, al menos astrológicamente hablando. Nada mejor que cumplir con lo que propone en la Bzrp Music Session #53 y volverse más dura o -para no perder la rima- asumirse como lo que es: una espectacular loba madura.