Venus llega a Piscis y así es como su energía va a transformar tu manera de amar
Empieza el tránsito de Venus por el último signo del zodíaco y te contamos todo sobre la persona con este emplazamiento: qué la enamora, cómo son sus relaciones y cuáles son los desafíos que debe enfrentar para vivir a pleno sus experiencias amorosas.
12 de marzo de 2024
El impacto de Venus en Piscis en nuestro costado romántico. - Créditos: Valentina Bussi
Venus es una energía yin, suave. Es la belleza, el brillo de la primera luz de la mañana y es por eso le dicen el lucero del alba. Expresa el deseo que no se puede explicar y que no es necesidad, sino atracción, de ganas de estar con la otra persona. Porque la luna es la necesidad y las emociones, pero Venus es lo que nos llama la atención, lo que nos gusta, lo que nos enamora.
También es el placer físico, cómo lo experimentamos y qué nos lo proporciona. Lo que nos hace sentir bien. Venus determina en gran modo el tipo de persona de quien nos enamoramos. No todos tenemos un patrón, pero siempre hay un algo en común entre quienes marcaron nuestra historia sentimental, eso inexplicable que sí o sí tiene que estar para que se encienda la llama. Este planeta marca, además, qué actitud tomamos cuando sentimos algo por alguien. Cómo demostramos nuestros sentimientos, cómo nos acercamos (o no), qué ritos forman parte del juego de seducción. Y, una vez asentada la relación, cuál va a ser su dinámica y nuestro rol en ella.
Su exaltación en Piscis
En astrología existe algo llamado dignidades planetarias, que nos habla de cómo se siente cada planeta en cada signo. Venus está cómodo en Tauro y en Libra, que son las energías regidas por este planeta y, por lo tanto, le son afines. Pero es en Piscis donde se exalta, porque encuentra la mayor capacidad de devoción y entrega.
Piscis tiene algo de desapego, de misticismo y de trascendencia. Por lo tanto, le da una cara más profunda a los temas amorosos. No solamente se trata de atracción, placer y deseo, sino que puede incluso ir más allá de estos temas y amar a través del tiempo y la distancia.
El último signo de la rueda zodiacal tiene la función de integrar toda la experiencia humana, con sus claroscuros, luces y sombras. Está regido por Neptuno, un planeta a quien solemos calificar como la octava superior de Venus. Esto quiere decir que el planeta que domina a Piscis representa la vibración más elevada del planeta del amor y del placer.
¿Cómo ama la persona con Venus natal en Piscis?
Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor…
Como ya dijimos, por estar en exaltación es Venus en su expresión más amplia posible: sensible, empática, enamoradiza, soñadora y creyente en la fuerza del amor. Tiende a la idealización y a formar historias dignas de Disney en su cabeza. Justamente, esa puede ser su herramienta en contra: los lentes rosas que no le permiten ver defectos y engaños.
Le atraen las personas que tienen cualidades como la nobleza, la espiritualidad, la generosidad y el buen corazón. Independientemente de que sean así o no, porque muchas veces Venus en Piscis idealiza y se lleva decepciones, en un primer momento las percibe de esta manera y ese es uno de los ganchos que la atraen.
También le gusta la calidad etérea, desapegada, servicial y el interés por el arte y la belleza. Suelen enamorarse de artistas o de personas ligadas al arte. Sí o sí tienen que percibir cierto aura o encanto en la persona con la que se vinculan; si eso no está, la atracción no va a ser duradera ni verdadera.
Cuando ama, suele colgarse de las nubes y olvidarse del suelo bajo sus pies. Es capaz de pasar mucho tiempo en su fantasía y de llegar, incluso, a valorarla más que a la realidad, por eso es uno de los emplazamientos más tendientes a sentir y sostener en el tiempo amores imposibles. Puede, incluso, no expresar nunca su atracción hacia una persona, o callarla durante meses y años hasta que sienta que llega el momento ideal.
Uno de los riesgos es que, habiendo puesto la vara del romance tan alta en su construcción de la historia en su cabeza, ese momento ideal no llegue nunca, o que cuando llegue y la historia comience a desarrollarse se decepcione porque no refleja la perfección de su fantasía.
Venus en Piscis es capaz de renuncias, sacrificios y dolores por amor. Sabe dar un paso al costado y ceder su propia felicidad por la del otro, pero también puede quedarse en un vínculo que la pone en un lugar de mártir, o victimizarse para manipular la dinámica de la relación.
El poema de José Martí citado al principio cuenta una historia real. La niña de Guatemala se llamaba María García Granados y era una enamorada del escritor, que después de una breve temporada terminó casándose con otra mujer. María vivió solo 18 años: poco después de enterarse de la boda, murió. Había tomado frío por irse a nadar y tener una condición pulmonar preexistente, pero Martí le atribuye su fallecimiento al desengaño amoroso (dicen que murió de frío, yo sé que murió de amor).
Obviamente, no todas las historias de Venus en Piscis tienen un destino trágico: las hay muy felices, plenas y expansivas. Es un semillero de crecimiento personal, una invitación a vivir un amor multidimensional sin quedarnos en lo cotidiano ni en lo accesible, a trascender el aspecto puramente físico y presente del amor. Por algo, durante los años de Plutón en Piscis se desarrolló el movimiento artístico del Romanticismo.
Pero es importante conocer esta veta sacrificada y extrema para no caer en ella. Si tenés Venus en esta energía o en contacto con Neptuno, sabé que el gusto por los amores sin destino está en tu naturaleza. El desafío es trascender esta atracción para poder canalizar toda la mística sentimental del planeta del amor en una historia en la que puedas vivir, crecer y disfrutar.
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